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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 
 

 


 


1841 Francisco Javier Echeverría asume la presidencia de la República.

Septiembre 22 de 1841

Sustituye a Anastasio Bustamante, quien toma el mando del ejército para combatir una sublevación y al poco tiempo renuncia. Será relevado del cargo por el general Antonio López de Santa Anna, que será nombrado nuevo presidente por los diputados, el próximo 10 de octubre de este mismo año.

Echeverría será presidente sólo dieciocho días, durante los cuales logrará aumentar en un 10% el impuesto al consumo y tratará de enfrentar, sin éxito, la insurrección. Se dirá que Echeverría, si bien estuvo en el poder menos de un mes, salió bastante rico.

Francisco Javier Echeverría y Migoni nació en Jalapa el 25 de julio de 1797. Hijo del comerciante navarro Pedro Miguel Echeverría Meoqui, importante y respetado miembro del Ayuntamiento porteño y del Consulado de Comerciantes de Veracruz, y de María del Rosario Francisca Migoni Godoy. Autodidacta, desde muy joven se dedicó al comercio propiedad de su familia. En 1823 contrajo matrimonio en la ciudad de México con la también xalapeña María del Refugio Almanza, con la que procreó varios hijos. En 1829 fue diputado local y a la muerte de su padre, se puso al frente del negocio familiar “Viuda de Echeverría e Hijos”. En 1834 la empresa se trasladó a la ciudad de México.

Fue brevemente secretario de Hacienda del presidente López de Santa Anna en 1834. En 1836, bajo la segunda presidencia de Bustamante, formó parte del Consejo de Estado, donde trabajó en el rubro de hacienda. En 1839 nuevamente ocupó la secretaría de Hacienda. Su labor en este cargo fue relevante porque mejoró la administración de las aduanas y logró poner orden, honradez, economía y eficiencia en el manejo de la hacienda pública, así como restablecer el crédito; sin embargo fue muy criticada porque estando en ruina la hacienda pública tras la llamada guerra de los pasteles con Francia, impuso una contribución del tres al millar sobre las fincas rústicas y urbanas, elevó un 10% el derecho de consumo y quiso amortizar la moneda de cobre mediante un convenio con los contratistas del tabaco. El repudio a su gestión aumentó porque sin pudor alguno mezcló sus negocios privados con los asuntos públicos para incrementar su fortuna personal: su empresa prestaba cantidades al gobierno en cobre y recibía el pago en plata, así el Estado llegó a deberle 662 mil pesos. Cuando tuvo que reconocer que se habían importado efectos prohibidos para financiar a las tropas que guarnecían la frontera, renunció a su cargo en marzo de 1841. De cualquier manera, al final de su gestión, entregó al presidente Bustamante un excedente de más de 600 mil pesos.

Unos meses más tarde, estalló en la capital la revolución llamada de "Regeneración", fue entonces cuando las cámaras lo designaron presidente interino de la República, en sustitución el presidente Bustamante, quien asumió el mando de las tropas para combatir a los insurrectos.

Al término de su mandato, será diputado en 1850. También se distinguirá por sus actividades altruistas en la Junta de Cárceles y en la Academia de San Carlos, que con su patrocinio adquirirá una relevancia inusitada.

Morirá en la ciudad de México, el 17 de septiembre de 1852. Sus restos descansan en la capital del país.

Doralicia Carmona. MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.