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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1988 Propuesta de Heberto Castillo a Cuauhtémoc Cárdenas y a la Corriente Democrática como condición para renunciar a su candidatura presidencial.

Junio 4 de 1988

 

El desarrollo de la situación nacional ha llevado a nuestro pueblo, de manera creciente, a exigir la sustitución del actual grupo gobernante para lograr el inicio de un periodo de transición a la democracia y una salida con sentido popular a la trágica crisis económica, donde es evidente el reclamo popular por la recuperación de la dignidad nacional y de nuestra plena soberanía.

Los mexicanos vivimos momentos que ponen a prueba a las fuerzas democráticas cuya historia está fundida con los altos intereses de la patria. Hoy estas organizaciones deben sentirse obligadas a continuar la entrega de su mejor esfuerzo. No es hora de personalismos. Como revolucionarios de toda la vida, tenemos la sensibilidad para percibir la demanda generalizada de los trabajadores que nos piden unir fuerzas para abrir paso a la nueva vida de la nación.

En mi campaña electoral he comprobado el crecimiento de esa demanda. Es necesario responder a ella con la unidad de las fuerzas democráticas de México; pero como lo dije en Zacatecas, no se trata de cualquier unidad, sino de aquella que responda claramente al anhelo democrático de los mexicanos. Unidad con rumbo y compromiso, es el sentimiento sincero del Partido Mexicano Socialista, que nació de la misma raíz a la cual estoy seguro de interpretar en esta propuesta de alianza con la Corriente Democrática y con su candidato a la Presidencia de la República, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Alianza política y programática de largo plazo para actuar unidos en la lucha electoral total hoy y en los posteriores episodios del pueblo mexicano por elevar sus condiciones de vida y conquistar la liberación definitiva.

Cuando el Partido Mexicano Socialista habla de la relevancia de un acuerdo programático no se refiere a la mera elaboración que, por sí misma, puede no tener mayor significado; habla sobre todo, de la capacidad de convertirlo -y hoy es posible- en una nueva fuerza política nacional que se proponga encabezar el reclamo popular con objetivos centrales comunes.

La Corriente Democrática y el Partido Mexicano Socialista son organizaciones que sostienen programas diferenciados y estructuras distintas, por eso existe la necesidad de acuerdos y metas precisas, de corto y largo plazo, con igualdad y respeto recíproco. Conformemos juntos una nueva fuerza nacional y asumamos juntos las decisiones fundamentales de la política que demanda el momento.

He propuesto al Comité Ejecutivo del Partido Mexicano Socialista -y éste la aceptó por unanimidad- una alianza con la Corriente Democrática que contenga los siguientes Acuerdos de programa:

1.- Ambas organizaciones se comprometen a eliminar el sistema presidencialista y el corporativismo, sustentos principales de la antidemocracia en el país, mediante un periodo de transición a la democracia que deberá culminar en el establecimiento de un régimen de partidos, en el que el gobierno surja de la Asamblea de Representantes del pueblo, elegida democráticamente y se someta a su autoridad.

En el régimen de partidos se garantizará la representación proporcional para la integración de todos los órganos representativos del Estado. La existencia de un sistema político democrático con real competencia y condiciones de igualdad entre las distintas fuerzas nacionales, órganos electorales autónomos del gobierno. Independencia de los jueces, magistrados y ministros de justicia.

Las libertades democráticas serán inviolables. En el nuevo régimen no habrá partido oficial; las organizaciones sociales no podrán ser incorporadas a ningún partido ni el Estado podrá entrometerse en su vida interna; se garantizará la plena libertad religiosa; no podrá coartarse la libertad de tránsito ni de profesión y oficio.

La República será una federación, con entidades respetadas en sus derechos. Los municipios serán democráticos y libres. Los recursos de la nación serán distribuidos en forma racional y terminará el centralismo predominante. El Distrito Federal se convertirá en un Estado de la federación.

2.- El Estado garantizará la plena libertad y el derecho a la información. La sociedad tendrá participación en los medios de comunicación masiva, a través de un Consejo Nacional integrado en forma plural, sin predominio del gobierno ni de la empresa privada. Los estados tendrán facultades para el establecimiento de estaciones de radio y televisión.

3.- México no podrá pertenecer a ningún bloque político-militar ni admitir en su territorio y mares, tropas o cuerpos policíacos extranjeros. Se prohibirá el tránsito de armas nucleares y químicas en el territorio nacional y en aguas territoriales. El Estado mexicano se proclamará no alineado y desarrollará una política en defensa de la autodeterminación de los pueblos, de paz y por el desarme nuclear, de no injerencia de los Estados en los asuntos internos de otros. Aplicará una conducta de solidaridad con los pueblos sometidos o agredidos. La política del gobierno se orientará a sostener relaciones con todos los Estados del mundo y a fomentar de manera muy especial las que se tienen con los países hermanos de América Latina, en todos los órdenes.

4.- Las instituciones de educación superior serán autónomas y se regirán en forma democrática; el Estado las sostendrá económicamente. Los trabajadores de la educación elemental y media, así como los padres de familia y los alumnos, participarán en la gestión educativa en forma democrática y a través de un sistema nacional. Toda la educación se mantendrá al margen de la religión y de la propaganda antirreligiosa.

5.- El Estado será multiétnico, plurilingüe y pluricultural. Los derechos democráticos y culturales de los grupos étnicos serán establecidos en las leyes del país.

6.- Toda discriminación por razones de condición económica, origen étnico, sexo, nacionalidad o práctica sexual, será eliminada y perseguida como ilícita.

7.- El sistema de justicia del país será reestructurado a fin de terminar con la corrupción. Los cuerpos políticos judiciales serán integrados con nuevo personal.

8.- La doctrina militar histórica de México que se basa en la defensa del país, será retomada y las fuerzas armadas nunca más podrán ser usadas contra el pueblo.

9.- Los principales objetivos de la política económica del gobierno serán: alcanzar la justa distribución de la riqueza; mejorar, especialmente, las condiciones de vida de los pobres; combatir el desempleo; desarrollar la capacidad productiva del país en todos los campos; pugnar por un nuevo orden económico internacional; liberar al país de las cargas financieras que le impiden su desarrollo.

10.- El servicio de la deuda externa será suspendido para lograr nuevas negociaciones con los acreedores, en las que habrán de involucrarse las cuestiones del comercio, el financiamiento y la transferencia de tecnología. Buscaremos el apoyo de los países deudores.

11.- El Estado rescatará los objetivos y formas de producción histórica del ejido y la comunidad. Aplicará, para ello, una política de integración de las unidades productivas -ahora parceladas-, mediante la organización cooperativa, comunal y la decisión voluntaria de los campesinos. El financiamiento y ayuda técnica a los campesinos tendrá alta prioridad. Se respetará y apoyará la auténtica pequeña propiedad; pero se buscará, al mismo tiempo, su integración en mayores unidades de producción, a fin de elevar la rentabilidad económica.

12.- El Estado asumirá su responsabilidad respecto de las empresas pública y social. Abarcará las áreas y actividades siguientes: Transportes y comunicaciones, hidrocarburos, gran minería, petroquímica, químicofarmacéutica, materiales radiactivos, siderúrgica, banca, seguros, comercio exterior, electricidad, industria militar, correos, telégrafos, teléfonos, distribución de energéticos. El Sistema de Economía Mixta será la base del régimen económico y social del país.

La empresa pública será democrática. En su dirección intervendrán los trabajadores. La rentabilidad y competitividad serán, en primer lugar, garantizadas por su propia dirección.

El Estado promoverá la creación de empresas cooperativas y autogestionarias, de propiedad nacional y administración libre de los trabajadores, en todas las ramas de la economía.

El Comité Ejecutivo del Partido Mexicano Socialista propone como compromiso de gobierno que si el candidato común a la Presidencia de la República obtiene la mayoría y asume el cargo, el gabinete será designado colectivamente con la participación de Heberto Castillo.

Si no logra el triunfo electoral, ambas organizaciones se mantendrán en la oposición, dedicarán todos sus esfuerzos a fortalecer la gran alianza de fuerzas democráticas, a organizar y a impulsar las luchas del pueblo. Por tanto, ninguno de los dirigentes del Partido Mexicano Socialista y de la Corriente Democrática podrán aceptar cargo de responsabilidad política dentro del gobierno.

El resto de la campaña electoral deberá ser coordinada por los Comités de Campaña de ambos candidatos, con el propósito de que la máxima participación del Ing. Heberto Castillo contribuya al fortalecimiento de la campaña común.

La Corriente Democrática y el Partido Mexicano Socialista quedarán en libertad de mantener las alianzas que han concertado y decidir sobre las que consideren en el curso de la campaña electoral. Al mismo tiempo las dos organizaciones llevarán a cabo un plan conjunto para la defensa del voto popular.

La Corriente Democrática y el Partido Mexicano Socialista mantendrán su alianza en todas las esferas políticas y sociales, y en todos los órganos e instituciones de la representación popular a los que concurran. Por tanto, la alianza que ahora propongo es el inicio de un compromiso a pactar en los comicios locales y federales de los próximos años. Los candidatos en cada elección serán elegidos conforme a los procedimientos que se decidan de común acuerdo, lo cual presupone la posibilidad de elecciones preliminares cuando así lo decidan ambas partes.

Propongo que busquemos conjuntamente pactos de carácter político democrático con otras organizaciones de la oposición.

Si la Corriente Democrática y su candidato a la Presidencia de la República están de acuerdo con las propuestas que aquí formulo, procederé de inmediato a retirar mi candidatura a la Presidencia de la República y en el mismo acto propondré a mi partido y a las organizaciones aliadas en esta lucha, que el PMS registre a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano como su candidato a la Presidencia de la República. Hago estas propuestas en la convicción profunda de que responden al momento singular que reclama el alto interés de la nación, a la vocación unitaria y de poder que llevó a los luchadores por el socialismo a fundar el Partido Mexicano Socialista, a cuya construcción dedicaré con el mayor entusiasmo hasta el último momento de mi vida.

Con la seguridad personal de que éste es el camino por donde hoy debemos conjugar nuestros esfuerzos, continuaré con más bríos en esta contienda electoral. Así expreso mi profunda convicción del valor de la causa de los trabajadores, más allá de personalismos, y mi reconocimiento a la gran cantidad de mexicanos y mexicanas que me manifestaron su adhesión en esta campaña. A ellos, y a mi partido, pido nuevamente su apoyo para llevar adelante esta importante decisión.

 

Resolución del PMS sobre la propuesta de Heberto Castillo.

 

El Consejo Nacional del Partido Mexicano Socialista -órgano de dirección entre la realización de los congresos nacionales-, se ha reunido con el fin de examinar la proposición hecha por el compañero Heberto Castillo y que fue respaldada por unanimidad por el Comité Ejecutivo. En dicha proposición se plantea una alianza con la Corriente Democrática y el candidato a la Presidencia de la República, Cuauhtémoc Cárdenas. El Consejo Nacional ha resuelto lo siguiente:

1. El Partido Mexicano Socialista surgió con el propósito de dar un aporte a la unidad de los socialistas del país, y también, a la colaboración más grande posible entre todas las fuerzas democráticas y partidarias de las trasformaciones sociales de carácter popular y nacional. La situación de México, especialmente en cuanto a la existencia de un régimen corporativo y presidencialista, exige una acción concertada entre diversas corrientes políticas e ideológicas para vencer la herencia de antidemocracia, corrupción y sometimiento de la sociedad y de las organizaciones del pueblo trabajador al poder del Estado. Esta acción debe procesarse hasta convertirse en una alianza de gran alcance, de carácter histórico, que permita la transición a la democracia.

Los socialistas buscamos la más amplia democratización del Estado y la sociedad, en la que el pueblo trabajador conquiste su plena autonomía política e ideológica y encabece a la nación hacia profundas trasformaciones. Mas este proceso hacia un nuevo poder tendrá que fraguarse en la acción de los trabajadores del campo y la ciudad, en el surgimiento y democratización de sus organizaciones, y en la realización de pactos y alianzas políticas entre fuerzas diversas, comprometidas en objetivos comunes. El Partido Mexicano Socialista tiene ahora, y tendrá en el futuro, la necesidad de jugar un papel relevante en el logro de estos objetivos.

2. La crisis económica de México y las continuas cesiones a los derechos soberanos del país reclaman una acción política de gran trascendencia. No sólo se ha atrofiado el desarrollo de la economía, sino que también se producen cambios sociales bajo los cuales los trabajadores de la ciudad y el campo -la inmensa mayoría de la nación- están pagando un alto precio.

La situación de México reclama grandes iniciativas, con el objetivo de unir a los sectores y fuerzas capaces de brindar una nueva opción frente a los graves problemas económicos y sociales.

3. La unidad de tales fuerzas solamente puede sustentarse en relaciones de alianza. Para convertir la lucha política en un instrumento de los trabajadores de la ciudad y el campo, de los jóvenes y las mujeres, es indispensable que la acción conjunta de fuerzas convergentes se sustente en el respeto mutuo, en la negociación, en los pactos democráticos y abiertos a la opinión pública.

Nuestro partido aprecia la diferencia entre las alianzas o convergencias y las relaciones de supeditación política.

La independencia del Partido Mexicano Socialista, como lo señalan sus documentos básicos y fundacionales, respecto del poder y de toda otra organización política nacional o extranjera, constituye una característica irrenunciable.

4. Durante la campaña electoral, nuestro partido ha puesto especial énfasis en la creación y desarrollo de las organizaciones del pueblo trabajador, y en el impulso del PMS como instrumento de lucha, así como en la profundización y perfeccionamiento de los planteamientos políticos y programáticos de los socialistas y de los trabajadores. Durante estos meses, por todo el país se ha escuchado y comentado la convocatoria de nuestro partido. Todo esto es parte de una manera de ser y de actuar, basada siempre en la convicción de que todo cambio progresivo tendrá que venir de la acción del pueblo trabajador de las ciudades y el campo, la juventud, las mujeres, la intelectualidad avanzada.

5. En la presente contienda electoral se ha creado un nuevo clima político no registrado desde hace muchos años. Exige hoy una decisión clara y entusiasta para avanzar firmemente en la democratización plena del país, pero también han surgido tendencias de polarización. Esto último es comprensible por cuanto al escaso desarrollo democrático y los bloqueos históricos a la lucha política -impuestos por el poder del Estado- llegan a grandes segmentos de la ciudadanía a apoyar a las que se consideran las oposiciones electorales más grandes o más conocidas.

El grupo gobernante no admite que el poder esté en juego en las elecciones. Utiliza todo el aparato del Estado a su servicio, atropella los derechos no solamente de los partidos sino de la ciudadanía en general, para imponer sus dictados. Por ello, las respuestas opositoras del pueblo tienden a concentrarse.

Esta situación subraya la necesidad de las alianzas serias y respetuosas, con base en principios programáticos y políticos, que canalicen la oposición popular.

6. La propuesta que presentó el compañero Heberto Castillo al Comité Ejecutivo del PMS, y que fue respaldada por éste de manera unánime, es la expresión de un análisis político en el que se pone en relieve la necesidad de ir a la búsqueda de la democracia mediante pactos y alianzas entre fuerzas diferentes.

En tal propuesta, el PMS sostiene que el convenio con la Corriente Democrática debe recoger el contenido democrático, obrero, popular y nacional del programa de los socialistas, así como los acuerdos políticos esenciales que den viabilidad a la acción conjunta.

La alianza entre el Partido Mexicano Socialista y la Corriente Democrática, tanto para la coyuntura electoral como para el futuro, expresa una necesidad política de millones de mexicanos que le dan la espalda al pretendido continuismo del actual grupo en el poder y, al mismo tiempo, aspiran a una transición democrática. Por ello, ésta va más allá del interés concreto de ambas organizaciones y se convierte en una perspectiva de lucha permanente a favor de la democracia, en el fortalecimiento y unidad del movimiento popular, la trasformación económica y social de México y la defensa de nuestra soberanía.

La mencionada propuesta comprende un convenio para pugnar por un nuevo gobierno y, a la vez, un compromiso de acción para después de las elecciones del próximo 6 de julio, como corresponde a los requerimientos, tanto de la situación de México, como de millones de mexicanos que buscan transformaciones efectivas en el país.

7. El Partido Mexicano Socialista mantendrá, plenamente, los pactos que ha firmado con otras organizaciones políticas: la Coalición Obrera, Campesina, Estudiantil del Istmo y la Organización de Izquierda Revolucionaria-Línea de Masas; así como las que se han realizado a nivel local en algunas entidades del país.

8. El Consejo Nacional del PMS reconoce la gran tarea realizada durante estos meses por el compañero Heberto Castillo; su entrega a la tarea que le confiaron el partido y los electores del 6 de septiembre de 1987. Durante más de 8 meses, Heberto levantó la bandera de lucha por la democracia y el socialismo por todo el país, visitó todos los estados, participó en centenares de actos políticos de diverso tipo y entregó el mensaje del PMS a muchos mexicanos y mexicanas quienes le brindaron su apoyo. De manera muy especial, el Consejo reconoce la decisión del compañero Castillo al proponer, a la dirección y a todo el partido, la alianza con la Corriente Democrática. Por estos motivos, consideramos ejemplar la conducta de Heberto y sabemos que continuará en la más intensa actividad política antes y después de las elecciones.

9. El Consejo Nacional del Partido Mexicano Socialista aprueba la propuesta hecha por el compañero Heberto Castillo y respaldada por decisión unánime del Comité Ejecutivo, en la que se plantea la alianza con la Corriente Democrática y propone al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas como candidato del PMS a la Presidencia de la República. El Consejo Nacional está seguro de que todo el partido, sus amigos y simpatizantes apoyarán esta trascendental decisión. Sobre la base de un acuerdo unánime, este organismo de dirección dará curso inmediato al registro de Cuauhtémoc Cárdenas como nuestro candidato a la Presidencia de la República.

Esto significará que durante las semanas que restan a la campaña, nuestro partido deberá realizar el mayor esfuerzo. Para ello deberá dar gran impulso a la candidatura presidencial y a las de senadores, diputados, representantes, gobernadores, diputados locales y regidores.

En esta dirección, la cohesión política y la unidad de las direcciones locales y municipales es de la mayor importancia física de sus miembros en todas las entidades del país. Los consejos estatales deberán realizar asambleas extraordinarias, ampliadas a los candidatos a diputados y senadores, para adoptar las medidas de organización y propaganda que indica la nueva situación.

10. La decisión que ha tomado el Consejo Nacional es de una gran trascendencia. Mas es posible ampliar las alianzas con fuerzas regionales que pueden ver en nuestro partido a la organización, con la suficiente seriedad y autoridad, para tomarse conscientemente y en condiciones de respecto, de gran esfuerzo nacional que busca el cambio político en el país.

11. La dirección del PMS declara enfáticamente que hoy como siempre asume la responsabilidad de sus propios actos y que, junto a todo el partido, defenderá su decisión, tomada en el marco de nuestras normas internas.

México, DF, a 5 de junio de 1988. "Democracia, soberanía, revolución y socialismo" El Consejo Nacional del Partido Mexicano Socialista

Fuente: La Unidad. Gaceta Informativa del Partido Mexicano Socialista, Número 39, 5 de junio de 1988.