Home Page Image
 

Edición-2020.png

Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 

 
 
 
 


1969 Entrevista de los Presidentes Díaz Ordaz y Nixon, con motivo de la inauguración de la Presa Internacional de la Amistad

8 de Septiembre de 1969

Señor Presidente;

Señora Nixon; Señoras y Señores:

Es sumante grato realizar este primer contacto personal con usted. Señor Presidente, y que éste se realice bajo el signo de esa palabra que sirve de nombre a esta obra: Amistad.

¡Que este contacto sirva —espero y hago votos— para afianzar la amistad que ya se ha establecido entre nosotros dos y la muy cordial que existe por nuestros pueblos!

¡Qué bueno que los señores Presidente López Mateos y Eisenhower le pusieron este nombre! Imagínense lo que hubiera sucedido si nos quedáramos con el antiguo. (Risas).

Somos dos paísesque tienen una larga frontera. Es lógico, pues, que confrontemos muchos y variados problemas; todos serios —unos más y otros menos, porque todos afectan a parte de nuestros pueblos o a todos nuestros actos—, pero por fortuna ninguno es especialmente 1rave, ninguno hay que no pueda ser resuelto con espíritu de comprensión y con apego al derecho y que pudiera levantarse como barrera insalvable de incomprensión entre nosotros dos.

Esta frontera, además, no es sólo una frontera entre dos naciones, sino entre dos mundos distintos, dos modos peculiares de vivir y de ver la vida, diferentes lenguas, tradiciones y costuunbres: en esta línea precisamente empieza y termina el mundo latinoamericano.

De ahí se desprende una doble misión que tenernos nosotros y qu consideramos entrañablemente sagrada: ser fieles a nosotros mismos, como mexicanos, y ser fieles a nuestra estirpe latinoamericano.

Dentro de la gran complejidad de las cuestiones que se presentan, las relaciones entre nuestros dos pueblos y los dos gobiernos son muy buenas; han llegado quizá al punto más elevado de su historia, y todavía creo —con fe— que podemos mejorarlas.

Cómo es posible —se pregunta uno a veces— que siendo tan llena de obstáculos esta empresa, nuestros pueblos hayan logrado hacerse amigos, sostener esa amistad, acrecentarla, convertirla en fuerte, ágil y afectuosa al mismo tiempo? Sólo mediante las bases firmes, que usted, señor Presidente acabo de mencionar: el respeto, la comprensión y el apego al Derecho.

Lo que une a dos que no se respetan entre sí. puede llamarse como se quiera, menos amistad.

Nosotros, durante años, nos liemos esforzado conjuntamente para comprender esos dos mundos distintos, para aceptar que cada Nación tiene su propia personalidad, que se expresa en su plena soberanía y en su completa independencia.

Todos los pueblos, sostenemos, tienen el derecho de escoger su propio camino, de construir sus modos de vida que consideren convenientes para lograr la libertad, la prosperidad y la felicidad de sus integrantes.

Nos hemos esforzado también en acatar estrictamente las normas jurídicas, y esto nos ha permitido resultados muy fecundos: más de cien años tardamos para poder resolver el problema de El Chamiza]. En cambio el banco Los Indios, que este mismo río segregó de nuestro territorio nacional en 1967. ya nos ha sido devueltu; por nuestra parte, va hemos construido el Dren del Morillo, para evitar las descargas de aguas saladas sobre el Río Bravo.

Usted y yo, señor Presidente, no sólo como altos funcionarios de nuestros países, sino corro abogados, sabemos muy bien que de la aplicación del Derecho nace la justicia y que la justicia genera por sí misma más justicia. I)e ahí que sepamos que los problemas actualmente existentes y los que puedan presentarse en el futuro entre nuestros dospaíses, serán resueltos con base en este espíritu de comprensión, en el respeto y en la aplicación del Derecho, que usted mencionaba hace unos momentos.

Nos reúne una relevante ceremonia: la inaugural de esta obra importante que hemos construido uniendo nuestros esfuerzos; es importante sí misma, por la inversión económica que implica y porque demuestra la capacidad de nuestros técnicos y de nuestros trabajadores; pero es más importante todavía por su significado, el que va en su nombre: la Amistad y porque indica, como también usted lo acaba de mencionar, lo que dos pueblos en armonía pueden realizar.

Así, esa presa es, al mismo tiempo, un tramo más del camino que hemos recorrido y que deberemos recorrer juntos para acercarnos, a comprendernos mejor, para respetarnos siempre, para ser amigos leales.

Esta cortina construida para represar las aguas del Río Bravo —mucho de lo que la mano del hombre puede hacer para domeñar la fuerza ciega de la naturaleza— es también un puente entre los dos países, uno más que juntos hemos construido, y es para mí un honor, señor Presidente, invitar a usted, a la señora de Nixon y a sus distinguidos acompañantes, a que como juntos lo construimos, juntos lo transitemos dentro de unos momentos.

Los espera la tierra prócer del Estado de Coahuila, cuna de nuestra Revolución; la tierra que vio nacer a Francisco I. Madero y a Venustiano Carranza: uno el iniciador de nuestro movimiento social; el otro, el que lo convirtió en la Constitución de 1917.

Señor Presidente:

A usted y a sus distinguidos acompañantes, les abrirnos cordialmente los brazos de nuestra hospitalidad. ¡Sean muy bienvenidos a la República Mexicana!