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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

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ISBN 970-95193

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1688 Al Virrey y Audiencias de las provincias de la Nueva España, participándoles las noticias que se han tenido de los excesos que comenten todos los Gobernadores, Corregidores y Alcaldes mayores de ellas.

Madrid, febrero 16 de 1688.

 

 

Sobre tratar y contratar todos los gobernadores, corregidores y Alcaldes mayores.
Al Virrey y Audiencias de las provincias de la Nueva España, participándoles las noticias que se han tenido de los excesos que comenten todos los Gobernadores, Corregidores y Alcaldes mayores de ellas, en el punto del trato y contrato, y encargándoles velen en averiguar y castigar esta culpa rigurosamente, y que le den cuenta de lo que ejecutaren.

 

 

El Rey
Por cuanto por repetidas órdenes y cédulas mías, tengo mandado a mis Virreyes, Presidentes, Audiencias y Gobernadores de todas las provincias de la Nueva España y encargado a los Arzobispos y Obispos de las Iglesias Metropolitanas y Catedrales de ellas, procuren por todos los medios posibles cada uno en su distrito y jurisdicción, desterrar y evitar todo género de pecados y ofensas públicas a Dios Nuestro Señor, descargando en esto mi Real conciencia y cargando las suyas. Y ahora últimamente se ha entendido en mi Consejo real de las Indias, que en el reino de la Nueva España, está con grave escrúpulo de las conciencias, inadvertidamente tolerada, una de las más graves culpas que se cometen contra la Majestad Divina, en la cual inciden los alcaldes mayores , quebrantando el juramento que hacen de no tratar y contratar en los oficios de justicia, cuando se les dan los despachos para irlos a servir, incurriendo en el pecado de perjuros, y atendido nuevamente en el dicho mi Consejo y considerádose esta materia con el cuidado y atención que pide su gravedad, con lo que dijo mi Fiscal, ha parecido dar noticia de ello a mi Virrey de la Nueva España y a mis Audiencias reales de las ciudades de Méjico , Guadalajara, Guatemala, Santo Domingo y Filipinas, de las repetidas noticias que se tienen de los graves excesos y culpas que cometen todos los gobernadores y alcaldes mayores en este punto del trato y contrato, sin embargo de estarles prohibido por tan repetidas cédulas reales, en que demás del delito que cometen por sus personas y las de sus tenientes, se siguen graves perjuicios al común por las continuas vejaciones que por esta causa hacen y reciben los indios y naturales de los distritos y jurisdicciones de cada uno, con grave daño de sus conciencias, a que conviene aplicar el mayor y más eficaz y pronto remedio que se pueda para atajar tan perniciosos daños. He tenido por preciso y conveniente encargar y mandar (como por la presente lo hago) a los dichos mi Virrey y Audiencias de las provincias e islas referidas, que cada uno en su distrito y jurisdicción, velen y celen mucho en averiguar por todos los medios y caminos que les sean posibles, los gobernadores , corregidores y alcaldes mayores, que faltan al juramento que hacen de no tratar, ni contratar y que procuren evitar y castigar esta culpa rigurosamente conforme las penas que están impuestas por mis leyes y cédulas reales, poniendo a este fin especialísimo cuidado y vigilancia, pues por las leyes y ordenanzas está todo esto prevenido y la observancia es la que conviene procurar, como se lo encargo; y que en la primera ocasión que se ofrezca me den cuenta por mano de mi infrascrito secretario del recibo de esta orden y de quedar con el cuidado de lo que por ella les mando y que asimismo me avisen de la enmienda que se pusiere en materia tan grave y escrupulosa, teniendo entendido que si no aplicaren a ello el remedio eficaz y pronto que les mando y es tan conveniente, además de descargar mi real conciencia en las suyas se tomará con unos y otros la resolución que más convenga al servicio de Dios y mío y al bien de la causa pública, de que se les previene para que lo tengan entendido. Fecha en Madrid, á diez y seis de Febrero de mil seiscientos y ochenta y ocho. Yo el Rev. Por mandado del Rey nuestro Señor. Don Antonio Ortiz de Otalora. Señalada del Consejo.