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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1861 Ignacio Zaragoza propone al presidente Juárez el Plan Militar Defensivo.

Acultzingo, abril 22 de 1862

 

Ciudadano Benito Juárez México

Muy estimado amigo:
Por el parte informativo que hoy dirijo al ciudadano ministro de la Guerra, se impondrá usted de la conducta que observan los jefes del ejército francés y comisarios de la Francia; su inusitado comportamiento nos tiene ya colocados en los extremos de una guerra terrible; ellos protegen al bando rebelde que existe en la República y, protegiendo abiertamente con segunda mira los propósitos de los traidores, piensan indudablemente reducirse a una invasión que sólo les costará dinero, haciendo que la reacción se organice y combata a las fuerzas del gobierno auxiliándola, en caso necesario, para derrocarlo y establecer después el que a ellos les convenga.

Hoy me tiene usted en una situación muy comprometida, pues los franceses y los traidores que ellos abrigan, están en contacto y de acuerdo con el faccioso Márquez, que comienza ya a ejecutar algunos movimientos sobre uno de mis flancos y sobre mi retaguardia; estoy exhausto de recursos y con pocas esperanzas de proporcionármelos, no obstante el decreto que a este propósito expedí el 11 del corriente, pues el estado de Veracruz poco podrá ministrar en las actuales circunstancias, poco también el de Puebla que pronto será invadido por Márquez en su mayor parte , y casi nada el de Tlaxcala por su pequeñez y estado de postración.

También comprendo que a esta causa de debilidad del ejército de mi mando, se agrega otra no menos grave, y es su corto número comparativamente al vasto campo de sus operaciones, pues tengo que combatir y contener no solamente al enemigo extranjero sino también al del interior que ya se me aproxima con la mira de hostilizarme en combinación con el otro, sea parcialmente o sea formando un solo cuerpo con él.

Vuelvo a repetir a usted lo que poco antes y con mucha frecuencia le he manifestado, a saber que es indispensable se atienda a este cuerpo de ejército con todos los recursos que fuere posible, y que se aumenten sus fuerzas considerablemente, además de las de San Luis que están en marcha, procurando que sean de las mejores, más bien atendidas y menos fatigadas como son las de Guanajuato, que poseen además muy regular instrucción. Esto es absolutamente necesario porque se desea, y yo también juzgo de la misma manera, que se asegure el primer golpe, pues de lo contrario podría decaer el ánimo de los mexicanos y tendríamos que reducirnos a un levantamiento general y desordenado, que nos causaría muchos mayores males, viéndonos precisados a prolongar la guerra indefinidamente por medio de los combates de guerrillas, sistema que acaso no nos daría el resultado apetecido ni después de una lucha sin término.

Recuerde usted cuánto tiempo se empleó y cuantos perjuicios se erogaron al pueblo mexicano por un sistema de guerra semejante adoptado en nuestra última contienda civil; recuerde usted también que nuestra justa causa comenzó a triunfar, cuando los principales caudillos de la libertad formaron un solo cuerpo y sólo así lograron restablecer el orden en lo general en menos de un año. Nuestra propia historia se abre espontáneamente dándonos saludables lecciones y sin esfuerzo nos muestra los ejemplos y el camino que debemos seguir.

Para lo sucesivo voy a seguir el plan de campaña que en el mes de marzo propuse a usted, con sólo dos excepciones: el abandono de la fortaleza de Perote y la fortificación de la ciudad de Puebla, debiéndose, la primera, al cambio de circunstancias, pues hoy es sólo una nación extranjera la que nos ataca aquella fortaleza con su guarnición competente y las reparaciones que se le han hecho importa conservarse como un lugar seguro para depósitos, que difícilmente podrá tomar el enemigo en sus actuales proporciones; proviniendo la segunda de la falta de tiempo y de recursos, pues ni basta aquél para fortificar a Puebla como se debe, ni se cuenta con éstos en la cantidad necesaria ni en un término mediano.

A pesar de los constantes trabajos políticos de los reaccionarios, en todas partes se ven rechazados por el buen sentido de los pueblos, aun de aquellos en que cuentan con muchos correligionarios, como sucede en Orizaba; en esta ciudad y en Córdoba, tanto los comisarios franceses como los traidores mexicanos, convocan y excitan a los ciudadanos para que se alisten bajo su bandera; pero nada absolutamente han conseguido; con todo, si continuamos en nuestra inercia, por la fuerza y con engaños se harían nuestros competidores de una manera bien marcada.

Estoy resuelto con todos mis subordinados a combatir sin descanso (a) todos los enemigos de la patria y cuento con que usted estimará nuestras solemnes circunstancias, escuchando decididamente las reiteradas súplicas de su afectísimo amigo y seguro servidor que lo aprecia.

Ignacio Zaragoza


Aumento:
Ya tiene usted otro compañero más: Almonte ha sido declarado presidente de la República. ¡Son tres!