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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

 


 
 

 


 


González Casavantes Abraham

1865-1913  

Nacido el 7 de junio de 1865 en Ciudad Guerrero, Chihuahua, realizó sus primeros estudios en su tierra natal en el Instituto Científico y Literario de Chihuahua y los continuó en la Escuela Nacional Preparatoria de la ciudad de México. Después estudió comercio e inglés en la Universidad de Notre Dame en Indiana, Estados Unidos. Luego trabajó como cajero bancario, administrador de una compañía de tranvías y finalmente se dedicó al comercio de ganado.

Fue liberal magonista, opuesto al poderoso clan Terrazas que había forzado a Juárez y a Díaz a aceptar su dominio absoluto sobre Chihuahua. También estaba en contra del gobierno federal por considerar que las reelecciones de Díaz habían acabado con el libre sufragio base primordial de su ideal democrático. Así fundó el Club Benito Juárez. Simpatizó con las ideas de Madero y en 1909 formó el Comité Estatal del Partido Antirreeleccionista, del cual fue su presidente. Delegado a la Convención del Tívoli del Eliseo, hizo amistad con los hermanos Vázquez Gómez, José Guadalupe González y Aquiles Serdán. 

Acompañó a Madero en su gira por Chihuahua y ocasionalmente decía discursos, uno de ellos alarmó a la policía que lo tenía bajo constante vigilancia. Apoyó el Plan de San Luis y se levantó en armas en chihuahua con el grado de coronel. A la renuncia de Porfirio Díaz, el Congreso de su estado lo nombró gobernador interino y poco más tarde fue electo gobernador constitucional para el periodo 1911-1915.

Como gobernador sustituyó a los funcionarios del periodo Terrazas-Creel, eliminó el cargo de "jefe político" y abolió el derecho de las empresas, en su mayoría extranjeras, a nombrar funcionarios en las comunidades ubicadas en sus tierras concesionadas y permitió que éstas eligieran a sus autoridades.

En el aspecto económico, trasladó la mayor carga fiscal de las empresas pequeñas a las grandes corporaciones. Decretó el arbitraje obligatorio en la solución de los conflictos obrero-patronales mediante un comité tripartita de representantes patronales, obreros y gubernamentales.

Asimismo, se opuso al peonaje por deudas y a la detención forzada de peones y sus familiares en las haciendas, y prohibió los juegos de azar.

Para destruir al latifundio, anunció una ley que mediante impuestos progresivos hiciera incosteable la propiedad de 20 ó 30 mil acres. La idea era a largo plazo beneficiar a la clase media agraria que podía comprar las tierras. Comenzó por revisar la tasa fiscal de las haciendas, entre ellas las de Terrazas, que antes de la revolución estaban valuadas en menos de dos millones de pesos cuando su justa valoración no podía ser menor de cincuenta y quizás hasta cien millones de pesos. 

La reacción de los Terrazas-Creel fue: primero impedir que González fuera gobernador, después intentaron sobornarlo y finalmente derrocarlo inclusive por medio de la intervención de los Estados Unidos. En su defensa, González rescató la acusación de fraude a Enrique Creel por su turbio manejo del Banco Minero, aun pendiente de resolución, pero fue disuadido por el propio Madero, quien poco después lo nombró su secretario de Gobernación, por lo que tuvo que pedir licencia para trasladarse a la ciudad de México.

La ausencia de González del gobierno del estado para servir como secretario de Gobernación de Madero, permitió la recuperación parcial del poder de Terrazas y la desilusión de quienes habían seguido a Madero con la creencia de que se haría una reforma agraria. El descontento creció alimentado por los terratenientes.

Al darse cuenta de la situación que vivía Chihuahua, González regresó al gobierno y para reanimar a los campesinos con hechos concretos, intentó que el gobierno federal destinara seis millones de pesos a obras de irrigación y a la compra de haciendas para fraccionarlas.

Sin embargo, cuando la guarnición integrada de exrevolucionarios se sublevó y tomó Ciudad Juárez, Pascual Orozco, comandante de los rurales estatales, en vez de combatir a los levantados, se les unió y lanzó el Plan de la Empacadora que denunciaba el incumplimiento de Madero a sus promesas y demandaba reformas profundas agrarias y laborales. El Partido Liberal Mexicano le dio su aprobación, pero también los empresarios y hacendados más ricos encabezados por Terrazas, quienes le aportaron más de un millón de pesos para financiar la revuelta. Así, Orozco pudo iniciar su levantamiento aprovechando el descontento y la ignorancia de mucha gente desilusionada del maderismo. La rebelión fue derrotada por el ejército federal al mando de Victoriano Huerta. En esta lucha participó brillantemente Francisco Villa, quien así regresaba a la actividad política y militar.

Restaurada la paz, Madero no sólo no castigó a los Terrazas por su apoyo a Orozco, sino pidió a González que dejara que el patriarca del clan, Luis, exiliado en Los Ángeles, regresara a Chihuahua a encargarse de sus vastos negocios.

Al triunfar el cuartelazo de Huerta, escribe Friedrich Katz (Pancho Villa) que sólo tres jefes militares de fama nacional había producido la revolución: Orozco, Zapata y Villa; el primero se unió al usurpador, los otros estaban impedidos de encabezar la resistencia. "El único dirigente que tenía cierto reconocimiento nacional y que podía ser considerado heredero espiritual de Madero era Abraham González. Por temor de que hiciera detonar un nuevo levantamiento Huerta lo hizo detener". Acusado de rebelión es destituido como gobernador de Chihuahua y sustituido por el general federal Antonio M. Rábago Maldonado. Por falta de pruebas se ordena su traslado a la Ciudad de México; al llegar a Torreón se ordenó su regreso y en la estación de Mapula, al parecer, el teniente coronel Benjamín Camarena lo asesinó el 7 de marzo de 1913, sin que se sepan detalles ciertos de dónde y cómo murió y quienes fueron los autores materiales de su muerte.

Públicamente se le dio como desaparecido, hasta que cuatro meses después, su cadáver, ya devorado por animales salvajes pero identificable por su saco con las iniciales AG, fue encontrado con un tiro de gracia en las inmediaciones de la estación de Horcasitas. Ahí mismo permaneció sepultado más de un año, hasta que el general Francisco Villa, gobernador provisional de Chihuahua, trasladó sus restos al Panteón de la Regla, no sin antes rendirle homenaje en el Palacio de Gobierno de Chihuahua.

Meses más tarde, el general federal Rábago fue capturado y sometido a juicio, negó su responsabilidad en el asesinato y sólo aceptó haber entregado a Abraham González a los militares huertistas Limón, Revilla y Camarena, en cumplimiento de órdenes superiores. Fue condenado a prisión, en donde murió tras unos dos años de encarcelamiento.

Años después los restos mortales de Abraham González fueron llevados a la Rotonda de los Ilustres Chihuahuenses.

Efeméride. Nacimiento 7 de junio de 1865. Muerte 7 de marzo de 1913.

Doralicia Carmona. MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.