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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1903 Club Antirreeleccionista Redención. Manifiesto a la Nación. Declara que el pueblo mexicano debe, en uso de sus derechos electorales, impedir la sexta reelección del general Díaz.

México, 11 de abril de 1903

 

Club Antirreeleccionista Redención. Manifiesto a la Nación (11 de abril de 1903) [1]

 

Conciudadanos:

Así como las madres deben sacrificarse por sus hijos, las generaciones presentes deben sacrificarse por las generaciones futuras. Vosotros pensáis que en esta época es un sacrificio, quizás hasta de nuestra vida, encararnos con el General Díaz para impedirle su sexta reelección; pero si no hiciéramos eso, resultaría perjudicada la posteridad nacional con los males sin cuento que causaría al país la sexta reelección; debemos por lo tanto sacrificarnos nosotros, generación presente por la posteridad nacional, generación futura.

Los extranjeros se preguntarán con asombro por qué en México se considera ya como algo peligroso el ejercicio del derecho electoral. Y esa pregunta, conciudadanos, que nos parecerá un sueño macabro por la vergüenza que cubre a nuestro país, será una amarga y dolorosa realidad. ¡Desdichados de nosotros, conciudadanos, que merecemos hoy tan espantosa afrenta del extranjero que había aprendido a respetarnos en Chapultepec y en el Cerro de las Campanas!

Pero es justo: nosotros… los apóstatas del credo de libertad de nuestros padres; los miserables que hemos permitido en nuestras espaldas y en nuestra dignidad la bota sangrienta de una Dictadura… nosotros… los degenerados que con asombro universal presentamos hoy tan ridículo aspecto; recibamos porque lo merecemos el reproche tácito de los pueblos libres; pero no derramemos femeniles lágrimas, no adoptemos una resignación cobarde y criminal; ¡levantémonos del fango político y vayamos al campo electoral a derrumbar al Dictador con las enérgicas protestas de la civilización ofendida y con el ariete formidable de nuestro voto!

¡Fuerza es ahogar una abyección de 26 años, en inmensidades de civismo! ¡Fuerza es que desaparezca todo un caos de afrentosas tinieblas; ante los radiantes fulgores del pundonor nacional!

Los cortesanos se preparan a reelegir al General Díaz, que el pueblo se prepare a impedir esa atentatoria reelección; ¡ahora o nunca vemos bueno que en México deba ser un anacronismo la dictadura!

Considerando:

Que la estancia del General Díaz en el poder es una afrenta para la dignidad de los mexicanos, porque el General Díaz ha despedazado la Constitución después de haber asaltado la Presidencia de la República, disfrazando sus armas con el título de constitucionalistas;

que el pueblo estuvo y está conforme con el artículo 2o. del Plan de Tuxtepec [2] reformado en el campo de Palo Blanco, donde se promete que tendrá el carácter de ley suprema la NO REELECCIÓN del Presidente de la República y de los gobernadores de los estados, mientras se consigue elevar ese principio al rango de reforma constitucional, y hoy la no reelección, no decimos ley suprema, ni siquiera es ley;

que el pueblo estuvo y está conforme también con el artículo 7o. del Plan de Tuxtepec reformado en el campo de Palo Blanco; donde se promete que se asegurará la independencia de los municipios; y hoy el General Díaz hace sentir sobre los municipios el centralismo más refinado y embrutecedor, si no es que los suprime como lo ha hecho ahora en el Distrito Federal; que la administración de justicia se encuentra corrompida en el país, porque los jueces no son nombrados por el pueblo sino por el Gobierno, que los busca dóciles a la consigna, al cohecho o a la chicana;

que la libertad individual ha sido violada con el servicio militar obligatorio en tiempo de paz, y de una paz muy pregonada por cierto como sólida y duradera;

que los mexicanos, bajo el gobierno del General Díaz, han llegado a ser los domésticos de los extranjeros que son los que explotan las riquezas de nuestro país;

que bajo el gobierno del General Díaz los ciudadanos no tienen garantías individuales, como lo comprueban los frecuentes asesinatos políticos;

que por la muerte de nuestra Carta Magna, en México existe el trabajo forzoso en multitud de fincas y municipios, siendo ya un mito el importante artículo 5o. constitucional; [3]

que mientras el General Díaz permanezca en el poder irá disminuyendo el crédito nacional por los cuantiosos empréstitos que pesan sobre el país, y por las declaraciones insensatas y ridículas de la prensa porfirista, que para sostener en el poder al General Díaz profetiza grandes revoluciones para cuando él deje la Presidencia; alarmando así al extranjero que ve peligrosa para sus intereses la senilidad del General Díaz;

que el General Díaz ha encerrado en su mano los tres poderes de la Federación y así, el poder legislativo no legisla para bien del pueblo, sino para bien del Dictador, el poder judicial antes que la ley tiene presente la confianza del Dictador, y el General Díaz, el poder ejecutivo, no tiene así el freno de representación nacional ni de las leyes del país;

que el General Díaz ha producido la supremacía del Capital porque maneja a los capitalistas y es accionista principal en multitud de negociaciones, lo que hace que el interés de éstas influya en sus actos administrativos, ha hecho palpables la decadencia del trabajo, el descontento general y un verdadero malestar en las clases todas de la sociedad; que el Gobierno actual no es obra ya del pueblo y eso es cuestión que no debe discutirse porque está unánimemente fallada, en vista de los abusos que se han cometido a la sombra del sistema electoral porfirista bien conocido por nacionales y extranjeros;

que el General Díaz no se instituyó en el Poder para beneficio del pueblo, como puede comprenderse por su falta de cumplimiento de lo prometido y por sus actos administrativos;

que todos los hombres, hasta los de mediana dignidad, deben tener vergüenza de llamarse ciudadanos mexicanos bajo un despotismo que como el actual, deprime y envilece;

que en el gobierno del General Díaz priva un grupo de traficantes políticos que se integran a los cortesanos y politiqueros a quienes enriquecen con el despilfarro de las rentas públicas, con extensión de contribuciones y con el monopolio de las empresas más productivas de nuestra industria;

que estando, en resumen, peor la situación del país que cuando el General Díaz ascendió al poder prometiendo componerla, se ve bien claro que el General Díaz ha engañado al pueblo;

EL CLUB ANTIRREELECCIONISTA REDENCIÓN DECLARA QUE EL PUEBLO MEXICANO DEBE, EN USO DE SUS DERECHOS ELECTORALES, IMPEDIR LA SEXTA REELECCIÓN DEL GENERAL DÍAZ, que de seguir gobernándola, precipitaría a la Nación en los horrores de la guerra civil, pues los mexicanos todos no permitiríamos que continuara este estado de cosas, figurando así más tarde todos estos considerandos en una proclama revolucionaria.

El mismo Club Antirreeleccionista Redención invita a los mexicanos todos, sean cuales fueren sus credos políticos y religiosos, a instalar clubes antirreeleccionistas, que lleven al pueblo a los próximos comicios. Y en virtud de esta convocatoria, suplicamos a los clubes que se instalen se sirvan adoptar un candidato a la Presidencia de la República, para que sus trabajos sean netamente prácticos y desprovistos de todo lirismo. Próximamente el Club Redención dará a conocer su candidato.

 

México, 11 de abril de 1903

Presidente, Santiago de la Hoz. 1er. Vicepresidente, Alfonso Cravioto. 2o. Vicepresidente, Marcos J. López. Tesorero, Ricardo Flores Magón. 1er. Secretario, Luis Jaso.[4] 2o. Secretario, Enrique Flores Magón. 3er. Secretario, Juan Acevedo. 4o. Secretario, Santiago de la Vega.[5] 1er. Vocal, Juan Sarabia. 2o. Vocal, Heliodoro Gómez. 3er. Vocal, Manuel Sarabia.[6] 4o. Vocal, Pablo Aguilar.[7] 5o. Vocal, Gabriel Pérez Fernández.[8] 6o. Vocal, José María Gallardo. 7o. Vocal, Tomás Mendoza. 8o. Vocal, Alfonso Arciniega. 9o. Vocal, Miguel Espinoza Sánchez. 10o. Vocal, Fernando Ríos.

Notas:

[1] El Hijo del Ahuizote, México, D.F., núm. 847, 19 de abril de 1903.

[2] Plan de Tuxtepec. Proclamado el 1 de enero de 1876. Suscrito por militares pronunciados contra el presidente Lerdo de Tejada, que reconocían como general en jefe a Porfirio Díaz. Reivindicaba la Constitución de 1857; exigía la no reelección del presidente de la República y los gobernadores; desconocía al presidente y a todos los funcionarios electos en julio de 1873; proclamaba elecciones libres, libertad para los municipios y responsabilidad para los partidarios de Lerdo. Triunfó en noviembre de 1876, llevando a Díaz a la Presidencia.

[3] El artículo dice: “5. Nadie puede ser obligado a prestar trabajos personales, sin la justa retribución y sin su pleno consentimiento. La ley no puede autorizar ningún contrato que tenga por objeto la pérdida o el irrevocable sacrificio de la libertad del hombre, ya sea por causa de trabajo, de educación o de voto religioso. Tampoco puede autorizar convenios en que el hombre pacte su proscripción o destierro”.

[4] Luis Jasso (1884-¿?). Abogado y político hidalguense. En 1911, colaboró con Regeneración (México, D.F.), periódico dirigido por JFM. Fue diputado en la XXVII Legislatura. A finales de 1912 combatió al zapatismo en el Estado de México.

[5] Santiago R. de la Vega (1885-1950). Caricaturista y periodista regiomontano. Miembro del Centro Electoral Antirreyista (1900) y simpatizante del Club Liberal Ponciano Arriaga. Encarcelado en Belem a causa de su actividad antirreeleccionista desplegada en El Hijo del Ahuizote, Excélsior y Mefistófeles. Se exilió en San Antonio, Tex., donde fundó Humanidad (1905). Regresó a México en 1909. Colaborador de los capitalinos El Ahuizote y Regeneración, en 1911. Se asoció a la Casa del Obrero Mundial (COM) en 1912. Fue director de Multicolor, semanario satírico y de caricaturas, en 1912. Publicó en El Padre Padilla, La Risa, Claridades y El Universal entre muchos otros. Director del Instituto Nacional de Bellas Artes en 1934.

[6] Manuel Sarabia (1883-1913). Periodista potosino. Al lado de su primo Juan y de Camilo Arriaga colaboró en los periódicos liberales El Demófilo, Renacimiento y El Porvenir. En 1903 se estableció en la ciudad de México, donde se integró a la redacción de El Hijo del Ahuizote y formó parte del Club Liberal Redención. A partir del año siguiente se exilió en los Estados Unidos. Colaboró en la segunda y tercera épocas de Regeneración. Fungió como segundo vocal de la JOPLM. En junio de 1907 fue secuestrado en Douglas, Ariz. Se le trasladó a territorio mexicano y fue devuelto a los Estados Unidos a causa del escándalo suscitado. En 1908 fundó El Defensor del Pueblo en Arizona y colaboró con la revista The Border. Al lado de su esposa, Elizabeth Trowbridge, viajó a Europa en 1909. Bajo el seudónimo M. Saratoga publicó en la prensa radical española diversos artículos en los que denunciaba las atrocidades del régimen de Díaz. En 1911 retornó a los Estados Unidos y al siguiente año se estableció en la ciudad de México, donde murió.

[7] Pablo Aguilar Iglesias (1881-1959). Médico y periodista hidalguense. Hizo sus estudios en Puebla y en la ciudad de México. En septiembre de 1901 suscribió, junto con un grupo de estudiantes pachuqueños radicados en la ciudad de México, un voto solidario con los liberales perseguidos por el gobierno de Hidalgo. Antes de la caída del régimen porfirista estuvo preso en San Juan de Ulúa. Se desempeñó como médico militar en el curso de la lucha revolucionaria. Fue diputado federal en la XXVIII Legislatura.

[8] Gabriel Pérez Fernández. Hermano de Federico Pérez Fernández. Trabajó en la administración de El Hijo del Ahuizote.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tomado de:
http://archivomagon.net/obras-completas/manifiestos-y-circulares/
manifiestos-1903/1903-07/1903-07/