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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

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ISBN 970-95193

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1974 Carta de Lucio Cabañas

Sierra de Guerrero, a 20 de enero de 1974

 

COMUNICADO

Sierra de Guerrero, a 20 de enero de 1974 (Carta 1)

COMPAÑEROS ESTUDIANTES:

Con entusiasmo los saludamos y al mismo tiempo les damos nuestra sincera felicitación por las múltiples acciones que han realizado para el mejoramiento de la educación y para el impulso de la lucha revolucionaria del Pueblo. Dentro de los lineamientos que el Partido de los Pobres sostiene para la conducción de la nueva revolución, quedan los trabajos revolucionarios que ustedes como estudiantes han realizado hasta esta fecha y por esta razón les damos nuestra felicitación y les invitamos a seguir adelante.

Debemos tener presente que la forma de lucha principal, para el momento que vivimos, es la guerra de guerrillas en las montañas y en las grandes poblaciones; pero que la lucha armada en forma de guerra de guerrillas no puede avanzar victoriosamente si no la ayudamos como todas las demás formas de lucha que se puedan aplicar. Cada forma de lucha es como un brazo del pueblo y quien renuncia a una o a varias cuando son posibles de aplicarse viene a ser como quien cruza de manos al pueblo para que la burguesía lo golpee con más comodidad. De este modo el Partido de los Pobres se pronuncia en favor de usar todas las formas de lucha que sean aplicables y de provecho para el movimiento revolucionario. Las formas de lucha que no aceptamos son aquellas que al aplicarse debilitan la lucha revolucionaria, tal como la lucha electoral en la que no debemos participar porque el voto del pueblo no es respetado y si la burguesía lo respetara de todos modos no nos bajaríamos de la sierra dejando las armas. Debe entenderse, pues nosotros estamos completamente convencidos que la revolución socialista se hará peleando con las armas, que sin guerra de los pobres contra los ricos no habrá revolución y que por lo mismo hacer la guerra, del tipo que sea, es el trabajo principal y el más importante que tenemos que atender todos los que nos proponemos la revolución. Cuando la guerra va naciendo necesita de más formas de lucha que la auxilien y cuando la guerra creció al grado de abarcar la mayor parte del pueblo, necesita de menos formas de lucha porque el pueblo está incorporado a la guerra y casi no hay gentes que luchen de otro modo y también porque el enemigo es más débil y pudiéramos decir que hay un grado de debilidad tan grande del enemigo que hasta con una mano le podemos pelear, cuando esto puede aplicarse es el momento en que la burguesía pierde con sólo la guerra regular en plena ofensiva y la huelga general de los trabajadores. Éste es el criterio que tiene el Partido de los Pobres y su Brigada Campesina de Ajusticiamiento y esta línea de orientación a nuestro pueblo está respaldada por seis años sin fracasos, que llevamos levantados en armas en la sierra de Guerrero. Por esta razón pedimos a Uds., estudiantes, que sigan haciendo mítines, manifestaciones, asambleas públicas y clandestinas, pintando mantas y paredes, pero hacerlo con las gentes del pueblo porque un movimiento puramente estudiantil es de menor importancia para la revolución, estudiantes que no buscan al pueblo no son revolucionarios; movimiento estudiantil que no trata los problemas del pueblo, no es revolucionario. En fin, queremos que todos los actos de ustedes sirvan para orientar al pueblo y los estudiantes hacia hacer la guerra aun valiéndose de las formas legales de lucha como lo han venido haciendo. Pero no puramente eso, pueden comenzar a formar pequeños grupos armados clandestinos que ajusticien a los malos funcionarios del gobierno o caciques o comandantes de policía, o para que hagan asaltos a bancos o secuestros a millonarios. Pero el hacer acciones armadas no debe ser motivo de renunciar a las formas de lucha donde participan legal o ilegalmente las multitudes de gentes del pueblo; porque la movilización del pueblo despierta a los hombres y mujeres que no entienden la revolución que se avecina.

Estas cosas se las decimos, porque sabemos que ya también en la Universidad de Guerrero está llegando el ultraizquierdismo que propagan gentes que nunca han dirigido ni a obreros ni a campesinos que no tienen ninguna práctica revolucionaria y cuya cabeza traen cargada de libros leídos de tajo y revés; que les hablan de que la universidad es una fábrica, dan consignas de que el movimiento de masas ya use las armas cuando apenas va tomando forma; hablan o amenazan de matar a compañeros del Partido de los Pobres por el solo hecho de no estar de acuerdo con sus locuras; pero les pedimos a esos ultraizquierdistas que vayan a matar a los enemigos del pueblo, que tomen las armas contra el ejército burgués que ha matado estudiantes el Dos de Octubre y el Diez de Junio. Que vayan a destruir las cárceles y las mansiones de los millonarios y que no destruyan la Universidad que es casa donde al mismo tiempo que caben los hijos de los enemigos de la revolución, también viven ahí los hijos del pueblo campesino y obrero aunque en poca cantidad.

En la Brigada Campesina de Ajusticiamiento admitimos a cinco ultraizquierdistas bajo la condición de que ellos venían a fortalecer al Partido de los Pobres y a la Brigada; que se disciplinarían a acuerdos de la mayoría y que les daríamos toda la libertad de dar a conocer sus diferentes puntos de vista sobre la lucha; que cuando la mayoría apoyara sus puntos de vista los pondríamos en práctica. En los primeros días se mostraron como los mejores compañeros, pero después comenzaron a hacer labor a escondidas para cambiar la Dirección de la Brigada y del Partido para poner uno de ellos; por lo cual se les hizo la primera expulsión. Después continuaron haciendo “grilla”, llamando a escondidas a los compañeros del grupo para decirles que la orientación del Partido y de la Brigada era una orientación pequeño- burguesa y no discutían en plena asamblea de Brigada porque nunca ganaban una discusión. Comenzaron a lanzar por aparte volantes en contra del Partido de los Pobres y a sostener opiniones que hasta un campesino muy ignorante les podía rechazar como fue cuando nos dijeron que “la lucha no es contra el gobierno, la lucha es contra el estado burgués”. Les contestamos que el gobierno es parte del estado burgués y que toda revolución ha comenzado luchando contra el gobierno. Invitaron a los trabajadores de las carreteras a entrar armados en Atoyac y asaltar las tiendas, cuando que Atoyac siempre ha estado bajo estado de sitio. Claro, ningún trabajador les hizo caso; pero ellos nunca aceptaron ninguna crítica ni se autocriticaron siempre se consideraron los únicos revolucionarios de México y han visto con desprecio a las demás organizaciones. Al Partido de los Pobres le niegan toda importancia, dicen que en él se practica el caudillismo, que hay una orientación pequeñoburguesa y que al estar en la sierra sosteniendo la guerra de guerrillas se ha caído en el militarismo. Por estas opiniones no los corrimos, los corrimos de la Brigada porque se formaron dentro de Brigada, en otro grupo y en otra Dirección, se hizo labor de propaganda a escondidas de los que dirigimos y se trató de dividir al grupo armado hasta acusando de policía a quien no les caía bien para sembrar la desconfianza entre nosotros mismos. Hay un sinfín de errores que sostienen en su orientación y los admitimos en nuestro grupo armado para ver si al contacto con el pueblo aprendan de él y corregían sus pasos. Todos los grupos que han venido de otras organizaciones revolucionarias han coincidido en gran parte con nosotros y muchas cosas nos han enseñado y han aprendido de nosotros. Pero los ultraizquierdistas aquí no demostraron ninguna modestia. Quisieron imponernos sus ideas y nos dijeron que en todas las cosas los del Partido de los Pobres estamos “jodidos”, pues es la palabra con que maltratan a otras organizaciones además de llamarles o llamamos pequeñoburgueses.

Estos elementos que expulsamos, se hicieron pasar como que eran de la organización Veintitrés de Septiembre. Después nos dijeron que eran de la Organización Partidaria; los documentos en los que querían que basáramos nuestra orientación son unos escritos mimeografiados de nombres “Madera Uno” y “Madera Dos”. De ellos, sólo uno fue excelente compañero y cuyo nombre es bien conocido, pues es Carlos Ceballos que estuvo preso con Carmelo Cortés en Chilpancingo. Para Carlos Ceballos o Julián va nuestro cariñoso saludo de siempre. Los expulsados están ahora haciendo labor de desorientación en la Universidad de Guerrero y sólo les creen quienes no han convivido con el pueblo; quienes no tienen una experiencia en el trato con el pueblo se dejan desorientar por los ultraizquierdistas. Si llegan en verdad a matar a nuestros líderes del movimiento urbano de masas, el Partido de los Pobres se verá obligado a contestar a quien sea: contestaremos a los porros, al gobierno, por cualquier atentado contra la vida de los estudiantes o maestros: pero es doloroso tener que decir esto mismo contra los ultraizquierdistas que expulsamos y que ahora quieren matar a compañeros nomás por no estar de acuerdo con sus ideas. La actitud de los ultraizquierdistas sólo viene a ser alegría para el gobierno y la burguesía, para quienes hemos luchando en la sierra es una tristeza.

Por la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del PDLP:

Lucio Cabañas Barrientos, Isidro Castro Fuentes, José Luis Orbe Ríos, Agustín Álvarez Ramírez, Enrique Velázquez Fierro.