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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1986 Conferencia de prensa ofrecida al término del almuerzo que tuvo lugar en el Club de Prensa Nacional

Miguel de la Madrid.
Washington D.C., 14 de Agosto de 1986

La Presidenta del Club de Prensa Nacional: Tenemos preguntas sobre varias áreas, señor Presidente. Quisiera saber: ¿qué tipo de acuerdos propone usted para el acceso de trabajadores mexicanos a trabajos en Estados Unidos? ¿A qué tipo de protecciones se está refiriendo usted?

-Respuesta: El problema de un convenio bilateral en materia de trabajadores migratorios es un problema muy complejo, ya que el problema es dinámico. Los flujos migratorios dependen, fundamentalmente, de la intensidad y dinamismo de la demanda en los Estados Unidos, y también de la situación económica interna de México. Estas condiciones son variables y no permiten que haya una proyección clara y definitiva de cuáles serán esos flujos migratorios.

Más bien el convenio que creo podría elaborarse entre los dos Gobiernos, sería uno en que ambos países se comprometieran a mantenerse debidamente informados del fenómeno y que hubiese, de parte de autoridades norteamericanas, un mayor cuidado en el respeto a los derechos humanos y laborales de los trabajadores migratorios mexicanos. Esa es la idea que tenemos nosotros.

-Pregunta: ¿Cuál es su respuesta, señor Presidente, a la actitud de jerarquía de la Iglesia, que pide se anulen las elecciones por fraude?

-Respuesta: En primer lugar, la República no acepta la intervención de las iglesias en asuntos políticos, ya que nuestra historia, tanto en el siglo XIX como a principios del siglo XX, estuvo llena de conflictos religiosos, que nos causaron guerras civiles y muchas muertes. El principio de la separación de la Iglesia y el Estado está consignado en la Constitución General de la República. En consecuencia no aceptamos la intervención de las iglesias en asuntos electorales.

Por otra parte, esta petición que se ha hecho por otros grupos al Presidente de la República, implica que el Presidente de la República viole la Constitución General y viole la Constitución del Estado de Chihuahua.

Las elecciones de Chihuahua son de la competencia y responsabilidad de los organismos electorales del Estado de Chihuahua. La Federación no puede intervenir en estos procesos.

-Pregunta: Varias personas han dicho, señor Presidente, que no sólo la jerarquía eclesiástica ha llamado la atención a esta situación, sino que también intelectuales mexicanos. ¿Están mal informados o cuál es la situación?

-Respuesta: Obviamente, hubo en el Estado de Chihuahua una apasionada lucha electoral: él partido que obtuvo el segundo lugar en la votación conquistó 230 mil votos, y el partido ganador obtuvo 400 mil en la elección para Gobernador.

Hay, desde luego, gran pasión política de las partes y hay argumentos que se han manejado respecto a la regularidad de las elecciones.

El Colegio Electoral de Chihuahua recientemente escuchó y tomó en consideración las protestas que se han hecho y consideró que no eran suficientes para anular la elección tal y como lo pretendían esos grupos. El Gobierno de la República respeta la decisión del Colegio Electoral del Estado de Chihuahua.

-Pregunta: Aquí hay un grupo de delegados civiles del Estado de Chihuahua que dicen que usted, señor Presidente, se negó a recibirlos en México. Si es verdad eso, ¿por qué?

-Respuesta: Efectivamente estamos enterados de la actividad de estos grupos, por cierto muy pequeños, y que han recibido un reproche mayoritario de la opinión pública mexicana.

Los mexicanos, como los norteamericanos, somos muy celosos de nuestra soberanía y de nuestra independencia. La mayoría de los mexicanos ha condenado que se pretenda excitar la intervención de autoridades norteamericanas en procesos que sólo corresponde calificar y decidir a los mexicanos.

-Pregunta: Se dijo hoy, señor Presidente, que usted está de acuerdo en establecer una operación especial para que los, aviones americanos puedan sobrevolar y perseguir aviones que se sospeche lleven drogas, es decir, cruzar la frontera de los Estados Unidos a México. ¿Puede usted confirmar este informe? En segundo lugar, ¿puede usted darnos una evaluación de cómo se recibirá este acuerdo en México?

-Respuesta: Quiero desmentir categóricamente esta información, no tiene base alguna. Los acuerdos de cooperación que hemos venido desarrollando los dos Gobiernos parten del principio de que cada Gobierno debe hacerse cargo en su propio territorio, con sus propios elementos, de la lucha contra el narcotráfico. Hemos convenido múltiples mecanismos de cooperación, en primer lugar de información, pero de ninguna manera hay mezcla o confusión en las fuerzas públicas de seguridad de ambos países en el combate al narcotráfico o en el combate a cualquier fenómeno delictivo.

Estamos convencidos de la necesidad de una mayor y más eficaz colaboración, pero respetando la soberanía y el derecho de cada país, y sin permitir que fuerzas públicas del otro país entren en otro en esta lucha conjunta.

-Pregunta: ¿De suerte que no es cierto para nada, no son ciertas las sugerencias de que México esté de acuerdo en que los aviones americanos puedan sobrevolar y perseguir aviones más allá de la frontera de los Estados Unidos?

-Respuesta: Hemos convenido los dos países en reforzar la vigilancia cada uno del lado de nuestra frontera. México ha reforzado su vigilancia aérea, como también ha reforzado su vigilancia en tierra y en mar, pero no hay fundamento alguno respecto a esta noticia que apareció en algunos medios de comunicación el día de hoy.

-Pregunta: ¿El aumento de la cooperación, quizás, podría consistir en mayor intercambio de información de los Estados Unidos a México sobre naves aéreas?

-Respuesta: Desde luego que el intercambio de información es muy necesario, porque -repito- el narcotráfico es un delito de secuencia internacional. Los narcotraficantes que operan en México están asociados frecuentemente con los narcotraficantes de los Estados Unidos. Los pedidos de la droga se hacen desde Estados Unidos. Muchas veces el apoyo del financiamiento se hace también desde Estados Unidos y, a su vez, los narcotraficantes mexicanos acostumbran tener su dinero en Estados Unidos, ya sea en inversiones bancarias o en otro tipo de activos; en consecuencia, el cruce de información es indispensable para que podamos ser eficaces los dos Gobiernos y combatir el narcotráfico. Es una guerra conjunta contra un enemigo común.

-Pregunta: ¿México no debe hacer más, señor Presidente, para registrar la entrada ilegal de sus ciudadanos a los Estados Unidos? ¿Por qué piensa usted que sólo es problema de los Estados Unidos?

-Respuesta: En México, como en Estados Unidos, está garantizada por la Constitución la libertad de tránsito y de movimiento de sus ciudadanos. No podríamos nosotros restringir el movimiento de los ciudadanos mexicanos cuando quieren salir del país. Creo que de fondo debemos ver el problema estructural, repito, de nuestras economías. La mejor forma en que México puede disminuir los movimientos migratorios de mexicanos hacia los Estados Unidos, es recuperar la economía y generar más empleos. Esta es la solución de fondo de este problema.

-Pregunta: ¿El control de la población es un objetivo importante para México? Si es así, ¿qué es lo que se hace para desalentaré¡ aumento de la natalidad?

-Respuesta: México desde hace aproximadamente trece años estableció como una política oficial el apoyo a los programas de planeación familiar, convencidos de que la tasa de incremento de nuestra población que se había ven ido observando, había llegado a números muy elevados.

Quiero simplemente recordar que en los últimos 45 o 50 años México ha cuadruplicado su población: en tanto que en 1940 –para señalar una fecha que ahora recuerdo- había un anuncio famoso que decía, respeto a un producto, a una cerveza si mal no recuerdo, que 20 millones de mexicanos preferían ese producto, las últimas cifras estima das de nuestra población son 80 millones. Y es que como decía algún amigo, no es que nos gusten tantos los niños, sino que nos gustan mucho nuestras mujeres.

Se estableció toda una política de planeación familiar respetando absolutamente la libertad de la pareja para decidir el número y la frecuencia de la familia. Quiero recordar que en los años sesenta el crecimiento de nuestra población era de 3.5 por ciento anual, gracias a estos programas que hemos seguido, respetando, repito, la libertad de la pareja para decidir, la tasa de incremento ha bajado al 2 por ciento el año pasado. Nuestra meta es continuar con este programa de tal manera que esta tasa se reduzca al uno por ciento en el año 2000.

-Pregunta: Señor Presidente, ¿es importante el éxito de estos esfuerzos para los problemas económicos y sociales de México de largo plazo?

-Respuesta: Es muy relevante. El crecimiento demográfico tan dinámico en los últimos años nos ha impuesto una carga extraordinaria, porque tenemos una población tremendamente joven. La población de menos de 18 años representa la mitad de nuestra población. Esto significa que hay una enorme población dependiente que no aporta a la producción de bienes y servicios, sino que es objeto de atención en términos de salud, de educación, de vivienda, de infraestructura; pero, sobre todo, nos implica un gran reto en términos de creación de empleos, y ello quiere decir la necesidad de crecimiento económico.

En consecuencia, yo creo que en la medida que se vaya moderando, como está sucediendo, el crecimiento demográfico de México, vamos a estar en condiciones de superar de mejor manera el problema social que implica en México que todavía sufrimos grandes desigualdades en las condiciones de vida de nuestra población y en el desarrollo de las distintas regiones del país.

Pero nuestra política demográfica no es solamente de tipo cuantitativo, no solamente se refiere a la cantidad de la población, sino que nuestra política demográfica actúa sobre los aspectos cualitativos: mejorar la calidad de nuestra población mediante diversos programas de desarrollo social, mediante la extensión de los servicios de salud a la mayoría de la población, mediante la ampliación constante de nuestros servicios educativos, mediante la ampliación de los servicios de infraestructura urbana y vivienda y de generación de empleos, y también a través de una mejor distribución de la población en nuestro territorio, que se había venido concentrando excesivamente en grandes áreas urbanas. La ciudad de México tiene ahora, aproximadamente, 18 millones de habitantes, y Monterrey y Guadalajara son centros que están siguiendo la tendencia.

Estarnos instrumentando programas de desarrollo que tratan de que la población esté mejor distribuida en todo el territorio nacional, y para ello estamos dando prioridad al desarrollo de las ciudades de tamaño medio. Tenemos 50 ciudades escogidas ya con una base que nos permite impulsar su desarrollo y evitar así su concentración.

-Pregunta: Señor Presidente, un reportero de Texas tiene una pregunta específica que quiere hacer: el 3 de diciembre fueron asesinados por un chofer mexicano, en San Benito, Texas, tres americanos. El chofer después se regresó a México. No se puede aplicar un tratado de extradición porque no existe ese tratado. ¿Qué es lo que están ustedes haciendo sobre estos problemas de extradición y, por otra parte, apoyaría usted un tratado de esta naturaleza?

-Respuesta: Estamos en pláticas los dos Gobiernos, a través de los Procuradores Meese y García Ramírez, para mejorar todo lo que implica cooperación binacional en materia de procuración y administración de justicia. Esperamos llegar pronto a acuerdos, incluyendo acuerdos relativos a extradición de criminales. Hay ciertos acuerdos que están vigentes a la fecha; pero sentimos que hay que mejorarlos y, sobre todo, hay que hacer que los trámites legales sean más ágiles y eficaces.

-Pregunta: Señor Presidente, la pregunta es la siguiente: ¿trató usted el asunto de Nicaragua con el Presidente Reagan ayer, y si lo hizo, hubo algún punto de acuerdo en cuanto a cómo se puede terminar la guerra civil en ese país?

-Respuesta: Sí tratamos asuntos de naturaleza internacional y, desde luego, hicimos algunos comentarios sobre Centroamérica y Nicaragua. Sin embargo, el peso específico, el tiempo que dedicamos a estas materias fue menor que en otras ocasiones.

Yo sé muy bien que en esta materia de política centroamericana nuestros países tienen divergencias en cuanto a los medios para alcanzar los fines.

Los fines de tener una región centroamericana pacífica, una región e se evite la violencia, una región donde podamos promover el desarrollo económico y social, son fines compartidos.

México sigue insistiendo en que un arreglo de fondo de la cuestión centroamericana debe obtenerse mediante negociaciones diplomáticas de la y también asociadas a programas de desarrollo económico y región.

México piensa que el fondo de los conflictos en América Centra es el subdesarrollo económico, social y político de esos países, y que todos los países del continente americano debemos preocuparnos por producir, por inducir este desarrollo; pero México insiste en que no son los medios militares los apropiados para conseguir estos fines.

-Pregunta: Señor Presidente, ¿se siente usted optimista en el sentido de que los esfuerzos de Contadora tendrán éxito? En segundo lugar, ¿qué significa la aprobación del Congreso americano de los fondos para los "contras"?.

-Respuesta: Yo creo que Contadora ha cumplido hasta ahora la tarea de detener una violencia generalizada en el área centroamericana; pero, desde luego, tengo que aceptar que Contadora no ha sido capaz de cumplir sus propósitos finales ya que el Acta de Paz que ha formulado el grupo no ha sido firmada por los países centroamericanos.

Creemos nosotros que la razón tendrá que imponerse finalmente que la violencia no va a arreglar los problemas, y que la violencia en Centroamérica implica, además, el riesgo de que haya agitación política en el resto de América Latina y que puedan perjudicarse las relaciones entre los Estados Unidos los países de América Latina. Esto México quiere evitarlo por que esta convencido que deberíamos de tener un clima de armonía y cooperación en el continente americano.

-Pregunta: Señor Presidente, ¿cómo puede usted justificar el apoyo al gobierno sandinista, un gobierno que no ha cumplido con las promesas hechas a la organización de Estados Americanos, una Revolución que ha fracasado y que no proporciona democracia y libertad para el pueblo de Nicaragua?

-Respuesta: En el proceso de Contadora México no apoya a ningún grupo político específico, sino que trata de que se resuelva un conflicto por medio de la negociación.

México tiene relaciones diplomáticas con Nicaragua, como las tiene con el resto de los países centroamericanos, y como entiendo también tiene esta relación el propio Gobierno de los Estados Unidos. En cuanto a asuntos políticos internos, México sostiene que debemos respetar el principio de la no intervención y dejar a cada pueblo la decisión sobre su destino.

Todos deseamos que en el continente americano se desarrollen sistemas democráticos con respeto de la libertad y de ¡ajusticia, sistemas que no se involucren en los conflictos internacionales entre las grandes potencias. Pero la forma de hacerlo, la forma de conducir sus destinos, es una cuestión que, en opinión de México, debe dejarse a la responsabilidad de cada país.

-Pregunta: Otro tema, señor Presidente. El senador De Concini dice que le ha proporcionado pruebas de que la Policía Federal de México, un Gobernador de Sinaloa y un ex Gobernador de Sonora están implicados en el tráfico de drogas. ¿Cómo puede usted acabar con este tipo de corrupción?

-Respuesta: El senador De Concini ha mostrado preocupación sobre este tipo de problemas de corrupción en México en relación al combate de las drogas, pero no me entregó evidencia alguna sobre el particular. Le ofrecí que nuestra Procuraduría de justicia Federal estaría abierta a recibir cualquier información que nos pueda conducir a la investigación supuesta de estos delitos o de estos fenómenos de corrupción.

Lo que pasa en esta materia es que con frecuencia hay rumores o calumnias que a personas de buena fe sorprenden y los inducen a hacer cierto tipo de afirmaciones. En México, como en los Estados Unidos, no se puede proceder sin suficiente prueba o evidencia en contra de personas. Y creo que debemos de tratar de no implicar supuestas responsabilidades de personas, mientras no haya la prueba suficiente.

-Pregunta: ¿Qué hay de los alegatos de que parientes suyos han tenido que ver con el tráfico de drogas?

-Respuesta: Se dijo que un primo mío estaba involucrado en el problemas de narcotráfico.

Inmediatamente di instrucciones al Procurador General de la República para que hiciera la investigación correspondiente. Este pariente mío se puso a la disposición de la Procuraduría General de la República para que se le sometiera a una investigación detallada, puesto que él niega totalmente estos cargos. Hasta la fecha las investigaciones no han señalado que esté involucrado en problemas de narcotráfico.

Pero vuelvo a afirmar: en el Gobierno de México ni parentescos, ni amistades, ni influencias políticas, deberán detener la acción de la justicia, máxime en el caso del combate al narcotráfico. Cada quien deberá responder de sus actos y de sus conductas.

-Pregunta: ¿Esa investigación a que se refiere continúa, o ha quedado terminada?

-Respuesta: Está abierta la investigación, y hasta la fecha no se han producido indicios de responsabilidad.

-Pregunta: Varias personas tienen preguntas sobre la economía. Señor Presidente: ¿cuáles son las circunstancias que hicieron que México entrara al GATT, después de rechazar al GATT hace unos años?

-Respuesta: México piensa que para reforzar su economía, para hacerla más eficiente y competitiva, debe sujetarse a una mayor competencia ante la economía internacional. Pensamos que un excesivo proteccionismo, que tuvo alguna justificación en las primeras etapas de nuestro desarrollo industrial, ya no es válido. El proteccionismo ha implicado ineficiencias, obsolescencias y retrasos en la economía mexicana, con dos efectos negativos principales: un costo excesivo para el consumidor mexicano, por una parte, y, por la otra, una situación interna de ineficiencia que le ha restado competitividad a la economía mexicana frente al exterior. De ahí que se haya producido uno de los fenómenos estructurales generadores de la crisis económica que ahora padecemos: nuestra incapacidad de vender al exterior, de tal manera de financiar en términos sanos nuestras importaciones, las que necesitamos y seguiremos necesitando para nuestro proceso de desarrollo.

Hace algunos años, México no consideró oportuno entrar al GATT, porque había la idea de que la abundancia del petróleo mexicano y la situación del mercado internacional del petróleo le daban a México un arma de negociación en materia comercial.

Mi Gobierno, cuando tomó posesión de su responsabilidad. volvió a examinar este fenómeno.

Una de las directrices fundamentales de nuestra estrategia de desarrollo fue modernizar y hacer más eficiente a la economía mexicana. Para ello, necesitamos revisar el proteccionismo excesivo a que me he referido hace un momento.

Por otra parte, también pensamos que México puede obtener en el GATT oportunidades de negociación multilateral que pueden abrirnos mayores posibilidades en el comercio mundial. De ahí que el Gobierno haya decidido negociar su ingreso al GATT, después de haber escuchado al Senado de la República, quien, a su vez, hizo una amplia consulta popular.

Iniciamos las gestiones de nuestra admisión en el mes de noviembre y las concluimos exitosamente en el mes de julio.

México ya ingresó al GATT, y solamente falta para la formalización de nuestro ingreso, la ratificación del Senado, la cual he promovido y espero que se considere en el próximo periodo ordinario de sesiones, que empieza en el mes de septiembre.

-Pregunta: En términos de las relaciones entre Estados Unidos y México, ¿será mejor Presidente para los Estados Unidos el señor Bruce Babbitt, o quizá algún otro demócrata o republicano? Y, si usted sabe el nombre, díganoslo.

-Respuesta: Siguiendo la misma norma que los mexicanos consistentemente seguimos, de rechazar cualquier interferencia en nuestros asuntos políticos internos, me abstengo de contestar esta pregunta.