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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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2000 Mensaje de Vicente Fox Quesada desde el Ángel de la Independencia en el festejo de su triunfo electoral.

Julio 2 de 2000

Mexicanas y mexicanos:

Amigas y amigos:

Muy buenas noches.

Hoy han hecho historia. El pueblo de México decidió con serenidad y confianza por el cambio.

No hubo vencedores ni vencidos. Ganamos todos.

La jornada electoral del día de hoy ha demostrado la madurez del Instituto Federal Electoral, de nuestras instituciones, de nuestro sistema político y de los medios de comunicación. Ha mostrado sobre todo la madurez de México.

La jornada electoral del día de hoy es una clara expresión de la madurez de nuestro país. Cruzamos el puente de la alternancia en el poder de manera pacífica y legal. Hoy estamos del otro lado del puente y comienza un nuevo camino.

Mi reconocimiento al presidente Ernesto Zedillo. Actuó y se mostró como un hombre de Estado. Un hombre que supo entender los signos de los tiempos y facilitó la transición democrática.

El 2 de julio será uno de los grandes días del calendario cívico de México. Lo que hoy vivimos los mexicanos es la culminación de las luchas de varias generaciones, es la culminación de las reformas impulsadas por todos los partidos políticos.

Teníamos las mexicanas y mexicanos una cita pendiente con la historia. Hoy cumplimos cabalmente con ese compromiso.

Nuestra primera tarea será culminar este paso con respeto y con generosidad.

El ánimo que me alienta es el de culminar la transición sin rencores y sin resentimientos.

Llamo a todos los que me confiaron su voto, a que celebren con todo respeto a la pluralidad y a la diversidad de puntos de vista, con tolerancia, sin venganzas ni revanchismo.

A mis adversarios en esta contienda les extiendo la mano para que con la misma determinación con que competimos, demos un paso a la transición en la concordia y en la renovación de las instituciones nacionales. Hoy les pido que todos, con honor y sin reservas, en un espíritu renovado, nos demos la mano.

Habrá en México un gobierno de transición, plural e incluyente.

Voy a trabajar por todos los mexicanos y con todos.

Trabajaré con todos los gobernadores y con todos los presidentes municipales. Independiente de su filiación partidista.

Convoco a todos a hacer de esta fiesta democrática un impulso vigoroso a la nación. La unidad será nuestra estrategia; el trabajo nuestro método; y atender primero a los pobres, a quienes más han esperado por la justicia, nuestro deber.

Dentro de un sistema democrático encontraremos soluciones a los problemas que más nos duelen, los de la miseria, la inseguridad, la ignorancia y la violencia.

Llamamos a todos a deponer sus hostilidades. A los mexicanos que han optado por la violencia, los invito a recorrer el virtuoso camino de la paz y el diálogo.

Los jóvenes de México le impusieron a esta campaña un tono de alegría y esperanza. A todos contagiaron y es para ellos y con ellos que habremos de gobernar.

Esta campaña también la hicieron las mujeres. Nunca antes tantas mexicanas habían estado presentes con su entusiasmo y valentía. Nunca antes habían ocupado el espacio que merecen por su talento y su patriotismo.

Lo que hoy asumimos es una gran responsabilidad.

A las fuerzas armadas les extiendo mi respeto y reconocimiento a su probada lealtad a México y sus instituciones. Trabajaremos juntos en el engrandecimiento del país.

A los servidores públicos y a los responsables de la conducción de las instituciones les extiendo mi reconocimiento y les pido que a partir de ahora redoblemos el esfuerzo para alcanzar la estabilidad y el progreso.

A los campesinos, a los trabajadores, a los empresarios, a las amas de casa, a los indígenas y a todas las mexicanas y mexicanos, los invito a juntos hacer realidad el México de bienestar y progreso que todos queremos.

Los ojos del mundo están puestos en México. Con esta decisión los mexicanos mandamos una clara señal a todo el mundo: queremos ser contemporáneos a todas las naciones democráticas.

México da este paso en paz y con apego a la ley. Un México libre es un México soberano. Un país democrático es un país respetado. Un gobierno honesto es garante de relaciones honorables, de trato justo y de compromisos respetables.

A la comunidad internacional les reitero lo evidente: cumpliremos con todos los compromisos contraídos por el gobierno de México.

Actuaremos con un alto sentido de responsabilidad y un firme compromiso con la estabilidad política y la estabilidad económica.

Cumpliremos con estricta disciplina con los fundamentos de la economía.

Garantizaremos la legalidad y los derechos de todos los que aquí vivimos, trabajamos e invertimos.

Queremos un país con valores. Fraternidad es al palabra de nuestro futuro.

Habremos de ser justos y solidarios. El nuestro es un gobierno de libertad y de tolerancia.

Mi familia y yo estamos emocionados por formar parte de esta grandiosa familia mexicana y habremos de cumplir con la tarea encomendada por ustedes con absoluta honestidad y transparencia.

Agradezco a todos los mexicanos su apoyo. Agradezco a mi partido. Sus sesenta años de lucha han dado fruto. Agradezco al Partido Verde Ecologista, a Nueva República y a todos los que se unieron a mi campaña.

Agradezco a los que desde su casa, su trabajo o su escuela promovieron el voto por el cambio, a los que trabajaron día y noche en cada rincón del país para hacer del cambio una realidad.

A todos de todo corazón, les doy las gracias.

Hoy es un día de fiesta. Podemos ver el futuro con optimismo.

Vayamos a dormir tranquilos.

Ganó México.

Fuente: La Crónica de Hoy, 3 de julio de 2000.