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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 

 
 
 
 


1821 Acuerdos para la suspensión de las hostilidades.

Agosto 6, 7 y 11 de 1821
 

 

Excelentísimo señor.

El oficio de vuestra excelencia que acabo de recibir por el capitán D. Francisco Hernández como las proclamas que en él tiene la bondad de incluirme, me han llenado de la mayor satisfacción, porque veo patentemente demostrados los sentimientos de vuestra excelencia que tan justamente le han merecido el nombre de restaurador de la libertad española.

La suerte de este país, sin duda decretada ya por la poderosa mano que rige las sociedades, ha traído a vuestra excelencia a las orillas de este reino, que debe aguardar de vuestra excelencia la terminación de los afanes con que trabaja por su libertad política y ojalá que vuestra excelencia tenga tan feliz mano que, así como en la antigua España, logre en ésta el timbre de protector de la humanidad, que es el más elevado de cuantos puede apreciar un general de las virtudes cívicas de vuestra excelencia.

Las de todos los americanos, que con tanto empeño como justicia anhelamos por nuestra amada y dulce libertad, son evitar por todos los medios posibles los estragos de la guerra; vuestra excelencia desea esto mismo y de conciliar del mejor modo la unión de esta gran familia y de aquí el empeño de tratar personalmente con el señor coronel D. Agustín de Iturbide, señores jefes del ejército de las Tres Garantías, o de la persona que tenga delegadas sus facultades; y como que él lo apreciará mucho acabo de ponerle ahora mismo un correo que violentamente se lo participe, a fin de que estando en lugar cómodo para vuestra excelencia y las operaciones militares suyas, puedan jefes tan dignos conferenciar con el descanso necesario negocios tan importantes como que de ellos pende la felicidad de tantos millones de habitantes.

Creo que Orizaba será el sitio más a propósito, y quedo con el cuidado de comunicar a vuestra excelencia sus contestaciones tan pronto como las reciba.

El capitán D. Francisco Hernández será el conductor de ellas, y para que vuestra excelencia se penetre del vivo interés que tengo en la mejora de vuestra situación, le permito pasar a Orizaba a tratar con el teniente coronel D. Antonio López de Santa Anna, comandante general de esta provincia, de quien espero lograr que en ínterin llega a verificarse esta entrevista, se suspendan nuestras hostilidades y entren en esa plaza toda clase de víveres.

Si vuestra excelencia así gustase mandar suceda a las tropas de su mando, se dignará comunicármelo para dar mis órdenes a las avanzadas que tengo sobre las inmediaciones de esta plaza.

Ruego a vuestra excelencia que si así llega a suceder, se traten con la consideración debida a los que entren en la ciudad y se les permita extraer sus productos en los efectos necesarios a sus familias, no llevarán papeles que puedan trastornar la opinión política de sus vecinos, así como espero suceda con los que salgan a las cercanías por donde, llegado este caso, pueda ponerse con libertad y muy seguros del cumplimiento de cuanto ofrezco.

Debo también hacer presente a vuestra excelencia que a cuantos oficiales y soldados han tenido la suerte de caer en nuestras manos se les tiene en completa libertad, permitiendo a algunos la vuelta a sus casas, y por esta razón tengo el sentimiento de saber están en la cárcel los que fueron cogidos en la acción del 7. Entre ellos hay varios oficiales por quienes me intereso tanto que me veo en la necesidad de reclamar a vuestra excelencia el derecho de gentes que está clamando a su generosidad por ellos, creído que en ínterin se puede verificar un formal canje, se dignará vuestra excelencia permitirles usar la libertad o a lo menos sean puestos en una prisión amplia los unos y decorosa los otros.

Dios y libertad.

Jamapa, 6 de agosto de 1821.
Manuel López de Santa Anna.

Excelentísimo señor D. Juan O’Donojú, capitán general de los ejércitos nacionales de la Península.

P.D.
Debo noticiar a vuestra excelencia que anoche concurrieron en este punto los señores teniente coronel D. Manuel Guall y capitán D. Pedro Pablo Vélez, quienes me dieron los informes más exactos de las benéficas ideas de vuestra excelencia y de la muy interesante comisión que les ha dado y deben desempeñar con el señor general D. Agustín de Iturbide. Tales especies, las más gratas y lisonjeras para todo buen americano, me dejan lleno de gozo; y de nuevo protesto a vuestra excelencia que se suspenderá toda clase de hostilidades en este cantón de mi mando, ínterin la superioridad de mi general me comunica con sus órdenes el resultado de la comisión de los señores oficiales citados. Jamapa, 7 de agosto de mil ochocientos veintiuno.

Excelentísimo señor.
Manuel López de Santa Anna.

 

 

 

Quedo enterado en la posdata del oficio de vos del 6, relativa a habérsele presentado los señores teniente coronel D. Manuel Guall y capitán D. Pedro Pablo Vélez, mis comisionados para entregar pliegos al señor Iturbide; e igualmente de que me avisará vos de las órdenes que reciba de dicho señor relativas a mí, con la mayor posible brevedad, por lo que se interesa en ello la causa pública; no pudiendo dejar de manifestar a vos cuán grato me ha sido el trato que recibieron de vos los mencionados señores y su eficacia en disponer lleguen a noticia del 1er. jefe del ejército las comunicaciones que a vos hice en un oficio anterior.

Dios guarde a vos muchos años. Veracruz, 7 de agosto de 1821.

Juan O’Donojú

Señor D. Manuel López de Santa Anna.

 

 

He visto con satisfacción el contenido del oficio de vos de ayer, la prueba es el resultado:

1º. Luego que vos me diga que están suspendidas por su parte las hostilidades, mandaré abrir las puertas de esta plaza y quedará abierta la comunicación, entrarán en ella todos los que tuvieren necesidad de hacerlo, a vender sus frutos, y no se les embarazará salir con el producto empleado en los efectos de que carezcan, cuidando vos de prevenirles vengan sin armas y no en grandes reuniones, porque aún cuando estoy penetrado de la buena fe de vos y los que le obedecen, no puedo prescindir de las precauciones que exigen las leyes de la guerra.

2º. Los habitantes de esta población saldrán también, ya por recreo, ya por necesidad, a las inmediaciones o a donde les convenga, ni unos ni otros serán molestado en sus personas ni bienes, cualquier infracción será considerada un atentado que yo castigaré, ofreciéndose vos a lo mismo por su parte, y ni unos ni otros conducirán papeles, usarán armas, ni esparcirán noticias, pues las que conviene comunicar se verificará por correspondencia oficial entre los jefes.

3º. Las puertas de la plaza se cerrarán a la oración y se abrirán al amanecer, la guarnición continuará haciendo el ejercicio como hasta aquí, y vos podrá, si le conviene, conservar los puntos que tiene en el día, hasta que convenidos con el primer jefe del Ejército Imperial, quede todo en el estado de felicidad y consolidación que la humanidad reclama y deseamos todos.

4º. Los prisioneros no han podido ser mejor tratados porque la plaza no ofrece otras comodidades, (vos lo sabe) pero empiezo a dar pruebas de mis intenciones pacíficas poniéndolos en libertad desde luego, y aún sin esperar la conformidad de vos de que he hablado, y permitiéndoles marchar a donde les acomode, sin otra restricción que la de exigir a los oficiales juramento de no tomar las armas mientras duren las actuales desavenencias entre individuos de una misma familia.

5º. Los prisioneros europeos no están comprendidos en el artículo anterior, los conservaré en mi poder, pero no serán maltratados, ni juzgados como la ordenanza previene.

6º. Los prisioneros enfermos continuarán en estos hospitales hasta lograr su restablecimiento, el cual verificado, tendrán la suerte de los comprendidos en los artículos 5º y 6º según sus clases.

Este es el primer documento justificativo de lo que dije a los dignos habitantes de Nueva España en mi manifiesto de 3 del corriente.

Dios guarde a vos muchos años. Veracruz, 11 de agosto de 1821.

Excelentísimo señor. Juan O’Donojú.

Manuel López de Santa Anna.

 

 

 

Comandancia principal de Tierra Caliente.

Excelentísimo señor.

Quedo enterado del prudente oficio de vuestra excelencia fecha 7 del que rige, y en su contestación debo decirle: que me han sido muy satisfactorios los seis párrafos que en el mismo me propone, los que acepto con mucho gusto por ser dictados de vuestra excelencia y haré se cumplan exactamente, advirtiendo a vuestra excelencia que si por casualidad llegasen de noche los míos al recinto de esa plaza, con viaje u oficio, no se les impida, al preguntárseles quién vive, la respuesta “de independencia” que les corresponde decir; quedando yo en hacer se observe de nuestra parte, pues en cosa tan trivial, no creo que vuestra excelencia deje de concedérmelo.

Con esta fecha prevengo y participo a los comandantes de Alvarado, Tlacotalpan y a los demás de estas orillas lleven sus ganados, semillas, y verduras a esa plaza; y les copio al mismo tiempo los seis párrafos que deben observar, y hacer entender a las gentes de sus demarcaciones, a fin de que así lo ejecuten. Y yo lo comunico a vuestra excelencia para que se sirva tomar iguales providencias.

Dios guarde a vuestra excelencia muchos años y libertad. [sic]

Campo de extramuros, 11 de agosto de 1821

Excelentísimo señor. Manuel López de Santa Anna.

Excelentísimo señor D. Juan O’Donojú, capitán general de los ejércitos nacionales de la Península.

 

 

He visto con satisfacción la conformidad de vos expresada en su oficio de hoy, que acabo de recibir por contestación al mío de 7 del corriente; y supuesto hallarse ya vencidas las dificultades que obstruían la comunicación de esta plaza con el campo, quedarán sus puertas abiertas desde el día de mañana, y franca la correspondencia en los términos convenidos. Sólo resta quedar conformes en la contestación al quién vive. Vos desea que ésta sea “independencia”, no tengo inconveniente por mi parte, pero tal vez podría producir algún accidente imprevisto, por lo que me parecía conciliarlo todo con que al quien vive contestasen estos habitantes “gente de la plaza”, y los de fuera “gente del campo”, o unos y otros dijesen “amigos”, que creo la palabra más adecuada. Sírvase vos contestarme sobre el particular lo que guste pues cosa tan pequeña no debe alterar una buena armonía que espero de principio a la felicidad general del reino.

El día 8 puse en libertad a los prisioneros que se hallaban en esta plaza en los mismos términos que expresaban algunos de los artículos de mi oficio del 7; tal vez no habrá llegado a noticia de vos el haberse así realizado, pues no hace mención de ello en su carta de hoy.

Dios guarde a vos muchos años. Veracruz, 11 de agosto de 1821.

Juan O’Donojú.

Señor D. Manuel López de Santa Anna.

 

 

Comandancia principal de Tierra caliente.

Excelentísimo señor.

En este momento acabo de recibir el oficio de vuestra excelencia en contestación al mío de hoy, y por él advierto no está conforme con respecto a lo propuesto por mí, y contestación que debía darse a la pregunta del quién vive; mas quedo conforme con lo resuelto por vuestra excelencia y providencia que ha tenido a bien tomar en que se responda de una y otra parte “amigos”. Palabra o voz que apruebo se use y que sin duda alguna deleitará a cuantos la oigan.

Las infinitas tareas que me cercan me hicieron olvidar la contestación que debía dar a vuestra excelencia sobre los prisioneros, pero ahora doy a vuestra excelencia las debidas gracias por la generosidad que ha usado con ellos, y por la atención que tuvo en concederme lo que le pedí, y no esperaba menos de vuestra excelencia luego que tuve el honor de conocer su carácter y bellos sentimientos por mis oficios.

Dios y libertad

Campo de extramuros y agosto de 1821.

Excelentísimo señor. Manuel López de Santa Anna

Excelentísimo señor D. Juan O’Donoju.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Juan Ortiz Escamilla (Comp.) [Con la colaboración de David Carbajal López y Paulo César López Romero] Veracruz. La guerra por la Independencia de México 1821-1825. Antología de documentos. Comisión Estatal del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana.