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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1865 Carta de Benito Juárez a su yerno Pedro Santacilia.

Agosto 25 de 1865

 

 

(Sr. Pedro Santacilia)

Mi querido Santa:

En el correo de hoy hace ocho días, recibí la carta de usted de fecha 19 de junio, en la que se refería a la que me iba a mandar el día siguiente de la que ya avisé a usted recibo lo mismo que de otras cuyas fechas llegan hasta 12 de julio.

Por el correo de hoy tal vez reciba otras; pero que no contestaré porque a las 10 de esta mañana debe mandarse la correspondencia de aquí a Franklin.

Según los partes telegráficos que publica el periódico de Denver, que tenemos aquí hasta el 30 de julio, seguía en el gabinete de esa República Mr. Seward y mucho me temo que, aun cuando este personaje salga del ministerio, nada pueda hacer ese gobierno en nuestro favor porque harto tiene que hacer en su casa para reorganizar su administración interior y para extirpar los gérmenes de revolución que aún se conservan ocultos y que pasados los primeros momentos de sorpresa de una reciente victoria comenzarán a desarrollarse, no sólo en los campos de batalla, sino en los mismos campos del gobierno.

Natural es que éste los prevea y por eso debe cuidarse mucho de no comprometerse en una guerra con la Francia o con cualquiera otra nación poderosa.

Sólo sería posible una pronta colisión con la Francia si Maximiliano o Luis Napoleón provocaran a los Estados Unidos con alguno o algunos actos hostiles; pero es lo que menos harán porque tenían que habérselas con un coloso a quien se humillarían para complacerlo en todo, prescindiendo sin rubor de la insolencia y del orgullo con que tratan a los débiles.

Poco hay, pues, que esperar de los poderosos, porque éstos se respetan, porque se temen y los débiles son los únicos sacrificados, si por sí solos no procuran escarmentar a sus opresores.

Nada de esto me sorprende porque hace mucho tiempo tengo la más firme convicción de que todo lo que México no haga por sí mismo para ser libre, no debe esperar ni conviene que espere que otros gobiernos u otras naciones hagan por él.

Auxilios negativos son los únicos que puede darnos esa nación, tales como el que no reconozca al imperio de Maximiliano y que no nos fusile por la espalda, como dice Negrete que intentaban hacer con él los confederados en Matamoros.

Siempre es un buen auxilio no tener por enemigo a un pueblo vecino y esto nos basta.

Aún no es tiempo de que reciba yo comunicaciones de nuestros jefes que operan en esta frontera y en otros puntos del interior.

Tal vez en esta semana las reciba y ya podré en el correo inmediato darle a usted algunas noticias favorables, porque, como dije a usted en mi última, con la venida de los franceses a Chihuahua ha empeorado su situación en el interior.

Mil expresiones cariñosas a la familia, memorias a los amigos y usted reciba el afecto de su padre y amigo.

Benito Juárez

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Benito Juárez. Documentos, Discursos y Correspondencia. Selección y notas de Jorge L. Tamayo. Edición digital coordinada por Héctor Cuauhtémoc Hernández Silva. Versión electrónica para su consulta: Aurelio López López. CD editado por la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco. Primera edición electrónica. México, 2006.