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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1828 Manifiesto del presidente de los Estados Unidos Mejicanos a sus ciudadanos

Guadalupe Victoria, 2 de Enero de 1828

"EL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS MEJICANOS A SUS CONCIUDADANOS"

Después de las agitaciones que se han sentido en la república con el objeto de que se separasende su territorio algun españoles que opinion de los pueblos conspiraban contra la independencia y libertades, y despues que el congreso general siempre atento á la voluntad racional moderada y justa de los mejicanos, espidió la ley de 20 de diciembre para seguridad de la nación, se acercaba el momento suspirado por mi de que volviese a su paz y á su completo reposo. Pero los enemigos ocultos de los Estados Unidos mejicanos que largo tiempo se han ocupado en sembrar la semilla del desorden, comienzan a aprovecharse de los frutos de su perfidia en la nueva revolucion que sugerida y capitaneada por ellos ha estallado en el Norte del Estado de Méjico, en los ultimos dias del año que acabó

El plan que los nuevos perturbadores han publicado con las armas en la mano, se dirige ostensiblemente a que el gobierno ecsite al poder legislativo para dictar medidas que tiempo há consultó, y á privarme por medio de la violencia, de las facultades que en razón de mi investidura, se me conceden por la sagrada Constitución de la republica.

El plan, sin embargo, en concepto del gobierno, envuelve miras y designios mas avansados, y envuelve el peligro de que padezca el sistema Federal que la nación adoptó libremente para su bienestar y su dicha. La revolucion aparece al acercarse el día crítico para los perversos, en que las causas de conspiracion contra la independencia deben concluirse, y revelarse al mundo entere las maquinaciones que la vigilancia del gobierno ha frustrado, y cuya ecsistencia se niega con descaro, por que no ha sido posible hasta ahora terminar los juicios, y hacer patente sus resultados. La revolucion aparece cuando el ejecutivo ha revivido de la ley nuevo vigor y fuerza para esterminar de raiz, y para siempre, las cansas de los males que todavía sufrimos aun despues de que la administracion es nuestra, y no se nos domina por un lejano opresor.

La seduccion ha progresado, y no podria ocultar á mis conciudadanos sin traicionar á sus mas caros intereses, que el mal es grande, y que la patria desde que quiso colocarme al frente de sus negocios, no se ha visto en mayor peligro. El gobierno ha observado con el dolor mas profundo, que nuestros incansales enemigos han abusado del candor de algunos mejicanos para corromperlos, empeñar sus antiguos servicios y convertir sus brazos contra la inocente patria. Asi que algunos gefes y oficiales sueltos de la guarnicion de la capital, y algun destacamento han marchado sin conocimiento del gobierno, y tambien se que hizo lo mismo el Vicepresidente de la república sorpredido por los que conocen desgraciadamente la pureza del corazon de este antiguo servidor de la independencia.

En medio del pesar que estos acontecimientos han producido en mi alma, no he vacilado, ni vacilaré mientras viva en el sosten de mis juramentos y en el desempeño de mis obligaciones. El gobierno emplea los recursos que la Constitución ha puesto en sus manos para los grandes conflictos de la patria, y el gobierno confia en la santidad de sus principios, en la firmeza y sabiduria del congreso general, en las legislaturas y autoridades de los Estados, en el amor indeleble que profesan los mejicanos a su liberad y a sus instituciones.

La nacion entre tanto se impondra de los acontecimientos en el orden en que fueren ocurriendo. Las reservas son indignas de mi, y de una administracion liberal, ilustrada y filantropica. Yo apelo al buen sentido de la nacion mejicana. Yo apelo a su dignidad; y para la conservacion de su ecsistencia, para su engrandecimiento y perpetua dicha, no omitiré sacrificio alguno, no omitiré el de mi vida. La he consagrado siempre mis deberes, no temo ser desmentido.

Guadalupe Victoria.