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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 
 

 


 


Para atraerse el apoyo de los sureños derrotados en la Guerra de Secesión, Maximiliano restituye la esclavitud simulando un proyecto de colonización.

Septiembre 5 de 1865

Habiendo estado previsto el retiro de las tropas francesas y ante el hecho que el Gobierno de Estados Unidos no reconocía el gobierno imperial de Maximiliano, éste buscó atraer el apoyo de los confederados para lo cual, promulgó la Ley de Colonización, cuyo Reglamento expresa la forma de contrato que es en realidad una forma de restitución de la esclavitud simulada. Maximiliano no logró su objetivo gracias a la intervención oportuna y eficiente de Matías Romero, Ministro de México del gobierno legal de Benito Juárez en Washington.

A finales del año anterior, en la ciudad de México comenzaron a circular una serie de rumores en el sentido de que habían llegado provenientes de Texas algunas personas para reunirse con funcionarios del gobierno imperial de Maximiliano para ofrecer el apoyo de los sureños que enviarían brigadas armadas que llegarían con apariencia de particulares. Se supo también, que un grupo dirigido por el ex-Senador por California William Gwin, hacía gestiones con los imperialistas franceses para colonizar Sonora.

Matías Romero, Ministro de México en Washington, obtuvo la información y envió la documentación al Gobierno de los Estados Unidos que a su vez preguntó al Gobierno francés si participaba en tales arreglos. El Ministro de Negocios Extranjeros francés respondió al Ministro estadounidense que el “Gobierno mexicano… se propone permitir a los emigrados de la parte sur de los Estados Unidos para que entren en su territorio individualmente y sin armas… pero inmediatamente serán dispersados en las provincias del Imperio y. constreñidos a abstenerse de todo lo que pueda despertar la justa susceptibilidad de las naciones vecinas”.

El 27 de abril de 1865, Maximiliano autorizó a la Compañía Americana de Emigración (Ver Documento) México representada por Bernard G. Coulfield a promover la emigración que invitaba a los recién derrotados sureños que querían establecerse en México y apoyar militarmente al Imperio.

Dicha compañía obtuvo exenciones tales como que al proporcionarse, propiedades rústicas y urbanas para el desarrollo de las empresas mineras, agricultoras, manufactureras e industriales… fue exceptuada del pago de alcabala o traslación de dominio; tuvo permiso de importar libres de derechos por los puertos del Imperio, instrumentos, maquinarias, cosas y ganado “que exija la necesidad y conveniencia de los inmigrantes”; se le autorizó a erguir poblaciones; a introducir emigrantes y que los contratos hechos con los inmigrantes por la Compañía fuera del territorio del Imperio… “tendrían en él, ante los tribunales, la misma fuerza que si se hubiera hecho en los límites de su jurisdicción”. Además, la Compañía establecerá en la Ciudad de México una agencia.

El 17 de junio de 1865 la Junta de Colonización Imperial sesionó y autorizó la emigración de negros que vendrían en compañía de sus amos confederados.

Por otra parte, el Comodoro Mathew Fontaine Maury, militar profesional confederado e inventor de los torpedos eléctricos llegó a México con la intención de crear “una nueva Virginia, en la tierra tropical de Moctezuma”; decía este personaje que “Aunque muchos negros han recobrado la libertad y debido a la brusca manera en que se ha hecho esto han ocurrido motines y ellos se hallan azotados por la peste y el hambre, todavía existen muchos que permanecen leales a sus amos. Debemos estimular a los dueños de esos esclavos, para que también los emancipen y después decir a aquéllos: ‘Ahora negocien con quienes estén dispuestos a acompañarles a México como aprendices, sujetos a servir como agricultores y en otras tareas, hasta que puedan aprender el idioma del país y se familiaricen con sus costumbres y sus leyes; mientras se les instruye en el cultivo de los productos que desconocen y luego emigren con ellos a estas fértiles tierras’. Al terminar ese período de, digamos siete años de servicios, el aprendiz habría ganado su hogar como una de las recompensas de su trabajo…

En este mes de abril, el Gral. Brigadier confederado Henry W. Allen, ex-gobernador de Louisiana, llegó a México y comenzó a editar -con subsidio imperial-, el semanario “Mexicali Times” que propagaba la ideología de los sureños  y promovía la emigración de confederados a México. 

En este contexto, Maximiliano expidió este día 5 de septiembre una Ley de Colonización (Ver documento) con su reglamento (Ver documento) y decretó la creación de colonias. En el reglamento, señala que los hombres de color son libres por el hecho de pisar el territorio mexicano; y establece un tipo de contrato que en realidad es una forma de esclavitud, pues dice que en caso de muerte del esclavo, los hijos permanecerán a su servicio hasta su mayoría de edad, bajo las mismas condiciones en que se encontraba el padre.

Así restableció Maximiliano la esclavitud en forma disfrazada con la intención de obtener el apoyo de los confederados derrotados, para disponer de contingentes militares una vez que Francia hubiera retirado su ejército. Luis Chávez Orozco en Maximiliano y la restitución de la esclavitud en México 1865-1866, se pregunta: “¿Buscaba Maximiliano crearse un apoyo propio, con los esclavistas sureños que acudiesen a México, en previsión del momento en que las tropas francesas se repatriasen y ante la evidencia de que era imposible crear un ejército nacional lo suficientemente numeroso que le permitiera perpetuarse en el poder? ¿El decreto de 5 de septiembre fue una reacción inamistosa e ingenua en contra de los líderes norteamericanos que acaudillaban la lucha antiesclavista, por no haberlo reconocido como Emperador de México? ¿Este acto no desvirtuaba, de fondo, el cacareado propósito del Emperador Napoleón III, de poner un dique a la expansión económica, cultural y social norteamericana?

El 30 de septiembre siguiente, mediante un boletín, Maximiliano informará de la naturalización como mexicano a Mathew Fontaine Maury con todos los goces y privilegios incluido el derecho de obtener puestos públicos y empleos reservados a los nacidos en territorio del Imperio y fue nombrado Comisario Imperial de Colonización.

Sin embargo el plan fracasaría porque el Gobierno de los Estados Unidos no estuvo de acuerdo, en que se formara al sur de su frontera un grupo que podría ser amenazante y por las gestiones del Ministro Romero (Ver documento).  Maury saldrá del pais hacia Londres, Inglaterra a donde Maximiliano le escribirá al año siguiente “… es necesario abandonar la política que ambicionábamos de que México sea colonizado por los confederados…” sobre el regreso a Estados Unidos de los que acompañaban a Maury, Luis Chávez Orozco comentará: “para bien de México, fueron los confederados los que desistieron de sus propósitos y regresaron a su patria y así nos salvamos de que reviviera en nuestro país la institución de la esclavitud. ¡Ya con el peonaje feudal teníamos bastante: de tan pesada carga sólo nos habríamos de liberar después, en este siglo XX, a costa de sacrificios sin cuento!”·

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.