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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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Martín Carrera asume la presidencia de modo interino de la República.

Agosto 15 de 1855

Es designado por un grupo de militares encabezados por el general Rómulo Díaz de la Vega,  comandante militar de la capital de la República, quien oportunistamente se ha pronunciado a favor del Plan de Ayutla, para aprovechar el vacío de poder producido por la intempestiva renuncia del presidente Antonio López de Santa Anna, que sin haber sido derrotado militarmente por los seguidores del Plan, abandona el cargo y sale del país.

Al momento de su nombramiento, el general Martín Carrera se desempeñaba como director general de los cuerpos de artillería. Se dice que no era  hombre con ambiciones políticas y que enterado del nombramiento quiso renunciar al cargo, que finalmente aceptó.

Ejercerá la presidencia del 15 de agosto al 12 de septiembre de 1855.

Iniciará su gobierno con una proclama en donde analiza las dificultades por las que atraviesa la nación, los motivos por los que acepta el puesto y la necesidad de efectuar reformas en los ramos de Guerra y de Hacienda, así como de reorganizar la Guardia Nacional. Tratará de conciliar los intereses de los conservadores, virtualmente ya derrotados, y de los liberales, que proclaman su triunfo y avanzan hacia la ciudad de México. Pero por el origen de su cargo y su pasado santannista, pero ambos bandos rechazarán sus gestiones, lo que lo hará dejar la presidencia en manos del general Díaz de la Vega. En la Gran Historia de México Ilustrada se lee que Carrera pronunció unas palabras que se hicieron célebres en su época: “por su culpa no se derramaría ni una lágrima ni una gota de sangre”.

Martín Carrera Sabat nació en Puebla, el 20 de diciembre de 1806. Fue incorporado al Regimiento  expedicionario de Fernando VII, a los nueve años por su padre que era un coronel realista, y a los 12  obtuvo su primer grado. En 1818 fue oficial instructor. En 1821 se adhirió al Plan de Iguala y con la 13a. División, al mando del general Vicente Filisola, entró a la ciudad de México el 27 de septiembre del mismo año. En 1822 participó en el sitio de San Juan de Ulúa, como Teniente al mando de una batería de cañones durante. En 1823 obtuvo el grado de capitán encargado del detall de la fábrica de armas de la capital y después fue director de la maestranza y comandante de artillería en San Luís Potosí. Participó en la represión de la insurrección popular de La Acordada.

Continuó en ascenso su carrera militar: teniente coronel de la Plana Mayor Facultativa en 1829, comandante de la Ciudadela en 1831, coronel de la Brigada Ligera de Artillería  en 1833, director general de Artillería, Fundición y Fábrica de Armas  de 1833 a 1840 y general de brigada en 1840.

En 1843 fue miembro de la Junta Nacional Legislativa que redactó las Bases Orgánicas.

En 1844 y 1845 fue Senador de la República y, en 1846, comandante militar del Estado de México.

En 1846 y 1847 combatió en contra de  la invasión norteamericana. Como comandante general de artillería en el valle de México participó en las batallas de Padierna, Molino del Rey y Casa Mata, así como en la defensa de la Garita de Belén.

En 1850 fue general en jefe de las tropas permanentes y de la Guardia Nacional en la capital de la República.

De 1851 a 1852 fue consultor confidencial del Ministerio de Guerra.

En 1853 fue ascendido a General de División.

Durante la intervención francesa, ofreció sus servicios militares al presidente Benito Juárez, pero no le fueron aceptados.

Fue autor de  un manual de Uso y prácticas de maniobra de artillería ligera de montaña (1831) y de Notas de campaña (1843).

Murió el 22 de abril de 1871 en Ciudad de México.

Doralicia Carmona. MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.