Edición-2020.png

Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 
 

 


 


Se funda la Confederación General de Trabajadores CGT

22 de febrero 1921

Durante la convención obrera organizada por el Comité de la Federación Comunista del Proletariado Mexicano, que tuvo lugar del 16 a 22 de febrero, se funda la Confederación General de Trabajadores CGT. Es una respuesta del movimiento obrero en contra de la legitimación de las organizaciones de trabajadores, como la CROM, ante el Estado. Nace integrada por obreros predominantemente de la industria textil y del transporte. Sus principales fundadores son José Cayetano Valadés, Manuel P. Ramírez, Alberto Araoz de León y Edmundo Solís. Es electo como secretario general Alberto Araoz de León. Si bien la nueva central será dirigida por líderes de filiación anarco-sindicalista como Rosendo Salazar; Rafael Quintero y José G. Escobedo, también participarán dirigentes comunistas en su manejo.

La convención de la que surge la nueva CGT, se pronuncia por la lucha contra el capitalismo, la unidad proletaria, la búsqueda de la mejor forma de organización obrera, una cultura que favorezca la acción violenta contra el sistema imperante y la no participación política de sus miembros en el gobierno. Sin embargo se declara a favor de partidos como el Partido Comunista Mexicano PCM, al que identifica como revolucionario, pero prohíbe la afiliación de sus miembros a éste o cualquier otro partido. Durante los debates, el predominante abstencionismo político característico del anarquismo, motivó que los delegados de la International World Workers, se retiraran de la convención.

El 15 de julio siguiente será aprobado el programa de la nueva central en la Gran Convención Radical Roja. En él se ratificarán los principios del apoliticismo y del sindicalismo revolucionario: defenderse, educarse y conquistar la completa emancipación de los obreros y campesinos; lucha de clases como principio fundamental de sus acciones; Comunismo Libertario como aspiración suprema; y prohibición de establecer ligas con organizaciones políticas y de militar en grupo e individualmente en ellas.

Su órgano de difusión ideológica será El Verbo Rojo, que de inmediato censurará "el contubernio de la CROM con el gobierno, señalando la falsificación de las auténticas miras del movimiento obrero".

Al respecto se lee en la Enciclopedia de México:
La CGT se calificó a sí misma de roja, frente a los “amarillos” de la CROM, a quienes acusó de estar asociados a la Federación Americana del Trabajo (central norteamericana dirigida por Samuel Gompers); declaró que obraría “remota, ilimitada, absoluta, abstracta y teóricamente, en oposición a la CROM”, que lo hacía “próxima, limitada, concreta, relativa y prácticamente”; afirmó que su interés principal estaba en las masas y no en los individuos, y se pronunció por un cambio completo en la situación política, económica y social de los trabajadores. Quiso con esto ofrecer una opción no oficial al movimiento obrero. El mismo año de su fundación planteó la necesidad de que los obreros se apoderaran de las fábricas y los campesinos de las haciendas desocupadas.

La CGT tendrá influencia principalmente en Michoacán, Coahuila, Jalisco y Guanajuato, en donde alentarán invasiones de tierras, pues "los campesinos deberían tomar las tierras que les hicieran falta, sin consultar ni solicitarlas de las comisiones agrarias de la República". En su mejor momento, la CGT llegará a agrupar centenares de sindicatos con unos ochenta mil afiliados.

Por su oposición al presidente Álvaro Obregón, al general Plutarco Elías Calles y a Luís N. Morones de la CROM, será hostilizada por el gobierno y muchos de sus líderes sufrirán persecuciones injustas, incluso deportaciones. Morones obstaculizará el desarrollo de la CGT y aprovechará su influencia política para impedir la circulación de sus periódicos y de su propaganda.

También se le opondrán las agrupaciones obreras católicas que defienden la religión, la nación, la familia y la propiedad, que apoyan a los trabajadores con cajas de ahorros y dispensarios, y organizan sociedades mutualistas de obreros y artesanos. En reacción al radicalismo de la nueva CGT, se establecerá la Central de Obreros Guadalupanos, que más tarde constituirá la Confederación Nacional Católica del Trabajo.

La CGT se vinculará a la Internacional Sindical Roja de Moscú, pero pronto la abandonará por aprobar la acción política y se adherirá a la International Working Men’s Association el 15 de septiembre de 1923, con sede en Berlín, Alemania. En este campo del internacionalismo, pugnará por desenmascarar el patriotismo fomentado por la burguesía, la no participación obrera en las guerras imperialistas, la paz y fraternidad entre los trabajadores por encima de las fronteras, la solidaridad con las huelgas de organizaciones con principios afines y la libertad de los presos políticos, como Ricardo Flores Magón, recluido en una cárcel norteamericana.

Al imponerse la línea anarco-sindicalista de no incorporarse a la Internacional Comunista, saldrán de la central los integrantes de esa tendencia. No obstante, la CGT irá abandonando, paulatinamente su radicalismo anarquista tanto desde el punto de vista de la acción violenta, como de la no acción política; a partir de 1925 ya no pugnará por la toma de fábricas y haciendas, sólo insistirá en las huelgas, paros y boicots, así como en la enseñanza racionalista.

Tras el asesinato del presidente electo Obregón, un grupo de dirigentes inconformes con la CROM se unirán a la CGT y fundarán la Federación Sindical de Trabajadores del Distrito Federal; entre ellos, Fernando Amilpa, Jesús Yurén, Fidel Velásquez, Alfonso Sánchez Madariaga y Luís Quintero, quienes serán famosos en el movimiento obrero conocidos como los “cinco lobitos" y que durante más de medio siglo conformarán el sindicalismo oficial.

También abandonará su apoliticismo y será una de las primeras agrupaciones que se sumarán al Partido Nacional Revolucionario.

Señala José Manuel Lastra (El Sindicalismo en México) que después de una década de actividades, la CGT actuará pragmáticamente dentro del reformismo político, que aun Rosendo Salazar, abandonará el anarcosindicalismo y que sólo Jacinto Huitrón, miembro del Grupo Luz y de la Casa del Obrero Mundial, permanecerá fiel y dirigirá hasta su muerte en 1960, la Federación Anarquista Mexicana (FAM), única sobreviviente del anarcosindicalismo de la CGT.

Doralicia Carmona. MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.