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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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Trinidad Sánchez Santos nace en Tlaxcala.

15 de febrero de 1859

No hizo estudios profesionales formales y sin embargo, fue un autodidacta de gran cultura. Muy joven incursionó en el periodismo y sucedió a Aguilar y Marocho como director del periódico católico “La Voz de México” de 1892 a 1897.

En 1899 fundó “El País” para difundir ideas del catolicismo progresista. Aunque simpatizó con Madero, pronto se convirtió en uno de sus más duros críticos, sobre todo de su hermano Gustavo porque era más enérgico y el único que intentaba contrarrestar los severos ataques al presidente. Sánchez Santos, le apodó “Ojo Parado”, y al grupo del que se valía para hacer sentir su fuerza, le llamaba “la porra”. En un editorial publicado el 23 de agosto de 1911 en “El País”, Sánchez Santos escribió: “Pues Ojo Parado es un individuo sin talento, que pretende sustituir a Rosendo Pineda como director de la política. Sólo que en materia de sesos hay diferencia...”.

Fue secretario de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. Escribió también en los diarios “El Tiempo”, “El Nacional” y “El Heraldo”.

Murió en la ciudad de México, el 8 de septiembre de 1912, dejando inédita su obra "Historia del Periodismo en México".

A Sánchez Santos se le considera ideólogo del Partido Católico y si bien este partido había apoyado a Madero, lo hizo con la mira de recuperar poder político actuando en la sociedad y en el aparato gubernamental mediante sus legisladores y en la confederación de Círculos Católicos Obreros. Sus miembros pensaban que en mucho el problema de México era moral y apegados a las enseñanzas de la encíclica Inmotale Dei de Pío X y en la doctrina de la Rerum Novarum, de León XII, buscaban que el Estado tomara características cristianas. Sin embargo, incurrían en profundas contradicciones, porque, por ejemplo, no se podían hacer reformas sociales que dejaran complacidos tanto a los campesinos como a los hacendados. En el fondo, esto fue lo que condujo a que se opusieran después a Madero de manera muy beligerante, y fueron ellos quienes pedían que renunciara como presidente.