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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1915 Jun 12 Carta de Villa a Zapata sobre la actitud sospechosa del gobierno de los Estados Unidos.

Aguascalientes, junio 12 de 1915.

 

Sr. General Don Emiliano Zapata Donde se encuentre.
Muy querido compañero y fino amigo:

Con positiva pena, y por cartas de algunos particulares amigos míos, me he informado de que hace poco tiempo han ocurrido incidentes desagradables en esa Ciudad, entre los Generales Banderas y Barona, estando en relación esos incidentes con la separación del señor Palafox como Ministro de Agricultura.

No tengo datos bastantes para juzgar la conducta del señor Palafox; pero sí me permito manifestar a usted, que al separarlo de su puesto la Soberana Convención, ha estado en su pleno derecho para hacerlo y que, el señor General Roque González Garza, Presidente de la Soberana Convención, procede en uso de sus facultades al pedir o sostener la separación del señor Palafox; pues iría al fracaso indudablemente si no contara con verdaderos colaboradores, si en lugar de tener amigos y quien secundara su Gobierno y su política con la más absoluta sinceridad y buena fe, tuviera simples obstruccionistas o verdaderos intrigantes en el seno del Ministerio.

Por supuesto que, en este asunto que tanto desdice, de nuestra cultura y de la alteza de nuestras miras, no ha tenido usted ni la más leve participación; porque de lo contrario, la rectitud de sus procedimientos lo habría encaminado desde luego a apoyar al señor General González Garza, evitando los malos procedimientos del señor Palafox.

En vista de todo lo manifestado, vengo a suplicar a usted se sirva dar sus respetables órdenes para evitar hasta el menor asomo de obstruccionismo en las esferas administrativas.

Yo creo que, si todos se inspiran en el ejemplo de desinterés y patriotismo que usted les pone, podrán marchar armónicamente y dominar la situación en el orden militar y político, para mejor crédito de los principios que defendemos y para robustecer la fuerza y respetabilidad del Ejército Convencionista.

Pasando a otro asunto, debo manifestarle que de algunos días a esta parte, es muy sospechosa e inquietante la actitud del Gobierno de los Estados Unidos para nosotros. Por mucho tiempo nos han dejado más o menos tranquilos para que dilucidemos nuestras cuestiones y las decidamos como mejor nos plazca; pero últimamente, ya sea por la necesidad de garantizar los intereses y vidas de sus nacionales, por la presión que sobre el Gobierno americano ejerzan las potencias extranjeras, deseosos de que la paz se haga para poder beneficiar a sus nacionales o ya, más bien, para impresionar al pueblo americano en favor del partido democrático o para preparar la reelección de Wilson en los próximos comicios, lo cierto es que, aquella actitud prudente y mesurada se ha tornado en agresiva y violenta. Claro está que, por nuestra parte y como hombres de honor y de vergüenza, rechazaríamos la injuria con la injuria yjamás permitiríamos que nuestro suelo fuera hollado; pero con temeridad y heroísmo no salvaríamos de los peligros que pudieran envolverla, a nuestra Patria. Necesitamos buen criterio, unidad, talento y no poco desinterés. En mi concepto y salvo la mejor opinión de usted, es indispensable trabajar eficazmente por que se unan de hecho, no solamente los elementos dispersos del Gobierno sino hasta nuestros propios Ejércitos. Ustedes naturalmente, desearán conservar la zona que controlan, puesto que conocen perfectamente el terreno y pueden disponer de sus elementos naturales; pero aunque nosotros quisiéramos marchar a esa zona con el fin de unirnos con usted, tropezaríamos con graves inconvenientes y fracasarían en absoluto nuestros esfuerzos, por las siguientes razones: Una vez internados en el centro de la República y dejando enemigos poderosos a la retaguardia, quedaríamos cortados de nuestra base de operaciones y aprovisionamiento; nos faltaría en absoluto, la comunicación con los Estados Unidos del Norte; perderíamos la región carbonífera y quedaríamos en la imposibilidad de mover nuestros trenes por falta de combustible. Serían insuficientes los recursos naturales de la región que ustedes dominan, para abastecer y aprovisionar convenientemente a todas las fuerzas de mi mando. Colocados en tan difíciles circunstancias, no nos podríamos pertrechar ni municionar nunca y acabaría nuestro Ejército por inanición. En dilema tan desagradable y tan crítico, no me queda otra cosa más, que proponerle: o bien que salga todo el Ejército suriano hacia el Norte a ponerse en contacto con las fuerzas de mi mando, o en último caso, si el Ejército no quiere usted movilizarlo, darle facilidades a la Honorable Convención para que traslade su residencia a alguna de las ciudades importantes que estamos dominando en esta zona; naturalmente, dándole las facilidades posibles y permitiendo que vengan los apreciables representantes de usted. Esta maniobra tiene la trascendencia más alta y favorable que pueda usted imaginarse; pues con solo eso, le daríamos unidad y cohesión a nuestro partido.

Por otra parte, puedo asegurar a usted, que, una vez llevándolo a cabo, obtendríamos indudablemente el reconocimiento de nuestro Gobierno por el de los Estados Unidos, y esto significaría el triunfo completo y definitivo de nuestro partido.

En vista de todo lo manifestado, apelo a su patriotismo, talento y honradez de usted, para que autorice el traslado de la Honorable Convención, ordenando al mismo tiempo que, algunas de las fuerzas de usted escolten a tan respetable Cuerpo y que se le faciliten los medios de transporte que usted pueda disponer. Muy extensamente podría escribirle, para informarle de los combates tremendos que vengo sosteniendo hace tiempo contra todos los carrancistas que se me han echado encima; pero con ello, sería mi carta demasiado larga y le aseguro a usted, que las atenciones de la campaña me tienen completamente agobiado y me quitan el tiempo que quisiera dedicar a los buenos amigos, entre los cuales tiene usted mi lugar muy predilecto.

Saludándolo con todo cariño y mandándole un apretado abrazo, espero dentro de poco tiempo sus noticias y me repito su afmo. compañero y amigo que le desea toda clase de felicidades y que mucho lo aprecia.

Francisco Villa. (rúbrica)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: AHUNAM. Instituto de Investigaciones sobre Universidad y Educación. Archivo Gildardo y Octavio Magaña Cerda. Fondo Gildardo Magaña Cerda. Sección: Jefatura del Cuartel General del Ejército Libertador del Sur y Centro. Subsección: Guerra y Comunicación. Serie: Expediente de las Fuerzas del Norte, años: 1913-1920, caja 78.