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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1969 El Informe de lo que va a Pasar

21 de Septiembre de 1969
  • Políticos Fresa y Cabecitas Blancas
  • Todo es Bonito, Lisito, Perfecto
  • El Esperado Estuvo allí y ¿Cuál era?

ABEL QUEZADA

"Estuve en el segundo piso de la Cámara de Diputados. Es la primera vez que asisto a un informe.

"Son las 9:10 de la mañana. Ya llegan los diputados. Esos que están abajo son los diputados; algo así como el proletariado de la política nacional.

"Tienen que llegar tempranito y estar siempre listos para lo que se ofrezca. Es un oficio duro éste de la política, contra lo que creen los que no la practican.

"En días como éste, primero de septiembre, sus actividades son tantas que ocupan dieciocho o veinte horas. Comienzan con desayunos en la madrugada, en casa de otros políticos, o en Lady Baltimore, o en Sanborns, en fin, donde les conviene más y en donde les quede más cerca la Cámara, para llegar muy a tiempo, limpiecitos, recién bañados, con el cabello húmedo y oloroso a lavanda: a Tabac original, a Moustache, a Habit Rouge de Guerlain.

"Hay audaces que huelen a Brut de Fabergé, pero ni así son sexy; son simplemente eso, diputados.

"Ya llegan también los senadores. Yo conozco a pocos. "...Predominan el azul marino y el gris: muchos traen corbatas color perla como de boda.

"Los viejos dicen que esto ya no es como antes.

"En los tiempos de mi general Álvaro Obregón el color predominante era el verde olivo de los uniformes y, entre los civiles, el café. No olía a perfume sino a pólvora, y había en las caras la huella de refriegas recientes en céntricas cantinas: La ópera, La Mundial, Los Tranvías, el Bar Alfonso. Los más retrasados venían de aquellas casas como la de Ruth y la de Graciela.

"Hoy, ¡qué distinto!

"Estos caballeros parece que vienen a una reunión de padres de familia.

"Son políticos fresa.

"...Hay una fila de cabecitas blancas: los constituyentes que sobreviven. Con ellos me gustaría hablar: son la historia.

"Llegó el licenciado Corona del Rosal. Fotos, saludos. Ocupa rápidamente su lugar. Comienzan a llegar los cañones de largo alcance...

"Antes hasta los murmullos eran distintos, según dicen los viejos.

"Había más que murmullos, gritos y carcajadas. Los movimientos en los pasillos eran más violentos y caminaban por ellos hombres más gordos y más estorbosos, con pistolas al cinto que hacían incómodos sus movimientos. Decían palabrotas impropias para los oídos de Henri de Chatillón, y se atusaban el bigote de fiera.

"Llegan Echeverría, Ortiz Mena, Martínez Manatou y Gil Pre-ciado: ya están completos.

"Los chicos de la televisión hacen sus entrevistas: el público sabe lo que los locutores preguntarán a los personajes y lo que los personajes contestarán a los locutores. Todo es bonito, todo es lisito, todo es perfecto.

"Echeverría fue a saludar al licenciado Corona, Murmullos... "Se oye el palmoteo de los abrazos.

"Parece que todos se conocen entre sí, y que se quieren mucho; parecen de la misma familia, y viéndolo bien, lo son: «la familia revolucionaria».

"Ya está lejano, sin embargo, el ruido de la metralla.

"Llegan Carrillo Flores, Campos Salas, García Barragán, González Blanco. Toda la primera fila está completa, llena de retratos hablados…

"Llega la esposa del Presidente, de blanco. Aplausos... Si al lado de la señora estuviera la esposa de cualquiera de los retratos hablados, la gente ya estaría diciendo cosas...

"Más allá las damas: gris, verde pastel, blanco, rosa...; sombreros monísimos, discreción, elegancia. Max Factor Hollywood, Guerlain, Lancóme... Madame Rochas, Finishing powder de Frances Denny... Christian Dior.

"Todo eso y más.

"Peinados con toques de Alfonso y Marcos, de Gina Valenti, de Jean-Pierre, de Juanita Valencia, y diseños de Dior, de Emilio Pucci, de Armando Valdés Peza.

"No hay minifaldas.

"Las mujeres siempre fueron la parte más hermosa de la Revolución. En los tiempos heroicas, las soldaderas que seguían a sus juanesal campo de batalla, y ahora ellas, las esposas de los políticos: más abnegadas cuanto más importantes son sus maridos. Son algo así coma la revolución rosada.

"... ¿Y la oposición? ¿Dónde está la oposición?

"El PAN y el PPs no cuentan.

"¿El PARM? ¡Pero hombre!

"¿La iniciativa privada? ¡Imposible! ni los ultras del Centro Patronal, ni los concanacos, ni los contamines, ni los canacintras, que son tan decentes.

"¿Los banqueros? ¡Jesús! ¡Qué dirá la gente! ¡Ni mencionarlo!

"Ya se han puesto muy quietos. Todos en sus pupitres, como niños de escuela cuando va a llegar un inspector. Ya pocos hablan; algunos fuman, la mayor parte han tomado la posición que conservarán por el resto de la mañana y parte de la tarde.

"Los veteranos informa escuchas recuerdan algunos records: el in-forme más largo lo leyó don Adolfo: cuatro horas y pico. Algunos de los que resistieron no volvieron a sentarse en el resto de la semana. Los más cortos corrían a cargo, por supuesto, de don Porfirio. ¡Qué tiempos aquellos! Consistían en un breve mensaje político que ponía a todo el mundo en su lugar, sólo que después 61 mismo cambió el sistema para que sus escuchas se ahorraran el trabajo de hacer política, y sustituyó su texto por un informe administrativo.

"Luego, ya en la época de la estabilidad, los presidentes lo fueron mezclando: parte administrativa y parte regañada política.

"Así es ahora y todo el mundo espera la segunda parte para orientarse, especialmente cuando —como hoy— llega el quinto informe: el inmediato anterior a la campaña del candidato.

"Yo apuesto doble contra sencillo a que nada van a sacar en limpio.

"El próximo Presidente está aquí, en esta sala. Lo más probable es que esté en la primera fila: entre los quince señores que ocupan la primera fila, y aun de ahí se podrían quitar diez; o puede estar en la segunda fila, donde hay 24 y se podrían quitar 23.

"De la cuarta fila en adelante se pueden quitar, virtualmente, todos.

"En último caso, el futuro Presidente está aquí, entre estas cuatro paredes, pero nadie sabe quién es y nadie se atreve a sospecharlo.

¡No vaya ser que las recochinas moscas! ... (Excélsior, 2-IX-1969.)