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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

 


 
 

 


 


Alberto Carrera Torres

1888-1917

Nació el 23 de abril de 1888, en rancho Atarjeas, municipio de Bustamante, región serrana de Tamaulipas, hijo de Calendario Carrera y Juana Torres. Su padre transportaba fibra de lechuguilla a lomo de mula de Bustamante a la estación de Cerritos, San Luis Potosí.

Estudió en Tula, Tamaulipas, bajo la dirección del profesor Manuel Villasana y con la ayuda del hacendado español anarquista Francisco Ibargüengoitia, quien patrocinó sus estudios. Fue maestro de primeras letras y estudió por su cuenta derecho. Por recomendación de su maestro, fue nombrado director de la escuela primaria de Miquihuana en 1907. Lector asiduo de Regeneración, periódico del Partido Liberal Mexicano, formó parte del grupo liberal que encabezaba en Tula el profesor Villasana y sirvió como enlace con los descontentos de Miquihuana.

En 1908 fue aprehendido acusado de instigar un motín de los recolectores de lechuguilla; se libró de la cárcel gracias a los buenos oficios de Ibargüengoitia y de Villasana, pero fue despedido de la escuela.

Desempleado, se dedicó por completo a asesorar gratuitamente a los trabajadores en su defensa contra los hacendados, quienes mandaron a sus esbirros a darle una paliza, y al resistirse le dispararon un balazo en la pierna, cuyas complicaciones, años más tarde, le causarían una amputación hasta la cadera, pese a la cual continuaría siendo un magnífico jinete.

Al convocar Madero a la revolución en 1910, Carrera Torres se levantó en armas en la zona limítrofe entre Tamaulipas, San Luis Potosí y Nuevo León. El 21 de mayo de 1911 se apoderó de Tula, cabecera del 4° Distrito de Tamaulipas, e instaló el primer ayuntamiento maderista presidido por Filiberto Sustaita.

Cuando se firmaron los Tratados de Ciudad Juárez, era el único jefe revolucionario tamaulipeco. Comandaba el “Ejército Libertador de Tamaulipas” integrado por 500 hombres, entre los cuales se encontraban todos sus seis hermanos varones. Pero a diferencia de otros grupos rebeldes, había organizado un movimiento agrario de amplio arraigo popular con los ixtleros explotados por los hacendados, que por su radicalismo asustó hasta a sus antiguos mentores. Las clases dominantes tamaulipecas no se unieron a su revolución a la caída de Porfirio Díaz, sino nombraron como gobernador a Matías Guerra, un porfirista declarado que ocupaba el puesto de secretario general de Gobierno.

En julio de 1911, sus efectivos fueron desmovilizados. Por sus ideas de reivindicación agraria, estuvo a punto de morir y fue encarcelado, pero salió libre gracias a la intervención a su favor de Gustavo A. Madero. Ante la hostilidad de los contrarrevolucionarios, no tuvo más opción que volver a levantarse en armas secundado por los hermanos Magdaleno y Cleofas y Saturnino Cedillo (quien encabezaría la rebelión armada contra el presidente Cárdenas), así como por grupos de campesinos pobres y analfabetos. Al ocupar Ciudad del Maíz el 17 de noviembre de 1912, se unió al Plan de Ayala de Emiliano Zapata.

Escribe Pedro Salmerón (Los Carrancistas): “Carrera Torres era un caudillo peculiar, no sólo por su juventud y la mutilación que le provocaba fiebres constantes. Se declaraba liberal pero respetaba a los sacerdotes y los protegió cuando en el vecino Nuevo León llegó al gobierno del estado Antonio I. Villarreal, rabioso comecuras. Eso se explica en parte por la fortísima influencia que siempre ejerció su madre, doña Juana Torres, que a veces parecía la verdadera dirigente del movimiento tulteco y que, como mujer de su época, era muy religiosa a la vez que enérgica: solía traer cuatro cananas terciadas y no dejaba la 30-30 y cuando Alberto, al frente de sus huestes, andaba por otros rumbos, no dejaba de informarle telegráficamente de la marcha de la guerra en la región de Tula. El joven caudillo usaba una cotona de cuero típicamente tamaulipeca, lo que acentuaba para la gente de otras regiones su nada agraciada presencia: Le faltaba una pierna -lo retrató un historiador potosino-, amputada muy cerca del tronco; su alargada cabeza parecía pilón, y el pelo recio y lacio como que le alargaba más el cráneo; a su boca grande la sombreaba ligero bigote negro; a sus ojos pequeños los cubrían gruesos cristales; su indumentaria era una vistosa cotona de cuero amarillo, con arabescos en blanco y flecos de gamuza morada que pendían de las mangas y de la espalda y del pecho. Bondadoso, con todo, de ingenio vivo."

Encima, tenía a orgullo vivir un celibato laico -se dice que murió sin conocer mujer-, aún más llamativo que su sobriedad."

Cuando el gobernador Matías Guerra reconoció al espurio presidente Victoriano Huerta, Carrera Torres se sumó al Constitucionalismo. El 4 de marzo de 1913 proclamó su Ley Ejecutiva del Reparto de Tierras, y rebautizó a sus hombres como Brigada Gustavo A. Madero, cuya tortura y asesinato lo conmovieron hasta las lágrimas.

Después de dos meses de preparativos, en mayo, Carrera Torres tomó Jaumave, Tula y Miquihuana; y en junio ocupó Hidalgo y Doctor Arroyo, perteneciente a Nuevo León. Su acción guerrillera tenía por objeto obstaculizar el tráfico ferroviario entre San Luis Potosí y Tampico, sin defender nunca las plazas de que se apoderaba, salvo Tula, en donde estableció su centro de operaciones revolucionarias.

Ya como parte del Ejército del Noroeste, al mando de Pablo González, la Brigada Gustavo A. Madero se convirtió en la 6° División del Noreste, de la que Carrera Torres continuó siendo su jefe. Así, siguió combatiendo y al ponerse a las órdenes de Jesús Carranza, participó en la toma de San Luis Potosí junto con otras corporaciones. La plaza, abandonada por los soldados federales, fue tomada sin combatir, por el general Francisco S. Carrera, jefe de la vanguardia de la 6° División.

El 29 de julio de 1914, Carrera Torres inició el cerco a Guanajuato y tras dos días de ataque, lo tomó. Tres días después, cayó Irapuato y más tarde León. Obedeciendo las órdenes de Pablo González entregó el gobierno de ese estado al general Pablo A. de la Garza.

Las acciones de San Luis y de Guanajuato, no hicieron que Carrera Torres descuidara el cumplimiento de su objetivo militar principal de alto valor estratégico: mantener bloqueado el paso de San Luis a Tampico.

Sin embargo, dadas las diferencias sociales, educativas e ideológicas entre los jefes y tropas carrancistas y el propio Carrera Torres y su gente, no existió una integración plena con los cuerpos del Ejército del Noroeste. Y a pesar de la trayectoria de Carrera Torres, Pablo González nombró al terrateniente y general Luis Caballero Vargas, jefe político y militar de Tamaulipas.

Huerta fue derrotado y se firmaron los Tratados de Teleoyucan. El 1° de septiembre de 1914, Carrera Torres fue enviado a licenciar a las fuerzas federales de Yucatán y Quintana Roo. En Mérida dio posesión del gobierno del estado al general Toribio de los Santos y regresó a Tamaulipas.

Se dice, que para atraerlo, en su enfrentamiento con Villa, Carranza le propuso fuera gobernador de San Luis Potosí, a lo que Carrera Torres contestó por telegrama el 12 de noviembre de 1914: “Lucho por la realización de los ideales que persiguen los verdaderos patriotas; no por ocupar puestos públicos”.

Al hacer crisis el conflicto entre Carranza y Villa, Carrera Torres y su 6° División apoyó a la Convención y luchó contra el Constitucionalismo. Fue la única corporación completa del Ejército del Noreste que siguió a Francisco Villa. El 5 de enero de 1915 atacó Ciudad Victoria, pero lo derrotó el general Luis Caballero Vargas; en mayo pudo ocupar la ciudad brevemente, pero fue expulsado por el general César López de Lara. Entonces se concentró en Tula, su precaria salud estaba más que menguada.

A su triunfo, Carranza autorizó que se aceptara su rendición, pero el general Obregón lo desalojó de Tula. Entonces anunció su retiro de las armas y el 25 de diciembre de 1915, entregó el mando de sus escasas fuerzas a su hermano Francisco. A principios de 1916 se entregó en Cárdenas, San Luis Potosí, a las fuerzas de Pablo González; fue trasladado a la capital del estado.

Durante más de un año pasó de cárcel en cárcel: Tlaltelolco, Guadalajara, Monterrey, y finalmente a Ciudad Victoria, en donde se le formó un consejo de guerra que lo condenó a muerte por órdenes de Luís Caballero Vargas.

El 16 de febrero de 1917, para ser fusilado, fue sacado de la prisión ubicada en la plaza de armas y obligado a caminar hasta el panteón de Ciudad Victoria, Tamaulipas. Murió a las cuatro de la tarde.

 

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
 
Efeméride Nacimiento abril 23 de1888. Muerte 16 de febrero de 1917.