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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1822 Circular. El gobierno informa del pronunciamiento de Antonio López de Santa Anna.

Puebla, diciembre 5 de 1822.

 

 

Circular del gobierno

El acontecimiento de la madrugada del 27 de octubre en la plaza de Veracruz, de que ya está el público instruido, llamó la atención del gobierno, y los partes y noticias posteriores al primer aviso de sólo el hecho despertaron sospechas contra el brigadier D. Antonio López de Santa Anna, conocido ya por la odiosidad de los pueblos que había atraído sobre sí su orgullo y desmedida ambición. En efecto, profundizado un negocio de tanta trascendencia, fue el resultado de antecedentes, informes, racionales conjeturas y operaciones militares practicadas en aquella noche, que el objeto de Santa Anna no fue otro que hacer asesinar al capitán general, mariscal de campo D. José Antonio de Echávarri, sin otra razón que la de no poder sufrir este hombre altanero y presumido la presencia del que le manda, sea el que fuere, atribuirse la gloria de las ventajas que en aquella noche se adquiriesen, y engañar al gobierno para que le concediese reemplazar al señor Echávarri; sus miras ulteriores no era fácil penetrarlas en su totalidad, atendida la volubilidad de su alma, agitada por las pasiones bajas que le animan, pero sí que nada bueno había que esperar de un monstruo que anteponía a los sentimientos de gratitud, al interés público y a la prosperidad de la patria, satisfacer su amor propio y dar pábulo a su ridícula ambición. Averiguar legalmente la verdad de las ocurrencias de Veracruz no era cosa del momento, y esta clase de verdades, sabidas de otro modo que al que las leyes previenen, no hay arbitrio para castigarlas, siendo lo único que la prudencia exige y la política aconseja, quitar la causa para que los males no continúen. Teniendo en consideración estas razones, determinó Su Majestad Imperial que Santa Anna pasase a México, en donde necesitaba de su persona, y dio al brigadier D. Mariano Díez de Bonilla el gobierno de Veracruz; la orden comunicada al primero lo fue por mí, (como ministro único que acompaña a Su Majestad) en los términos más honoríficos, pero estimulado Santa Anna de su ciega ambición, o temiendo el castigo de sus crímenes, se fugó de Xalapa el 1º. del corriente después de la salida del emperador, se introdujo en Veracruz el 2, no se sabía aún que ya no era gobernador, recogió la guardia del principal, la del capitán general, se dirigió al cuartel del número 8 de infantería del que fue coronel, dio el grito de insurrección, y se apoderó de la plaza con 400 hombres de que constaba el cuerpo, a quienes ha engañado no sabemos con que pretextos ni bajo que sistema, pues no teniendo este miserable ideas fijas, es tan fácil que proclame república, como a un principio europeo, como dependencia, y que volvamos a la dominación de los españoles; todo le es indiferente con tal que haya desorden y él adquiera títulos y bordados, aunque la patria perezca, y aunque la posteridad execre su nombre infame; lo único que sabemos es que substituyó a la faja blanca de la bandera del imperio, que significa religión, buena fe, lenidad y filantropía, otra negra que denota duelo, sangre, horrores y desgracias. A proporción que se adquieran noticias se darán al público, como tan interesado en el exterminio de este malvado, asegurándole por ahora que están tomadas providencias eficaces y activas para aprehenderle y castigarle cual merece. El capitán general Echávarri, con fuerzas suficientes y todos los auxilios necesarios de artillería y municiones, está encargado de perseguirle y ponerlo bajo el dominio de la ley, y las valientes tropas que le siguen no descansarán hasta exterminarlo.

Santa Anna es declarado traidor y lo serán todos los que le obedecen, si dentro de tres días después de publicado éste en Xalapa, no se han presentado al legítimo gobierno; en el mismo caso se considerarán los que se le unan desde hoy en adelante, y todos los que de cualquiera manera le auxiliaren y protegieren, y pudiendo, no le entregaren vivo o muerto. El término de los primeros admite prórroga, si probaren que el no haberse presentado antes fue imposibilidad de verificarlo.

Todo lo que digo a vos de orden de Su Majestad Imperial para que disponga se publique y circule a quienes corresponda en la provincia de su mando.

 

Dios guarde a vos muchos años. Puebla, diciembre 5 de 1822.

José Domínguez

 

 

 

 

 

 

 

 

Juan Ortiz Escamilla (Comp.) [Con la colaboración de David Carbajal López y Paulo César López Romero]. Veracruz. La guerra por la Independencia de México 1821-1825. Antología de documentos. Comisión Estatal del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana.