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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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Manuel Lozada, el Tigre de Alica es fusilado en Tepic.

19 de julio de 1873

Manuel Lozada logró imponer su gobierno de facto en Nayarit, Sinaloa y Jalisco; con su muerte termina  uno de los cacicazgos más vigorosos de la región. El pueblo acude al paredón y antes de ser ejecutado, reitera las intenciones de sus actos encaminados al progreso y prosperidad de los pueblos que gobernó.
A partir de 1853, Lozada, mestizo, víctima de la represión social, se dedicó al bandidaje y a defender a los pobres. En 1857, la casa comercial inglesa Barrón, Forbes y Cia. De Tepic, lo contrata para hostilizar a las tropas del gobierno liberal. Poco después desconoce la Constitución de 1857 y al gobierno de Jalisco.

En 1861 fue detenido, pero el gobernador de Jalisco le otorgó la amnistía a cambio de que combatiera a los franceses y con la promesa de que después sería el defensor oficial de los derechos indígenas en asuntos agrarios; como el nombramiento no fue ratificado volvió a tomar Tepic.

El 1 de febrero de 1862, Lozada firmó con el gobernador Ogazón el llamado "Tratado de Pochotitan" por el que sus fuerzas así como las de Rivas y García de la Cadena, se pusieron a disposición del supremo gobierno y aceptó que el gobierno asumiera la defensa de los derechos indígenas en la cuestión de terrenos con las haciendas colindantes. Poco después declaró que los liberales eran sus enemigos y se adherió al Imperio de Maximiliano, de quien recibió varias distinciones.

En 1866, su poder abarcaba una región muy grande, organizó la administración pública e insistió en arreglar los problemas agrarios. Al triunfo de la república, acató el gobierno de Juárez, defiendió los intereses agrarios de coras y huicholes y frenó el despojo a los indios.

En 1869, formó una comisión revisora de la situación legal de las tierras indígenas y organizó una asamblea de comandantes y jefes de familia para fundar escuelas y tomar medidas contra la embriaguez, el robo y la vagancia.

En 1873, Lozada proclamó el Plan Liberador de los Pueblos Unidos de Nayarit que desconocía a la República y propugnó un régimen indígena; con ocho mil hombres tomó la población de Tequila, pero fueron vencidos por las fuerzas del gobierno en La Mojonera y se dispersaron. Lozada, herido y traicionado por su captor Andrés Rosales, fue llevado al proceso que concluye hoy con su fusilamiento.

Doralicia Carmona. MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO