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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1926 No mandéis a vuestros hijos a las escuelas de gobierno. Panfleto anónimo.

Septiembre 2 de 1926

¿Qué es una escuela de gobierno o en otras palabras, una escuela laica?

Se dice que es una escuela laica aquella en que no se enseña a los niños religión.

Muy malo es eso. Pero la escuela laica es algo peor.

La escuela laica es una escuela en que no sólo no se habla al niño de religión, sino que se Ie habla contra la religión, contra los sacerdotes, contra las virtudes, contra Jesucristo.

Alguien dijo, que la escuela laica es "un molde en que se mete el cristiano y sale apóstata".

No os sonriáis porque lo cierto es que esas escuelas anticristianas son algo horrible, brutal.

La escuela laica es la escuela de la inmoralidad, de la corrupción, de la anarquía, del crimen.

¿Sabéis quienes la fundan y sostienen?

Los revolucionarios necesitan gente criminal, que sepa herir, asesinar, incendiar, enfurecerse.

En la escuela laica se enseña a la tierna inteligencia de la niñez, al compás de la música del bataclán, la impureza, la deshonestidad, el amor libre, el divorcio, el libertinaje, al mismo tiempo que se hace escarnio de la castidad y del pudor cristianos

De la escuela laica se expulsa a la imagen divina de Cristo, colgado de la cruz, para sustituirlo por los retratos de una Soledad González, de una Celia Padilla o una Gloria Faure.

De las escuelas laicas han salido siempre los más infames insultos contra los militares, contra la bandera, contra la patria.

Allí se llama a la bandera, trapo de algodón; al amor de la patria, quimera y, se tiene el ser soldado como una vergüenza.

En donde funcionan las escuelas laicas, la criminalidad de los niños aumenta de un modo aterrador. Allí hay niños ladrones, asesinos, corruptores y suicidas.

iY es natural! ¿Qué frenos se tienen contra las pasiones en la escuela laica?

Lo que se saca de ella es una audacia brutal, una rebeldía sin límites, una desvergüenza insigne contra todo lo que es augusto y santo, contra Dios y contra la patria.

La mayoría de los maestros de las escuelas laicas son gente que no pudiendo sobresalir por sus méritos como buenos, pretenden señalarse como malos por su astucia.

¿Habéis observado como los que sostienen y defienden las escuelas laicas no mandan a ellas a sus hijos?

Calles y Tejeda, hasta hace pocas semanas tenían a sus hijos en escuelas "católicas" de esta ciudad y lo mismo puede decirse de muchísimos de sus corifeos.

Es que si a ellos les hacen falta pillos, incendiarios y asesinos que les ayuden a sus revueltas no quieren que sean bribones y criminales sus hijos y corrompidas sus hijas.

¿Y que os parece de esos hombres que hacen alarde de sus "convicciones filosóficas", que os recomiendan las escuelas laicas y os las ofrecen y no quieren mandar a ellas a sus hijos, sino que los envían a las escuelas de sacerdotes y de religiosas?

No seáis necios. No os dejéis engañar por vuestros falsos redentores.

Aceptaríais para vuestros hijos lo que vuestros tiranos rechazan con asco para los suyos.

¿Sabéis acaso que en el Alcázar de Chapultepec y en los hogares de los ministros del gabinete esta confiada la educación de los hijos de nuestros próceres a doña Belem de Zárraga o a doña Elvia Carrillo Puerto?

No; allí no entran las cuartillas de la indecente Sangor, ni el "codigo de moralidad" de Puig y Casseaurang.

Nada sospechoso es Víctor Hugo para los enemigos del catolicismo y ¿sabéis lo que decía aquel gran escritor? "Que el padre que manda a sus hijos a la escuela laica merece ser ahorcado en plaza publica."

Y un alemán agrega: "Si yo fuera el demonio y me eligiesen diputado solo haría una iniciativa que llenaría de pillos la tierra y de clientes el infierno; esta iniciativa seria arrancar de todas las escuelas, la religión.”

Si amáis a vuestros hijos, esos pedazos de vuestro corazón por piedad no lo mandéis a las escuelas laicas.