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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1971 Carta de Manuel González Hinojosa a Heberto Castillo.

México, D. F., a 7 de noviembre de 1971.

 

ALENTADO por la invitación presidencial a los grupos de presión para que se integren en los partidos o funden otros y sin ocultar sus simpatías por el grupo en que figuran Carlos Fuentes, Heberto Castillo, Octavio Paz y otros (de hecho está en relación estrecha con ellos), Demetrio Vallejo declaró el 2 del actual que en este sexenio surgirá otro partido de oposición, el de todos ellos. Al día siguiente, el presidente del PAN, licenciado Manuel González Hinojosa, expresó que si hacen falta nuevos grupos políticos, a condición de que sean auténticos, independientes, virtudes de las que carece el grupo de Vallejo y los intelectuales mencionados, porque es al mismo tiempo "izquierdista y a la vez presidencialista", tiene como premisa seguir el pensamiento de Echeverría y, en esas condiciones, viene a dejar al régimen como "una paloma con dos muñones de alas izquierdas" (el otro muñón es el PPS).

Heberto Castillo replicó —todo esto ha sucedido a través de las páginas de Excélsior— que no siguen el pensamiento de Echeverría, acusó al PAN de ser "el sector reaccionario del gobierno", de haber guardado silencio cuando el movimiento ferrocarrilero y también en 1968 y dijo que incluso miembros del PAN secundaban a su grupo. Estos son los antecedentes de esta carta.

 

México, D. F., a 7 de Nov, de 1971.

Sr. Heberto Castillo.
Redacción de Excélsior.

 

Señor Castillo:

En el Excélsior del viernes 5 aparecen las declaraciones formuladas por usted al señor Manuel Mejido.

Dice el reportero que sin alzar la voz y calmadamente formuló usted sus declaraciones. Lástima que no corresponda el modo de expresarse al modo de pensar, porque ciertamente, no lo hizo con la calma y la tranquilidad necesaria para un buen juicio.

Podemos tratar de razonar sobre algunos aspectos de su actividad que interesan al país y que obviamente, están muy por encima de cualquier interés personal o de cualquier susceptibilidad.

Algunos de estos puntos podrían plantearse en la siguiente forma:

1. —Si el grupo del que usted forma parte, realmente pretende la formación de un movimiento o de un partido político basado en principios democráticos y en la obligación de combatir tantas injusticias como hay en México, coincidiría con objetivos fundamentales de Acción Nacional y aun cuando existieran discrepancias doctrinales de fondo o de simple táctica, esta coincidencia indica que el enemigo común es el grupo en el poder, porque a él se debe la situación antidemocrática y la injusticia.

2.—Si la inconformidad que ustedes tienen en contra del régimen se mediatiza por razones tácticas o de supervivencia y se reduce a atacar una parte del sistema, dejando intacta otra parte, existe el riesgo de que ese movimiento no sea de auténtica oposición y ésta se simule en perjuicio de ustedes mismos y de la parte del pueblo que logren afiliar a su movimiento, y esto, en las condiciones actuales de México, sería sumamente dañoso para el espíritu cívico y lograría un saldo de desilusión en muchas gentes que podrían ilusionarse con una nueva perspectiva de actividad política

3. —Por tal razón yo señalé en mis declaraciones el riesgo de que ustedes constituyan una izquierda presidencialista, inconforme con todo el régimen, pero muy obsecuente con los actuales responsables de su orientación.

4. —No merece la pena explicar el calificativo de izquierda. Ustedes no lo rechazan y los antecedentes de muchos de los que integran el grupo son de izquierda, matizada, pero de izquierda.

El calificativo de presidencialista, si merece una explicación. Usted participó en el movimiento estudiantil del 68 y tengo entendido de que fue uno de sus principales dirigentes. Durante el régimen de Díaz Ordaz fue encarcelado como consecuencia de su participación en ese movimiento. Y ya siendo presidente el licenciado Echeverría, usted y otras personas en las mismas condiciones, fueron excarcelados sin que hubiera una sentencia que declarara su inocencia o su culpabilidad.

Por otra parte, el señor Presidente de la República, dirigiéndose a los universitarios en general, en ocasiones expresamente y en ocasiones en forma indirecta, exhortó a este sector a ejercer los derechos políticos por los cauces legales y orgánicamente. La respuesta de usted y del grupo del que usted forma parte, fue formar un movimiento o un partido político, de acuerdo con las disposiciones legales vigentes, posición que antes despreciaban.

Yo consideré acertado ese cambio de mentalidad y por tal razón, cuando me enteré de su decisión, expresé mi simpatía por la creación de grupos políticos para el ejercicio de los derechos ciudadanos de acuerdo con las disposiciones legales que nos rigen. Posteriormente, su crítica al régimen salvando cuidadosamente toda referencia al Jefe del Ejecutivo, su actitud frente a los sucesos del Jueves de Corpus que no se compagina con la actitud asumida en 1968, y en general el tono de sus declaraciones, me hicieron temer que ese grupo derivara a una cómoda posición crítica domesticada muy de acuerdo con la línea política del licenciado Echeverría, y de allí mi advertencia.

Celebro que mis declaraciones hayan servido para que, en alguna medida; hayan definido su posición respecto al pensamiento del señor Presidente, aun cuando no basta decir que no siguen ese pensamiento, sino que es preciso decir en qué disienten.

5. —En relación a lo de 68 y a la postura del PAN, respecto al conflicto estudiantil, me remito a las declaraciones públicas formuladas por el Partido y al debate que los diputados sostuvimos en la Cámara. Fuimos el único partido político que censuró al régimen, que defendió la autonomía universitaria y los derechos fundamentales atropellados, que protestó por la represión violenta y la falta de garantías procesales y que acusó al Presidente de la República de violar la Constitución al disponer ilícitamente de las fuerzas armadas. Desgraciadamente, personalismos y políticas de capilla han impedido que algunos dirigentes del movimiento estudiantil y los que estaban detrás, reconozcan esta actitud del Partido y como nunca hemos pretendido capitalizar movimientos ajenos y menos aún levantar banderas ensangrentadas para fines partidistas, todavía hay quienes oculten o ignoren la verdad. ¿Cuál presidencialismo del PAN, señor Castillo?

6. —Tenga la certeza que al PAN no le duele que la clase obrera luche por romper las cadenas del sindicalismo charro, ni tenemos nada que ver con la reacción mexicana en donde quiera que se encentre, ha sido lucha constante del partido lograr un auténtico sindicalismo en México, contra todos los líderes corrompidos de ayer y hoy y cintra los que tratan de constituirse en líderes con base en mentiras y engaños. Mucho antes que ustedes y las personas a que se refieres, Acción Nacional levantó su voz contra toda opresión interna y lo mismo del imperialismo norteamericano que del ruso o del chino; contra los deshonestos y contra los políticos y líderes venales.

7. —Tampoco nos preocupa, ni la simpatía que pueda despertar el movimiento de ustedes, ni la posible adhesión de algunos panistas a ese movimiento. Me preocupa que éste pudiera no ser auténtico y significar un desengaño más. Eso sí me preocupa.

Nuestra oposición abierta al régimen es plenamente conocida de México y no me interesa que la ofuscación del momento lo lleve a ataques a mi Partido, tan infundados y vulgares, como eso de que le hacemos el juego al gobierno y que somos el sector reaccionario del mismo. Me interesa que un posible líder político caiga en la trampa de atacar al único partido de oposición, porque revela muy poca calidad.

8. —Con relación a Vallejo, a pesar de que el Partido tenía serias discrepancias en cuanto a doctrina y procedimientos, cuando sufrió la persecución gubernamental, fuimos el único grupo político organizado que defendió los derechos que ejercitaba y censuró la falta de legalidad de la acción gubernamental. Puede usted consultar los números de LA NACIÓN de esas fechas.

9. —¡Qué bien que ese grupo niegue ser oficialista y afirme que no sigue el pensamiento Echeverría! Sólo así podían hacer un grupo político con autenticidad de pensamiento y libertad de acción, sin compromisos con el régimen o algunos de sus funcionarios.

Así es que, otra vez, bienvenido un grupo de pensamiento político, auténtico, distinto al nuestro, y bienvenido al debate sobre las tesis en que discrepemos, cuando esas tesis se concreten por el grupo en formación.

Tranquilo, señor Castillo, no se lance contra molinos de viento; el enemigo a vencer, de ustedes y nuestro, está en el poder.

Atentamente.
Lic. Manuel González Hinojosa

Fuente: Revista La Nación. Órgano del Partido Acción Nacional PAN. Noviembre 15 de 1971, pp. 2-4