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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 
 

 


 


Llega la escuadra norteamericana a Veracruz. Al no ser rendida la plaza, bombardea el Puerto.

Marzo 13 de 1847

 

Este día los norteamericanos ocupan Vergara a fin de completar el asedio al puerto por mar y tierra. Habían llegado los primeros buques de guerra a las costas veracruzanos desde el pasado 8 de febrero. El 4 de marzo, la ciudad había cerrado sus puertas. Dos días después un vapor de guerra efectuó un reconocimiento y el 9 de marzo se inició el desembarco en la playa de Collado, pero sólo se pudo intentar una débil resistencia mediante guerrillas que acosaban a las tropas invasoras.

Hoy desde la plaza y Ulúa se realizan algunos disparos sobre las baterías que instalan los norteamericanos. Los días siguientes, los estadounidenses se dedicarán a fortalecer su cabeza de playa para iniciar el asalto al puerto.

"Las armas y tácticas de la época planteaban a Scott tres opciones. En primer lugar, podía sitiar la ciudad e impedir su abastecimiento hasta que el hambre y las enfermedades la obligaran a rendirse; no obstante, un sitio es un proceso prolongado y no tenía el tiempo para llevarlo a cabo. En segundo lugar, también podía lanzar sus tropas a un asalto frontal, ya que, dada la ventaja numérica de los estadounidenses, era probable que tuvieran éxito; sin embargo, un asalto de ese tipo sería muy costoso para los atacantes, como los estadounidenses habían comprobado en Monterrey: las pérdidas podrían debilitar su ejército lo suficiente como para condenar al fracaso su posterior invasión del centro de México. La tercera opción, en fin, era el bombardeo: lanzar bombas sobre las murallas de la ciudad provocaría muerte y destrucción entre todos sus habitantes, soldados y civiles por igual, y ello podría preparar el terreno para un asalto frontal, y también podría forzar la rendición sin recurrir a ese tipo de asalto; con un poco de suerte, un bombardeo exitoso también causaría un número de víctimas civiles tal que sería más probable que otras ciudades se rindieran rápidamente" Scott se inclinó por la tercera opción". (Guardino Peter. La marcha fúnebre).

El día 22 de marzo, a las dos de la tarde, los invasores exigirán que la plaza se rinda dentro de dos horas. Veracruz se resistirá y a las cuatro de la tarde, comenzará el bombardeo sobre la ciudad con morteros, obuses, cañones y baterías de buques que se acercarán a la playa de Collado. Desde Ulúa se contestará el fuego. El bombardeo será incesante, de noche y de día. La población civil será la más afectada por el bombardeo, pues carecerá de lugar seguro en donde guarecerse. La ciudad será reducida a ruinas, se llenará de cadáveres y heridos abandonados, sufrirá de hambre y escasez de parque.

"Los cónsules extranjeros presentes en el puerto solicitaron una entrevista al general Scott con el propósito de pedirle que les permitiera evacuar a los extranjeros y a los que no eran combatientes, pero Scott se rehusó incluso a recibirlos, porque sabía que la grave situación de la población civil significaba contar con una ventaja muy grande sobre los soldados mexicanos. Con plena conciencia, Scott prefirió mantener plena su capacidad para concluir su prolongada misión y conservar la vida de sus soldados antes que proteger la vida de la población civil mexicana; en sus memorias, declaró descaradamente: "sentir compasión por las mujeres y los niños -en la forma de una demora- podría, por sus consecuencias, haber llevado a la pérdida de la campaña y, en realidad, a la pérdida del ejército: dos tercios por la pestilencia y el resto, por la rendición". (Guardino, ya citado).

En los Apuntes para la historia de la guerra entre México y los Estados Unidos, se describirá la situación:

“Las horribles escenas de desolación que se han sucedido estos días, y que se presentan bajo mil aspectos diferentes, han causado un profundo terror en la parte inerme de la población que busca por todas partes en donde refugiarse. Lo material de la ciudad causa espanto: desde la puerta de la Merced hasta la parroquia no hay una sola casa que no haya sufrido, y la mayor parte de ellas están derrumbadas, y las calles intransitables por los escombros. De la parroquia para la Caleta, aunque no en este grado, todas las casas están deterioradas. Ni hay alumbrado, ni se puede transitar por las aceras, por temor  de que se desplomen los balcones. Las bodegas de algunas de comercio están ocupadas por familias, cuyas habitaciones han sido arruinadas; y la del señor cónsul de España, D. Telésforo González de Escalante, se halla llena de ancianos, mugeres y niños, a quienes dio asilo, llevando su generosidad hasta el grado de prepararles alimentos.”

Finalmente, para vencer la resistencia, el 27 de marzo se usará el rumor de un más despiadado y generalizado bombardeo para generar el terror entre la población civil: “Se veían entonces grupos de señoras de todas clases que, cargando pequeños líos de ropa, recorrían las calles, despavoridas y sin aliento: su angustia se reflejaba en el rostro; reinaba ese pavor que nace de la contemplación del peligro pasado, cuando se espera otro nuevo. La madre llevando a sus tiernos hijos, los arrastraba, buscando un asilo seguro, que la triste realidad Ie negaba; la joven, guiando los pasos del trémulo anciano, alzaba al cielo sus ojos llenos de lagrimas, implorando un refugio para salvar al autor de sus días; el niño, aterrorizado con el espanto de su madre, la seguía apenas en su carrera. El peligro con todos sus horrores: esa muerte segura y sin defensa, engalanada con sus arreos de sangre, era el triste porvenir de una población inerme... Esa horrible sensación de inquietud que precede a los momentos supremos, se había apoderado de todos.”

Tropas noeteamericanas bombardean Veracruz

El día 27 de este mismo mes y año, capitulará Veracruz.

"Los sagaces observadores mexicanos comprendieron que las muertes de los civiles habían sido lo que obligó a la capitulación: los estadounidenses habían demostrado que estaban dispuestos a valerse de las bajas causadas entre la población civil para lograr sus objetivos y que esa estrategia podía ser usada en otras ciudades... la mayoría de los comentarios sobre el bombardeo fueron sobre su moralidad: corresponsales de guerra estadounidenses, como George Wilkins Kendall y Jane McManus Storms, informaron sobre las muertes de los civiles, aunque las describieron como una necesidad militar; sin embargo, no ocurrió lo mismo fuera de Estados Unidos: los observadores mexicanos condenaron categóricamente la moralidad de la decisión de Scott y se valieron de ella como evidencia de lo injusto de la invasión y de la necesidad de los mexicanos de sacrificarse para defender su nación. Algunos corresponsales extranjeros reaccionaron de manera similar al bombardeo de Scott; los editores de The Times en Londres escribieron: rara vez hemos tenido la ocasión de informar sobre una operación de guerra más repugnante para todo sentimiento de humanidad y justicia que el bombardeo y la captura de la ciudad y la fortaleza de Vera Cruz; en su opinión, el bombardeo había sido uno de los actos más atroces y bárbaros cometidos en los tiempos modernos por las fuerzas de una nación civilizada". (Guradino, ya citado)

Con este hecho, el ejército y la marina de Estados Unidos se hallarán en posesión de las ciudades y puertos más importantes del México septentrional, lo que en esencia será su principal objetivo estratégico. Mientras, en la ciudad de México se pensará que es necesario obtener por lo menos una victoria antes de entrar en pláticas de paz, pues de no ser así, sólo quedará aceptar las demandas y pretensiones de los invasores.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.