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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 
 

 


 


El empresario Haden Edwards declara la creación de la República de Fredonia en territorio de Texas.

21 de diciembre de 1826

Habiendo tomado con sólo 30 colonos el edificio Old Stone Fort de Nacogdoches el 16 de diciembre pasado, en este lugar, hoy los hermanos Edwards declaran a la ex colonia Edwards la nueva república de Fredonia, no sin antes firmar un tratado de paz con los cheroqui y otras tribus de la región. A continuación izan su bandera con dos rayas –una roja y una blanca– que representan las dos etnias –indígenas y colonos,- y con el lema "Independence, Liberty, and Justice".

A pesar de ser un agresivo especulador de tierras, el gobierno mexicano otorgó a Edwards un contrato de colonización el 14 de abril de 1825, el cual le permitía asentar a 800 familias al este de Coahuila y Texas. La nueva colonia comprendía desde 20 leguas al norte del Golfo de México hasta 15 leguas al norte del municipio de Nacogdoches; y desde el Río Navasota hasta 20 leguas al oeste del río Sabine. Al oeste y al norte colindaba con tierras controladas por tribus indígenas que el ejército norteamericano había desalojado de sus territorios originales; al este con el área conocida como zona neutral entre el río Sabina y el arroyo Hondo; y al sur con la colonia de Stephen F. Austin. En el contrato, Edwards se comprometió a reconocer los títulos de propiedad españoles y mexicanos preexistentes en la tierra colonizada, y a que todos los títulos de propiedad que otorgara serían certificados por el comisionado de tierras del estado de Coahuila y Texas. Aparte, se le permitía reclutar una milicia para la protección de los habitantes de la nueva colonia.

La verdadera intención de Edwards era eliminar a los colonos menos prósperos y vender esas tierras a los ricos hacendados del sur de los Estados Unidos. Pero al llegar a Nacogdoches en diciembre de 1825, encontró que los límites de su concesión y los de este municipio estaban superpuestos parcialmente, lo cual generó una situación conflictiva para quienes se encontraban ya asentados, pues Edwards les exigió validaran su propiedad, so pena de hacerlas subastar, y la mayoría de colonos norteamericanos y mexicanos carecía de títulos escritos.

Para solucionar el problema, el alcalde del municipio, Luis Procela, y el secretario municipal, José Antonio Sepúlveda, empezaron a validar las tierras poseídas por los antiguos pobladores de acuerdo con la ley vigente; pero Edwards denunció que se falsificaban los títulos y a continuación, se autonombró jefe de la milicia de su colonia y sin tener autoridad alguna, convocó a elecciones municipales, en las cuales compitieron Chichester Chaplin, yerno de Edwards, y Samuel Norris. Obviamente, resultó “electo” Chaplin. Pero ante las protestas de fraude, Juan Antonio Saucedo, jefe político del Departamento de Béjar, anuló la elección en marzo de 1826, y proclamó ganador a Norris.

Entonces Edwards se negó a reconocer a Norris y marchó a reclutar más colonos en Estados Unidos, en tanto su hermano Benjamín quedó a cargo de la colonia, pero no fue capaz de mantener el orden en la misma, y en cambio, trató de lograr apoyo de colonos e indios cheroqui para una futura rebelión contra los mexicanos.

Ante los crecientes conflictos entre los mismos colonos y las quejas por la situación imperante, así como los rumores de que Haden organizaba en Estados Unidos un grupo armado, el gobierno mexicano revocó el contrato de colonización de Edwards en octubre siguiente y ordenó la salida del país de los Edwards, quienes ignoraron la cancelación y la orden de salir de México, y se reunieron todos en Nacogdoches a finales de ese mismo mes de octubre para continuar su complot.

El 22 de noviembre de ese año de 1826, el coronel de la milicia local Martin Parmer y otros 39 miembros de la colonia de Edwards arrestaron a Norris, a Sepúlveda y al comandante de la guarnición mexicana en Nacogdoches, bajo el cargo de opresión y corrupción. También Haden Edwards fue encarcelado por violar la orden de expulsión, aunque fue liberado condicionalmente de inmediato, pues su arresto sólo fue, quizás, una treta para ocultar que estaba detrás de estas acciones. A continuación un tribunal constituido ad hoc, declaró culpables a los arrestados, los destituyó de sus cargos y nombró nuevas autoridades provisionales.

Es en este contexto que el 16 de diciembre siguiente, se apoderaron del edificio Old Stone Fort de Nacogdoches, desde donde hoy proclaman la nueva República de Fredonia, suponiendo que cuentan con el apoyo de la tribu Cheroqui.

Inútilmente, Haden Edwards solicitará en Luisiana ayuda de militares norteamericanos; e invitará a Austin y a sus colonos a unirse a la revuelta.

Las autoridades mexicanas podrán neutralizar a la tribu cheroqui con nuevas promesas y con ayuda de Austin y grupos de colonos, el ejército sofocará la revuelta el 31 de enero de 1827 tras algunas escaramuzas y recuperará Nacogdoches.

Ante la falta de apoyo de colonos e indígenas, los rebeldes huirán hacia Estados Unidos. Y los cheroqui demostrarán su lealtad a México mediante la ejecución de dos de sus miembros que siguieron a los hermanos Edwards.

Derrotada totalmente la rebelión, el presidente Bustamante decretará la amnistía general para todos los alzados, salvo Haden y Benjamín Edwards, Martin Parmer, y Adolphus Sterne, único que será aprehendido, juzgado y condenado a muerte, pero que será liberado a condición de jurar lealtad eterna a México y a su gobierno.

Con la sospecha de que Edwards en realidad era un agente encubierto norteamericano, (Edwards será candidato a gobernador de Missisipi en 1849 y morirá durante su campaña electoral) el gobierno de Guadalupe Victoria enviará al general Manuel Mier y Terán a inspeccionar Texas. Con base en el informe resultante de esta inspección, se promulgarán las leyes del 6 de abril de 1830, que restringirán la inmigración a Texas a efecto de mantener el dominio mexicano, leyes que sin solucionar los existentes, provocarán nuevos conflictos en esa región.  

Asimismo, el gobierno mexicano intentará mantener la estabilidad en la zona mediante la firma de tratados de paz con las tribus asentadas en ésta provincia.

La fallida rebelión mostrará la fragilidad del control del gobierno mexicano en la cada vez más disputada frontera con los Estados Unidos. La siguiente revuelta de colonos norteamericanos culminará con la separación de Texas de México y, finalmente, dará motivo a la invasión norteamericana que obligará a México a “ceder” a Estados Unidos más de la mitad de su territorio nacional en 1848.

 

Doralicia Carmona: Memoria Política de México.