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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1971 Comunicado de Genaro Vázquez

Campamento Revolucionario "José María Morelos" Montañas del Sur, julio de 1971

Señor:

Han circulado rumores y se han publicado noticias de que he aceptado una invitación del Gral. Joaquín Solano Chagoya, jefe de la 27 Zona Militar, para dialogar con él, a fin de que el general conozca mi ideología y propósitos, con el afán de "buscar la tranquilidad en el Estado de Guerrero".

La citada Zona Militar, con sede en Acapulco, ha sido parte promotora principal en los graves hechos de persecución y represión escenificados contra campesinos y el pueblo trabajador de ambas costas y de la sierra guerrerense, especialmente en lo últimos seis meses.

Además, mientras el general Solano Chagoya hace publicar su invitación al "diálogo", miles y miles de soldados de todas partes de la República se han concentrado en Guerrero y llevan al cabo una batida cotidiana para dar con nuestro paradero, sin importarles vejar al pueblo inocente.

Por otra parte, ya la nación, en especial esta Entidad, conoce nuestras banderas de lucha, de carácter político y social, concretizadas en las justas exigencias de campesinos y obreros porque les sean resueltos sus problemas, acabando con la injusticia, el hambre y la miseria crecientes en que se debaten, propiciadas por los grandes ricos capitalistas y terratenientes y el imperialismo norteamericano, dominante en nuestra patria.

Sabe también nuestro pueblo que durante más de ocho años y al frente de organismos legales y por conductos también legales, demandamos la solución de los problemas del campesino y del obrero y de otros núcleos del pueblo trabajador, sin encontrar más respuesta por los encargados del poder público que el silencío, la persecución, el encarcelamiento e incluso el asesinato individual y colectivo de mis compañeros.

No fue, en consecuencia, la conducta particularmente beligerante lo que nos impulsó a enfrentar con el fusil en la mano la situación imperante, sino el convencimiento definitivo de que el actual orden social, representado por los grandes ricos capitalistas, es un orden de injusticia permanente en que todo está determinado: que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres más pobres, sin contar que los apoderados de la riqueza son cada día un número más reducido, mientras la inmensa mayoría se empobrece; esto, a pesar de que es precisamente la mayoría empobrecida y despose ida la que trabaja y produce la riqueza que otros se apropian. Naturalmente con esto no estaremos de acuerdo nunca.

Durante once años atrás a la fecha, la mayoría de los guerrerenses en forma continuada y sistemática han venido padeciendo la vigilancia, persecución y represión policíaco-militar. En los últimos tiempos, la represión ha ampliado su radio de acción desplazándose con toda la agudización característica. En la ciudad de México el gobierno ha empleado sus baterías contra el Movimiento Democrático de los estudiantes, a quienes ha reprimido sangrientamente el Dos de Octubre de 1968 en Tlatelolco y el Díez de Junio del presente. Estas dos fechas son de luto nacional y hablan claro al respecto.

Cientos de ciudadanos honrados sufren injusto e ilegal encarcelamiento en el país, inventándoles y configurándoseles delitos del orden común para retenerlos presos, cuando en realidad sólo son personas que sustentan ideas políticas que discrepan de las impuestas por el régimen antiprogresista y antipopular que nos domina.

Ante la creciente combatividad de nuestro movimiento armado revolucionario y la viril y heroica resistencia de los campesinos y las masas trabajadoras negándose a servir de delatores al gobierno, el secretario de la Defensa Nacional y el procurador General de Justicia de la República han dispuesto la represión generalizada, vistiendo de civiles a grupos del ejército y de la policía encargados de este cometido, a efecto de eludir toda responsabilidad; dichos cuerpos, auxiliados por matones a sueldo de los caciques de la región, golpearon, persiguieron, secuestraron, asesinaron y han detenido hasta la fecha a cientos de campesinos y de humildes gentes del pueblo, sin excluir a las mujeres que con niños en los brazos fueron arrancadas de sus hogares con lujo de fuerza por quienes en los hechos constituyen ya la modalidad mexicana del "Escuadrón de la Muerte", de Brasil, con total respaldo de las dependencias gubernamentales mencionadas.

Por cierto, median meses ya de la detención de decenas de ciudadanos de la región, sin que ni la Secretaría de la Defensa ni la Procuraduría General hagan el menor indicio de cumplir con los deberes legales inherentes a su cargo informando de las gentes aprehendidas por corporaciones que están bajo sus órdenes.

Últimamente se ha difundido profusamente la información del organismo fascistoide "Justicia Anónima de Guerrero", y fuentes bien informadas nos han enterado que son los titulares de las dependencias citadas, Gral. Hermenegildo Cuenca Díaz y el Lic. Julio Sánchez Vargas, quienes han ordenado dicha publicación con el propósito de evitarse toda explicación molesta que haya que hacer en torno a los detenidos sometidos incluso a las más incalificables torturas, problema aparte de los desaparecidos definitivamente, lo que complica su situación de representantes y defensores del orden legal, con lo que resulta más fácil echar la culpa a su engendro fascistoide mencionado.
Ahora bien, los revolucionarios, fieles a nuestros principios de la verdad, de ninguna manera rehuimos ni tememos al diálogo y la discusión cuando son necesarios y factibles. Esta carta responde a esa actitud nuestra.

Estamos atentos al desarrollo político del país. Todo revolucionario tiene que hacerlo así. Sabemos del pronunciamiento de apertura democrática hecho por el presidente Echeverría, jefe del gobierno oligárquico en nuestra Patria, y desde luego del intento de diálogo personal propuesto por el general Solano. Mas mientras subsista la situación que denuncio en la presente, tal hecho no tendría sentido ni perspectiva positiva alguna para la causa del pueblo que tengo el honor de representar.
Con esto, creo dar cumplida respuesta al planteamiento del general Solano Chagoya

Por la Dirección Político-Militar Central de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria
           

Genaro Vázquez Rojas