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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1866 Carta enviada por Napoleón III desde Saint-Claud a Maximiliano y respuesta a la misma.

Agosto 29 de 1866

 

 

"Señor mi hermano: recibimos con placer a la emperatriz Carlota, aunque me ha sido muy doloroso no poder acceder a las peticiones hechas por ella. En efecto, llegamos al momento de toma de decisiones sobre México y se requiere que vuestra majestad adopte una decisión heroica; el momento de medidas extremas ha pasado.

Comienzo por declarar a vuestra majestad que, de ahora en adelante, me será imposible dar a México ni un centavo ni un hombre más. Una vez establecido esto, se trata de saber cuál será la conducta de vuestra majestad. ¿Podrá usted sostenerse por sus propias fuerzas o bien será usted forzado a abdicar?

En el primer caso, mis tropas permanecerán, tal y como fue acordado, hasta 1867. En el segundo caso, se tendrían que tomar otras medidas.

Vuestra majestad deberá publicar un manifiesto en el que explique la noble ambición que lo llevó a aceptar el mandato secundado por la gran mayoría del pueblo mexicano; a continuación se expresará cuáles fueron los obstáculos insuperables que le obligan a renunciar a su cometido. En este caso, se deberá aprovechar la permanencia del ejército francés para convocar a una representación nacional y elegir un gobierno que ofrezca algunas garantías de estabilidad.

Vuestra majestad comprenderá cuán penoso me es entrar en tales detalles, pero no podemos escudarnos más en ilusiones, y debemos resolver en forma definitiva la cuestión mexicana en lo que concierne a Francia.

Suplico a vuestra majestad creer que haré siempre todo lo que de mí dependa para testimoniarle la viva simpatía que le tengo y por dulcificar las penas que necesariamente le deben acosar en estos difíciles momentos".

 

Respuesta de Maximiliano

"Vuestra Majestad se cree obligado por presiones repentinas a no cumplir con los tratados solemnes que firmó conmigo no hace dos años todavía, y me lo comunica con una franqueza que sólo puede honrarle.

Me considero suficientemente amigo como para evitar convertirme en causa, directa o indirecta, de un peligro para vuestra majestad o su dinastía, y por ello os propongo consecuentemente, y con la misma cordialidad, que retiréis inmediatamente vuestras fuerzas del continente americano.

Por mi parte, guiado por el honor solamente, buscaré arreglármelas con mis compatriotas en forma leal y digna de un Habsburgo, poniendo mi alma y mi vida al servicio de la independencia de mi nueva patria".