Autora: Doralicia Carmona Dávila.

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ISBN 970-95193

 


 
 

 


 


Pascual Orozco

1882-1915

Nace en 1882 en el rancho de San Pascual, municipio de Guerrero, Chihuahua, lugar que pertenece a un distrito que desde 1879 se había caracterizado por conflictos locales generados por el dominio de los Terrazas y por el hecho que en 1907, Enrique Creel (yerno de Terrazas) ocupara la gubernatura, lo cual creó el clima propicio para las actividades tanto del Partido Liberal Mexicano de los Flores Magón como del movimiento Antirreeleccionista.

Para que pudiera estudiar, su familia se traslada a San Isidro. Orozco trabaja en la pequeña tienda de su padre. Casa con la hija de un político respetado y en 1902 se dedica a la arriería. Compra una recua de mulas y obtiene dinero al dar servicio de transporte a compañías mineras. En 1910 ya posee una tienda y es un miembro típico de la clase media rural.

Desde 1909 apoya a los Flores Magón, pero motivado por la corrupción de los políticos locales y estatales, se dedica a promover el antirreeleccionismo. Abraham González lo nombra jefe de la Revolución en el distrito de Guerrero y tiene éxito en el reclutamiento porque a la crisis política se une la económica debido a la pérdida de cosechas en la región.

El 19 de noviembre de 1910, se levanta en armas contra el gobierno del presidente Díaz y ataca a las fuerzas gobiernistas en Ciudad Guerrero, Pedernales, Cerro Prieto, Mal Paso y La Mojina. En diciembre es derrotado. Participa en varias batallas y en el sitio de Ciudad Juárez; en una ceremonia pública recibe el nombramiento de general brigadier y el reconocimiento de Madero. El 10 de mayo de 1911, en unión del coronel Francisco Villa toma Ciudad Juárez.

Días después, mientras Madero esta en sesión con su gabinete, Villa y Orozco entran abruptamente y el primero le pide que el general federal Juan Navarro sea juzgado como criminal de guerra y el segundo que nombre nuevo gabinete y dé puestos a quienes lo han hecho triunfar, que él espera que lo nombre ministro de guerra y que además, Madero tiene el compromiso de pagar sus salarios a las tropas. Sólo en esto último accede Madero. En lo demás es intransigente. A partir de este hecho, Orozco termina sus relaciones cordiales con Madero, especialmente porque no lo incluye en su gabinete.

El 22 de junio de 1911 entra triunfalmente a la ciudad de Chihuahua y es designado jefe de las fuerzas rurales del estado. Después trata de ser gobernador de esa misma entidad, pero retira su candidatura, que apoya el Grupo Independiente Chihuahuense patrocinado por seguidores de Díaz, cuando se inicia una campaña en su contra, en la que entre otras cosas, se argumenta que no puede ser gobernador pues aún no ha cumplido los 30 años de edad. Abraham González es electo y por su prestigio, mantiene a Orozco en el puesto de comandante de los rurales.

Madero le encarga la guarnición de Chihuahua para vigilar a Bernardo Reyes, confiando en que Orozco lo apoya; pero lo mismo cree Reyes, por lo que se le identifica también con el reyismo. Pese a que combate la rebelión de Vázquez Gómez y la sofoca sin derramamiento de sangre, también se le quiere identificar con el vazquismo.

A mediados de enero de 1912, Madero lo llama, no se sabe que es lo que tratan pero el caso es que días después Orozco renuncia: “Como ciudadano apelo al patriotismo de usted, que actualmente es Primer Ciudadano de la República, a fin de que teniendo en cuenta la inmensa responsabilidad que pesa sobre usted, procure rodearse de hombres verdaderamente desinteresados, cultos y patriotas que ardientemente colaboren con usted en la redención del pueblo, en esta época de transición en que todos y cada uno de sus colaboradores deben ser eminentemente aptos por su patriotismo como por su saber y prudencia, para llevar a feliz término los problemas trascendentales y difíciles que actualmente se agitan y de cuya resolución dependieran en gran parte la ruina o la prosperidad de nuestra querida patria.” Madero no le acepta la renuncia y le pide que por lo menos espere hasta marzo, pues le urge su apoyo.

El movimiento vazquista continúa en Chihuahua y el nuevo secretario de Gobernación González, es débil para aplacarlo, entonces la legislatura propone que Orozco sustituya a González; Orozco se niega y renuncia a su puesto.

Es entonces cuando los conservadores lo buscan para promover la rebelión. Terrazas y Creel lo utilizan movidos porque González ha dictado medidas que afectan los intereses de los hacendados. Orozco, con su ambición de poder insatisfecha, tiene seguidores entre los afectados por el licenciamiento de tropas que se suman a la larga fila de desempleados.

El 18 de febrero de 1912, los líderes que ya están en armas, le piden que sea el Caudillo y General del Ejército Libertador. El 1° de marzo siguiente, lanza un manifiesto informando que se retira a la vida privada, pero dos días después, apremiado por las clases acomodadas que temen al coronel Villa, quien se aproxima al frente de una columna, Orozco se rebela con la guarnición de la ciudad de Chihuahua a su mando, desconoce al gobierno de Madero y lo acusa de olvidar el Plan de San Luís. Su rebelión es más importante que la de Vázquez Gómez y la de Bernardo Reyes, es pluriclasista, cuenta con el apoyo de masas populares y con el de las clases medias y altas; además se extiende por todo Chihuahua y regiones de Sonora, Durango, Coahuila, San Luis Potosí y Zacatecas. Los rebelados piensan al igual que Orozco, que Madero es népota, indeciso, corrupto, inepto para gobernar y que quiere formar una nueva clase privilegiada y exclusivista, mientras los campesinos se quejan de que su situación no ha cambiado con el Plan de San Luis.

Orozco derrota en Rellano al propio secretario de Guerra, general González Salas, pero el general Victoriano Huerta lo vence en las batallas de Conejos, La Cruz y Bachimba.

Tras el cuartelazo de Huerta en 1913, Orozco reconoce el nuevo gobierno y obtiene la patente de brigadier el 17 de marzo, y la de general de brigada el 28 de agosto. Combate a las fuerzas constitucionalistas en Torreón y Chihuahua. Huerta lo nombra gobernador de Chihuahua, cargo que no llega a desempeñar porque todo el estado se halla en poder de los villistas. Tras la derrota de Ojinaga, al escapar es aprehendido por los soldados norteamericanos del Fuerte Bliss en enero de 1914.

Logra fugarse, y vía Nueva Orleáns-Veracruz, se incorpora en Saltillo a la División Bravo al mando del general federal Joaquín Mass, y es ascendido a general de división en marzo siguiente. Ante la presión de los villistas, que han derrotado ya a los huertistas en Torreón, San Pedro de las Colonias y Paredón, se le ordena marchar a San Luís Potosí, después a Aguascalientes y finalmente a Zacatecas, a donde no llega a tiempo para participar en la defensa de la ciudad, que cae en poder de Villa.

En Aguascalientes, se entera de la renuncia que ha presentado Huerta el 15 de julio y lanza el Plan de Reconstrucción Nacional que desconoce al presidente interino Francisco Carvajal, quien lo da de baja del Ejército Federal. El 28 de julio siguiente, Orozco toma y saquea la ciudad de León y es derrotado en La Gruñidora, Zacatecas, por el general Margarito Salinas.

Con una treintena de hombres, Orozco se refugia en Texas. Vive en la ciudad de El Paso, en donde entra en contacto nuevamente con Huerta en 1915; planean sublevarse pero son aprehendidos y encarcelados en Fort Bliss. Orozco sale libre bajo fianza, escapa de la vigilancia norteamericana y al tratar de robar unos caballos, según unos vaqueros texanos, es asesinado por unos rangers en el rancho Los Lobos, condado de Big Ben, el 30 de agosto de 1915, junto con cuatro de compañeros Jesús Terrazas, José Salgado, Crisóforo Caballero y Andrés Sandoval, en circunstancias no muy claras.

“Su cuerpo, junto con los de otros compañeros de aventuras, es expuesto a la curiosidad pública, con un letrero que dice: Bandido Mexicano”, según registra Alberto Morales Jiménez en su obra Hombres de la Revolución Mexicana.

Para Ramón Puente (La Dictadura, la Revolución y sus Hombres):  “Su muerte no tiene nada de gloriosa, es una muerte vulgar, es una aventura desgraciada, tratando de robar caballos de un rancho cercano a la frontera en el Condado de Big Ben, vecino de El Paso, Texas. Unos rangers lo sorprenden durmiendo, y tras un ligero tiroteo queda liquidada aquella vida que pudo ser gloriosa. Francisco Villa, sin embargo dueño por ese entonces de Ciudad Juárez, se apresura a ofrecerle a la viuda del viejo compañero de armas todas las facilidades para que su cuerpo sea sepultado en Chihuahua. Era el primero en reconocer que, a pesar de sus yerros, Orozco había sido un valiente y le había dada a la Revolución lo mejor de sus primicias"´

En 1925 sus restos son llevados a Chihuahua y sepultados en el cementerio de Dolores.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.

Efeméride Nacimiento 1882 Muerte 30 de agosto de 1915