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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1938 Discurso del Presidente de la República sobre la actitud del general Saturnino Cedillo

Lázaro Cárdenas del Río. San Luis Potosí, S.L.P., 22 de Mayo de 1938

Pueblo de San Luis:

Al asumir la primera magistratura del país, me hice el propósito de velar fundamentalmente porque en todo el territorio nacional se mantuviera la paz, ya que de ello dependen la prosperidad y el bienestar del pueblo, y entendí que la tranquilidad pública sólo podría mantenerse atendiendo a los anhelos espirituales y económicos de la población mexicana, en la que representa una gran mayoría la masa que ha vivido en la miseria y en el desamparo. Por eso es que el gobierno a mi cargo ha dedicado especial atención a los problemas de la tierra, del obrero y, muy particularmente, del indígena.

Toda la nación conoce que, ante esos postulados, no ha habido mistificaciones y que tratamos de cumplir fielmente con los ideales defendidos en los campos de la lucha, estando dispuestos a ir hasta el fin, atendiendo a las necesidades agrarias de los campesinos y al justo anhelo de mejoramiento de la clase obrera.

Consideré que se presentarían serios obstáculos para la realización del programa; tanto más, que pude conocer que en una buena parte del contingente que fue a la lucha tras la bandera de las reivindicaciones del pueblo, las voluntades se encontraban adormecidas y desorientadas, va por el pesimismo que había nacido, en unos, al advertir las nuevas fortunas creadas al calor de los puestos públicos; o por considerar, otros, que la Revolución de México debía limitarse a dar a nuestros campesinos una dotación representada por un pedazo de tierra improductiva, S - que se debía dejar a la voluntad de los directores industriales la suerte de los obreros del país.

En mis giras a través de la República recogí el verdadero sentir del pueblo, sus inquietudes y sus esperanzas, y fue así como me impuse el deber de resolver, hasta donde humanan rente fuera posible, sus justas aspiraciones.

Declaro, sin embargo, que si hubiéramos tenido una exacta comprensión del problema de parte de todos los hombres señalados como factores de la Revolución de México, el programa que reclama el pueblo no habría tenido la dilación ni los tropiezos que se han encontrado en hombres que han sido ganados por los enemigos de la Revolución.

Hay quienes quisieran que el poder público se desentendiera de la organización de las clases trabajadoras, abandonándolas al capricho y al criterio de los poseedores de la cultura y de la riqueza. La Revolución no sigue este criterio. La Revolución plantea y organiza para un mejor bienestar del pueblo.

El conflicto surgido por la actitud de las compañías petroleras, que se negaron a obedecer el laudo de las autoridades del trabajo y la resolución de la Suprema Corte de justicia, ha hecho vibrar en todos los corazones la emoción más viva al ver desplazadas a las compañías, poniendo fin a la constante intervención que, a través de sus intereses y de sus exigencias de privilegios, han tenido en los destinos del país.

Y cuando de todo el territorio nacional concurre el pueblo a defender los intereses de la patria, amenazados por el orgullo de las empresas petroleras, penoso es confesar que en San Luís Potosí se habla de levantamientos, se alarma a los pueblos y se mantiene en constante inquietud a las familias, señalándose como causante de todo esto al general Saturnino Cedillo. Ante esta situación, la Secretaría de la Defensa Nacional dispuso la salida del citado general, designándole jefe de la 21a. zona militar en Michoacán. Con anterioridad a la fecha de su designación, el gobierno tenía ya conocimiento de la labor subversiva que venía desarrollando, tanto en esta entidad como en otros lugares de la República por medio de conocidos agentes que han venido recorriendo el país y el extranjero, tratando de hacer prosélitos para una rebelión, sin conseguirlo. Agentes de las compañías petroleras han venido, también, antes y después de la expropiación decretada por el gobierno, queriendo encontrar traidores; pero unos y otros se han convencido de la noble actitud del pueblo, que se ha solidarizado para resguardar los intereses de la patria, hoy amenazados, antes que servir de factor para satisfacer pasiones internas que debieran olvidarse en estos momentos de prueba que vive el país.

A pesar de lo expuesto anteriormente, el Ejecutivo federal, fiel a su propósito de gobernar con la fuerza moral que representa el respaldo equivocaciones del C. general Cedillo, confiándole el comando de la 21a. zona militar. El referido general Cedillo ha solicitado su baja del ejército, pretextando encontrarse imposibilitado por una enfermedad para ir a desempeñar la comisión conferida por la superioridad, y el Ejecutivo Federal, no obstante tener conocimiento de que el propio general Cedillo se encuentra en condiciones de desempeñar este servicio, ha acordado de conformidad su solicitud.

Habiendo llegado a conocimiento del público la alarma que se presentó en estos últimos días en varios pueblos de esta entidad, y a pregunta que la prensa de México me hizo de si se sublevaría el general Cedillo, contesté categóricamente que no habría tal sublevación y aseguré esto porque tengo plena confianza en que aun aquellos elementos que actúan incondicionalmente a la voluntad de un hombre, sabrán comprender que primero está la patria.

En estas condiciones, he venido a expresar al pueblo potosino, que se ha colocado siempre en primera fila de los movimientos reivindicadotes del país, como lo está también en esta hora en que intereses extranjeros han querido vulnerar el decoro de la nación, que debe tener absoluta confianza en que los elementos del ejército nacional que han sido destacados en diferentes lugares de esta entidad, vienen a convivir como hermanos y a darles seguridades en sus actividades de trabajo; que las autoridades locales tendrán el apoyo del gobierno federal para que cumplan con las responsabilidades que tienen, ante todo su pueblo, de atender los problemas e inquietudes que desde hace tiempo existen en muchos lugares en los que priva la autoridad representada por elementos que, por la fuerza de las armas, se han entronizado como árbitros permanentes de las actividades políticas y sociales, situación que es necesario que termine para que vuelva la tranquilidad a todo el estado y se faciliten, así, nuevas actividades de trabajo que vengan a mejorar las condiciones económicas de sus habitantes.

Y por lo que se refiere al C. general Saturnino Cedillo, que va a dedicarse, según lo expresa en su solicitud de baja, a trabajos agrícolas en su propiedad, las autoridades le impartirán las garantías a que tiene derecho como ciudadano, entendido que deberá abstenerse de seguir formando grupos armados y poner a disposición de la jefatura de la zona militar las armas y municiones que tiene en su poder, en la inteligencia de que los campesinos y ejidatarios de todo el estado de San Luís Potosí, gozan de la confianza del gobierno federal y deben seguir constituyendo las defensas auxiliares del ejército, dependiendo directamente, como lo marca la ley, de la jefatura de la zona militar.