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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

 


 
 

 


 


Narciso Bassols García

1897-1959

Nació el 22 de octubre de 1897 en Tenango del Valle, una pequeña población del estado de México, en la que su padre, un abogado modesto y honorable, había sido nombrado recientemente juez. Años después la familia se trasladó a vivir a la capital de la República, en la que en 1907 ingresó al Colegio de San José; posteriormente, en 1911, cuando su padre se desempeñaba como juez en Chalco, entró a la Escuela Nacional Preparatoria. Tras completar su bachillerato pasó, en 1916, a la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Desde el primer año de sus estudios en Derecho sus profesores notaron su aprovechamiento sobresaliente y su gran capacidad. Incluso hay un testimonio de ello dejado por don Antonio Caso, que dice lo siguiente: “En el año académico de 1916 Narciso Bassols fue el más distinguido de mis alumnos, por su clara inteligencia y su dedicación ejemplar”.

En 1921 obtuvo el título de abogado, profesión que ejerció con éxito durante alrededor de diez años, trayecto que inició en un bufete que abrió con Joaquín Álvarez Icaza. Al mismo tiempo ejercía el magisterio tanto en la Preparatoria, en la que impartió las materias de lógica y teoría del conocimiento, como en la Escuela de Jurisprudencia, en donde impartió la cátedra de garantías y amparo.

Su prestigio como litigante creció rápidamente, y a partir de 1921 ejerció ya solo.

Fue en 1925 cuando inició su carrera en el servicio público al ser nombrado consultor del Departamento de Salubridad, cargo del que pasó al de secretario del gobierno del estado de México, al lado de Carlos Riva Palacio. En junio de 1926 renunció a su cargo público para regresar al ejercicio de su profesión y a su magisterio.

En 1927, por encargo del secretario de Agricultura y Fomento y del propio presidente Plutarco Elías Calles, redactó la Ley de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas, que es la norma reglamentaria del artículo 27 constitucional. La ley delimitó las extensiones inafectables para fines de reparto según las calidades de las tierras; eliminó la categoría política de pueblo como condición para que los grupos solicitantes fueran sujetos agrarios, de modo que todo asentamiento mayor de 25 familias era suceptible de recibir tierras; limitó el derecho de amparo de los latifundistas y declaró a las tierras ejidales inalienables e inembargables. Con esa ley se pretendía terminar con el desorden de la legislación en la materia, que era una amarga experiencia de los años anteriores. La nueva ley agraria fue publicada el 27 de abril del mismo año, y significó un gran progreso en la legislación agraria del país, a pesar de haber sufrido reformas  el 19 de mayo y antes de que cumpliera cuatro meses derogada.

En febrero de 1929 fue nombrado director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional, donde creó la clase de derecho agrario y la Sección de Economía (un antecedente de la escuela de esa especialidad), además de implantar los exámenes trimestrales. Esta fue la causa de una intensa inconformidad estudiantil que generó la huelga estudiantil que finalmente concluyó con la autonomía universitaria.

En los primeros años de la década de los treinta del siglo XX, participó en la redacción de la Ley sobre la Liquidación de los Antiguos Bancos de Emisión, en la que manejó la tesis de que los billetes de esas instituciones que no se canjearan por bonos de la deuda bancaria, prescribirían en favor de la nación, y presidió el comité liquidador. Tras esto, el 21 de octubre de 1931 el presidente Pascual Ortiz Rubio le otorgó el alto cargo de secretario de Educación Pública, nombramiento que fue ratificado en septiembre de 1932 por el presidente Abelardo Rodríguez. Los principales logros de su gestión al mando de la SEP fueron: dar gran impulso a la educación rural, la introducción de la orientación sexual en los planes de estudio para la juventud –por lo que fue atacado severamente por los sectores conservadores cercanos a la Iglesia-, la clausura de centros en los que era violado el precepto de la enseñanza laica, además de la iniciativa del nuevo artículo 3° de la Constitución que presentó al Congreso.

Pese a mantener su puesto de ministro de educación, Bassols se dio tiempo para redactar la ley que creó Petromex. Renunció a su cargo el 9 de mayo de 1934, para ser designado secretario de Gobernación, puesto en el que se mantuvo hasta el 30 de septiembre; esto lo hizo para no tener que firmar el decreto que autorizaba el funcionamiento de garitos en los límites del Distrito Federal.

Posteriormente, a la llegada del general Lázaro Cárdenas a la presidencia, ocupó el cargo de secretario de Hacienda, en el que sólo duró hasta junio de 1935. Sin embargo, en ese breve periodo hizo una reforma monetaria, modificó las leyes de impuestos y de crédito, así como las relativas al Banco de México, Pipsa, Seguros de México, Crédito Popular y Ferromex; preparó las leyes de seguros que después se promulgaron, obligó a la Compañía de Petróleo El Águila a cumplir con sus obligaciones fiscales, e impidió que los generales y políticos siguieran haciendo negocios aprovechando su influencia.

Como resultado del enfrentamiento del presidente Cárdenas con el general Calles, el 15 de junio de 1935 presentó su renuncia al gabinete “por lealtad al general Calles”. Pese a ello, y gracias a la gran consideración y respeto que le guardaba Cárdenas, fue nombrado ministro en Londres y representante ante la Sociedad de Naciones, en donde jugó un papel muy destacado en la defensa de Etiopía y España, que sufrían la agresión fascista.

En 1937 fundó la Editorial Revolucionaria, en la que se publicaron diversos títulos de política y economía. También trabajó con Vicente Lombardo Toledano en la Universidad Obrera, y viajó a España con la representación de la Confederación de Trabajadores Mexicanos CTM ante la UGT y la CNT, donde se mantuvo cercano a las fuerzas republicanas durante la guerra civil española; posteriormente se trasladó a Oslo en 1938, donde, junto a Lombardo Toledano, solicitó la solidaridad de la Federación Sindical Mundial en ocasión de la expropiación petrolera.

También en 1938 fue nombrado ministro de México en Francia; desde ese cargo organizó el rescate de más de 10 mil republicanos españoles que se encontraban en campos de concentración franceses, y logró su envío a México en calidad de asilados.

Regresó al país en el gobierno de Ávila Camacho, al que no vio con buenos ojos. Entonces fundó el semanario Combate, en el que desarrolló una meritoria labor periodística.

Posteriormente Bassols fue nombrado embajador en la URSS en 1944, encargo que desempeñó hasta el 10 de mayo de 1946, tras lo que emprendió el viaje de regreso al país.

Siempre inquieto políticamente, en 1947 participó en la conformación del Partido Popular junto a Lombardo Toledano. Llegó a ser vicepresidente de la organización, de la que terminó separándose el 11 de octubre de 1949, al advertir que ese organismo estaría representado en el Congreso sin que hubiera mediado una verdadera reforma electoral.

Bassols también luchó por la paz mundial, en 1949 asistió en París en representación del general Lázaro Cárdenas, a la reunión del Consejo Mundial por la Paz. Entusiasmado, promovió posteriormente la participación de distinguidos mexicanos en reuniones tales como el Congreso por el Desarme y la Cooperación Internacional, o bien en organismos como el Comité Mexicano Impulsor de la Lucha por la Paz.

Fue Bassols un pensador independiente y honrado funcionario apartidista, cuya trayectoria se caracterizó por su inmediata renuncia cuando difería de sus superiores o éstos no aceptaban sus proyectos. Hombre de izquierda, siempre mantuvo una actitud crítica respecto a la política nacional: “No hemos avanzado en materia de democratización de nuestras elecciones, desde los tiempos de Benito Juárez. No hay todavía elecciones que tengan carácter de autenticidad en el mecanismo real del voto”.

Un poco antes de su muerte fue nombrado miembro del Consejo Mundial de la Paz, encabezado por el físico francés Joliot Curie.

Víctima de un accidente encontró la muerte haciendo su matinal ejercicio, un recorrido en bicicleta, en el Bosque de Chapultepec. Falleció en el hospital Rubén Leñero de la Cruz Verde en la ciudad de México el viernes 24 de julio de 1959.

El New York Times calificó a Bassols en su nota necrológica como el opositor político a los norteamericanos de más calibre en América Latina.

Hoy aun se especula si se trató de un accidente o de un asesinato político en un ambiente de gran agitación política, en el que ferrocarrileros y maestros estaban a punto de parar el país y el descontento popular crecía, en tanto que López Mateos no parecía estar en control de la situación y Bassols, por razones desconocidas, se había reunido secretamente con él sin llegar a acuerdos.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.

Efeméride. Nacimiento 22 de octubre de 1897. Muerte 24 de julio de 1959.