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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1915 Telegrama de la Delegación de Brasil enviado a Roque González, presidente de la Convención, conteniendo las declaraciones del presidente Wilson del día anterior. Y carta de Villa a Carranza en reacción a las declaraciones del presidente Wilson.

Washington, junio 2 de 1915

 

 

"WASHINGTON, junio 2 de 1915.-Ministro del Brasil.-México. Se servirá usted presentar a las autoridades de la ciudad de México, para su conocimiento, el siguiente mensaje público acabado de dar a conocer por el Presidente: Declaración del Presidente: Durante más de dos años existen en México condiciones revolucionarias; el propósito de la Revolución era libertar a México de hombres que no hacían caso de la Constitución de la República y usaban de su poder en menosprecio de los derechos de su pueblo y, con estos propósitos, el pueblo de los Estados Unidos instintiva y generosamente simpatizaba, pero los jefes de la Revolución, en la propia hora de su triunfo, desistieron y volvieron sus armas unos contra otros. Todos persiguiendo los mismos fines, no quieren o no pueden, entre tanto, cooperar; tan pronto como se establece una autoridad central en la ciudad de México, comienza el trabajo de zapa contra ella, y su autoridad es desconocida por aquellos mismos que se esperaba debían sostenerla. México no está, aparentemente, más cerca de una solución de sus trágicas perturbaciones de lo que estaba cuando estalló la Revolución y ha sido devastado por la guerra civil como si lo fuera por el fuego; sus cosechas están destruidas; sus campos quedan sin sembrar, sus animales de trabajo son confiscados para el uso de las facciones armadas; su pueblo huye a las montañas para escapar de ser arrastrado a un derramamiento de sangre innecesario, y nadie parece ver o tomar el rumbo hacia la paz y el restablecimiento del orden. No hay protección apropiada ni para sus propios ciudadanos ni para los ciudadanos de otras naciones que viven y trabajan dentro de su territorio. México se está muriendo de hambre y carece de gobierno. En estas circunstancias, el pueblo y el Gobierno de los Estados Unidos no pueden permanecer indiferentes sin hacer nada para servir a su vecino. Nada quieren para sí en México, y menos que todo, no desean resolver los asuntos de México o pretender ningún derecho para hacerlo; pero tampoco desean ver el advenimiento de su completa ruina, y consideran de su deber como amigos y vecinos, dar cualquiera ayuda que propiamente puedan, o cualquiera medida que prometa ser efectiva para producir un arreglo que comprenda los verdaderos objetivos de la Revolución, gobierno constitucional y derechos del pueblo. Los mexicanos patriotas están desolados y claman por la paz, dispuestos a cualquier sacrificio personal que se necesite para conseguirla.  Su pueblo clama por alimentos y pronto odiará tanto como ahora temen a aquellos que, dentro o fuera del País, se interpongan entre ellos y su pan cotidiano. Por tanto ya es tiempo de que el Gobierno de los Estados Unidos declare francamentela política que en estas extraordinarias circunstancias le obliga a adoptar su deber. Necesita hacer actualmente lo que no había hecho o no se sentía en libertad de hacer; dar su activo apoyo moral a algún hombre o grupo de hombres, si alguno se puede encontrar, que pueda congregar y obtener el apoyo de México, que está sufriendo, y hacer un esfuerzo para ignorar, si no pueden unirse las facciones guerreras del País; volver a la Constitución de la República que por tanto tiempo ha estado en suspenso, y establecer un gobierno en la ciudad de México, que pueda ser reconocido por las grandes potencias y con el cual puedan éstas tratar; un gobierno para el cual el programa de la Revolución sea un asunto concreto y no una plataforma política. Por tanto, yo, pública y muy solemnemente hago un llamamiento a los Jefes de las facciones en México para actuar conjunta y prontamente para el alivio y la redención de su postrado País. Considero de mi deber decirles que si no pueden arreglar sus diferencias y unirse para este gran propósito dentro de un plazo muy corto, este Gobierno se verá forzado a decidir qué medios deberán ser empleados por los Estados Unidos para ayudar a México a salvarse y servir a su pueblo.-Junio 2 de 1915.- Woodrow Wilson.*

 

 

Carta de Villa a Carranza en reacción a las declaraciones del presidente Wilson.

10 de junio de 1915.

Venustiano Carranza.

"El Presidente Wilson en nota dirigida a las diversas facciones y fuerzas militares actualmente en lucha, invita a los elementos revolucionarios constitucionalistas a colaborar unidos para restablecer el Gobierno constitucional y asegurar los derechos del pueblo. En esta nota el Presidente Wilson manifiesta que si no llegamos a realizar esta unión, el Gobierno americano se verá obligado a prestar su apoyo a cualquier individuo o grupo de individuos que puedan reunir a gran parte de la Nación para desconocer a las facciones en lucha, y que si este medio no es todavía eficaz, el Gobierno se verá obligado a tomar otras medidas.

En concepto nuestro la declaración envuelve dos peligros, con los que se verán frustrados los fines de la Revolución y hollada nuestra soberanía: Primero, que el Partido de los 'Científicos', con otra denominación cualquiera, volverá a entronizarse con el apoyo americano; y, segundo, que en el caso de que el pueblo no siguiera a esta agrupación, el Gobierno americano recurrirá a una intervención armada.

Ante la inminencia de estos peligros y sin reconocer derecho alguno del Gobierno americano para intervenir en nuestros asuntos, creemos que debemos buscar los medios de que el partido Constitucionalista se vuelva a unir y se reorganice, aunque sea indispensable hacer sacrificios de amor propio. Creemos que es lo que nos dicta el patriotismo y la conveniencia futura del País.

En este concepto nos permitimos proponer a usted que tomemos en consideración la expresada nota del presidente Wilson y si usted está dispuesto a ello, como nosotros lo estamos, se sirva comunicárnoslo, a fin de discutir y pactar desde luego, los preliminares indispensables para llegar a un acuerdo respecto a la forma y términos de proceder a la reorganización del Gobierno nacionalconstitucionalista.

Ya ponemos al tanto de estas gestiones al señor General Roque González Garza, como Jefe del Gobierno convencionista, y al señor General Emiliano Zapata, en su carácter de Jefe del Ejército del Sur. En espera de que su resolución se inspirará en el bien de la patria, quedamos de usted atentos y seguros servidores. - Aguascalientes, a los diez días del mes de junio de mil novecientos quince. - Francisco Villa y el Encargado del Departamento de Relaciones Exteriores y Justicia, Miguel Díaz Lombardo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente:
Cervantes Federico. Francisco Villa y la Revolución, Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia Mexicana y el 75 Aniversario de la Revolución Mexicana. INEHRM. 1986, pp. 444-446.