Home Page Image
 

Edición-2020.png

Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 

 
 
 
 


1923 Sobre las Conferencias de Bucareli

Álvaro Obregón, 16 de Agosto de 1923

Terminadas las labores de la Comisión Mexicano-Americana, integrada por los señores Charles B. Warren y John B. Payne —como representantes del señor Presidente de los Estados Unidos de América— y los señores Ramón Ross y licenciado Fernando González Roa —como representantes míos, en mi calidad de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos— me creo en el deber de informar a la Nación sobre la forma en que se desarrollaron dichas labores y el alcancé de las mismas. Al efecto, hago las siguientes declaraciones:

  1. Las labores de la Comisión Mexicano-Americana —iniciadas el 14 de mayo último y terminadas el día 15 del corriente mes—se concretaron, de acuerdo con las negociaciones preliminares respectivas, a un intercambio directo de impresiones e informes sobre las dificultades que hasta ahora han impedido la reanudación de las relaciones diplomáticas: entre los dos- Gobiernos.
  2. Los comisionados mexicanos —después de oír, en cada caso, el punto de vista americano y sin que llegara a suscitarse discusión alguna tendiente a modificar nuestras leyes— explicaron tanto las partes de estas leyes relacionadas con los intereses americanos en México en conexión, solamente; con las cuestiones petrolera y agraria, como también la forma en que el presente Gobierno —en prosecución de su inicial programa político ha venido conciliando las conquistas revolucionarias cristalizadas en la referida legislación con los principios del derecho internacional.
  3. Los comisionados mexicanos, además, ratificaron el propósito de este Gobierno de concertar dos Convenciones para la creación de Comisiones Mixtas de Reclamaciones, propósito comunicado a la Embajada de los Estados Unidos en nota informal de nuestra Cancillería del 19 de noviembre de 1921 y al H. Congreso de la Unión en mi Mensaje del 19 de septiembre de 1922. La primera de estas Convenciones, de conformidad con la invitación de nuestra Cancillería dirigió el 12 de julio de 1921 a todos los gobiernos -cuyos nacionales hubieren sufrido daños en sus personas o en sus intereses por efecto de la última Revolución Mexicana —invitación basada en el artículo 5e del decreto de 10 de mayo de 1913, expedido por el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista ciudadano Venustiano Carranza, y en el artículo 13 reformado de la ley del 24 de diciembre de 1917— tendría por objeto crear la Comisión Mixta que conociera, desde el punto de vista de la equidad, -de las reclamaciones que los ciudadanos estadounidenses tuvieran que hacer al Gobierno de México, por daños derivados de la Revolución. La segunda de las Convenciones mencionadas —de jurisdicción más alta y de carácter recíproco— engendraría la Comisión Mixta que se. encargara de fallar, con sujeción a las reglas del Derecho Internacional, las reclamaciones pendientes de los ciudadanos de cualquiera de los dos países contra el Gobierno del otro, por hechos acaecidos desde la firma de la Convención celebrada el 4 de julio de 1868 y con exclusión, naturalmente, - de los comprendidos dentro de los límites jurisdiccionales. de la Convención primeramente nombrada.
  4. Las Convenciones a que acaba de hacerse referencia, no serán concertadas sino después de que los dos Gobiernos decidan normalizar sus relaciones diplomáticas.
  5. Si la normalización de estas relaciones sigue a la clausura de las Conferencias Mexicano-Americanas, esto no será debido a compromisos contraídos o a conveniospactados con tal propósito, o a nada que pudiera contravenir nuestras leyes o las normas del Derecho Internacional o lesionar el decoro o la soberanía nacionales.

Tan feliz resultado deberá ser atribuido, en lo que a dichas Conferencias respecta, a la habilidad y patriótico empeño con que los Comisionados Mexicanos supieron explicar y a la generosa inteligencia, libre de sanos prejuicios, con que los Comisionados Americanos lograron comprender el problema básico de México, esto es, el del mejoramiento económico y moral del pueblo, en armonía con el desarrollo de los intereses extranjeros radicados en el país, problema únicamente soluble dentro de las posibilidades nacionales del momento mediante la realización integral del programa político y social del presente Gobierno.

Me es grato, por último, poder también anunciar a la Nación que él buen deseo que animó a los cuatro delegados —reflejo del que han manifestado, de modo frecuente y multiforme, los dos pueblos vecinos— hizo desenvolver las labores de la Comisión en un ambienté inalterable de amistosa cordialidad.

—El Presidente de la República.—A.OBREGON.

 

 

 

 

 

(El Universal.)